A sus 70 años, Don Pettit regresó de su cuarta misión en la EEI con una colección deslumbrante de fotografías espaciales que combinan ciencia, arte y una mirada única desde la órbita.

Por Redacción COSAS

Don Pettit, el astronauta activo más longevo de la NASA, volvió a la Tierra el pasado 20 de abril, el mismo día de su cumpleaños número 70. Así concluyó su cuarta misión en el espacio, una travesía de 220 días a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) marcada por experimentos científicos, rutinas físicas y, sobre todo, una misión más personal: capturar las imágenes más fascinantes del cosmos.

Durante su estadía en la EEI, Pettit realizó tareas similares a las de sus compañeros de tripulación —experimentos científicos, charlas educativas y rigurosos entrenamientos físicos para combatir la pérdida de masa ósea—, pero lo que más ha captado la atención del mundo son sus impactantes fotografías espaciales.

«Conocidos como Thai Aurora, los barcos pesqueros frente a la costa de Tailandia utilizan luces verdes para atraer su pesca. ¡Vista impresionante desde la órbita!», escribió dom Pettit en su cuenta de X.

Noche estrellada desde una paleta orbital.

“La mayoría de las personas en la Tierra nunca irán al espacio. Yo trato de darles una mirada a través de mis imágenes”, explicó Pettit en una conferencia de prensa semanas después de su regreso.

Con un ojo clínico para lo espectacular y una pasión por la fotografía que lo llevó a instalar hasta cinco cámaras simultáneamente en la cúpula panorámica de la estación, Pettit logró capturar fenómenos que van desde auroras boreales pulsantes, relámpagos sobre la Amazonía, hasta galaxias enanas como las Nubes de Magallanes.

Algunas de sus tomas más técnicas fueron posibles gracias a un rastreador sideral orbital casero que llevó desde la Tierra. Este dispositivo compensaba el movimiento de la estación espacial, permitiéndole capturar exposiciones de larga duración con claridad cristalina, como una imagen de la Vía Láctea sobre el océano Pacífico antes del amanecer, con un resplandor azul-violeta causado por la dispersión de la luz solar en la atmósfera.

Burj Khalifa, en Dubai, con 163 pisos habitables y un total de 828 metros de altura, visto desde la Estación Espacial.

Pero más allá de la precisión científica, muchas de sus imágenes tienen un fuerte componente artístico. “Creo que son una mezcla de ciencia y arte”, escribió Pettit en X. “Hay mucho que ver desde lo técnico, o simplemente puedes pensar: ‘qué increíble’”.

También hubo espacio para la experimentación lúdica. Pettit documentó curiosos experimentos como gotas de agua danzando alrededor de una aguja de teflón cargada eléctricamente, o una esfera de agua que, al recibir colorante, parecía un planeta Júpiter en miniatura. Incluso congeló discos de hielo a -140 °F solo para ver qué patrones cristalinos podía revelar con filtros polarizados.

 

Atenas, en Grecia, vista desde la Estación Espacial.

Hong Kong. «Yo veo un dragón», escribió el astronauta en su cuenta de X.

Pettit no es el astronauta más viejo en volar al espacio —ese título lo tiene John Glenn, quien viajó en 1998 con 77 años—, pero sí ostenta el récord como el más veterano actualmente activo en la NASA. Su energía y entusiasmo no muestran señales de agotamiento.

“Solo tengo 70. Creo que me quedan algunos vuelos más antes de colgar mis boquillas de cohete”, bromeó.

Durante 220 días en el espacio, Don Pettit no solo exploró el universo con los ojos de un científico, sino también con el alma de un artista. Gracias a él, miles de personas en la Tierra pueden asomarse al cosmos con una claridad y belleza pocas veces vistas.

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