A cargo del estudio K+M Arquitectura y Urbanismo, de Sharif Kahatt y Marta Morelli, el rediseño del Jockey Club del Perú resuelve los principales problemas de este centro, define su nueva imagen, reafirma el espíritu hípico de la institución y establece una relación amable con la comunidad. El proyecto, actualmente paralizado, quizás algún día pueda ver la luz.

Por Laura Gonzales Sánchez

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El Jockey Club del Perú es un nombre que permanece arraigado en nuestro imaginario. Pocas son las personas que no conocen aún al menos una parte de sus instalaciones, porque en los últimos tiempos múltiples son los eventos que se llevan a cabo en este recinto. Precisamente, este protagonismo en el desarrollo urbano de la zona este de Lima ha llevado a que su valor de suelo se incremente y, por consiguiente, que el club incorpore en su terreno usos incompatibles con el objetivo de fomentar el desarrollo de los equinos en el país y toda clase de actividades hípicas deportivas.

A la incompatibilidad de usos, en su mayoría concesiones autónomas que traen público ajeno al club –con todos los inconvenientes que acarrea en los ámbitos de seguridad, privacidad y otros–, se suman las demandas externas que tiene que enfrentar: por cesión de terrenos a favor de las vías de Lima, para que tenga una relación más amable con la ciudad (áreas verdes y albergue de actividades de servicios vecinales), planteada por la Municipalidad de Surco y las entidades privadas que buscan ubicar sus locales en el espacio.

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Se hace imperativo reconfigurar el club y resolver los problemas. El estudio K+M Arquitectura y Urbanismo, encabezado por los arquitectos Sharif Kahatt y Marta Morelli, fue el encargado del rediseño. “El proyecto plantea una intervención urbano-arquitectónica que solucione los principales problemas”, explica Kahatt. “Y consiste en la reubicación del cerco perimétrico del Jockey Club del Perú en sus frentes hacia la Panamericana Sur y la avenida El Derby, así como la redefinición de las vías. Se contemplan nuevas pistas internas que se ejecutarán fuera del nuevo cerco, controlando de esta manera las circulaciones públicas y privadas de los diversos usos del centro”.

A la par del diseño de las nuevas vías internas y externas, así como los patrones de circulación de socios y aficionados, se creó la nueva imagen del club hacia la ciudad, nuevas veredas, jardines y pórticos de ingreso hacia la Panamericana –uno especial para socios y otro para los aficionados y público esporádico que asiste al hipódromo–. Un metro de altura distingue un pórtico del otro: mientras que para los socios tiene seis metros de altura, el de los aficionados tiene cinco metros. Ambos tienen dos carriles de ingreso, dos carriles de salida y dos accesos peatonales, y son estructuras de concreto caravista. Los socios contarían con una entrada desde la pista hacia el sur que proviene del túnel de Javier Prado.

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Morelli, por su parte, señala que como parte del proyecto se propone un edificio de servicios al socio asentado en casi cuatro mil metros cuadrados. “Este consolida el nuevo límite de la propiedad hacia la avenida El Derby, pero fundamentalmente aspira a convertirse en un espacio de interacción social entre diversos grupos del Jockey Club. Las actividades se organizan, a su vez, en edificios de cuatro niveles, estando todos los niveles conectados por dos ejes verticales de circulación pública y una escalera de evacuación”.

De ejecutarse el proyecto, que aún no tiene luz verde para su construcción por motivos ajenos a la voluntad de los socios, establecería las zonas de la propiedad para conocer qué áreas pueden ser destinadas a otros usos, sin que afecten las dinámicas internas, y optimizar las áreas existentes. 

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Imágenes: cortesía de K+M Arquitectura y Urbanismo

Artículo publicado en la revista CASAS #255