Luego de ocho años al frente de la comuna de La Molina, Juan Carlos Zurek busca convertirse en alcalde de Lima a partir de una visión de ciudad que privilegia el uso de nuevas tecnologías y la implementación de un sistema de teleféricos.

Por Edmir Espinoza / Retrato de Sanyin Wu

Juan Carlos Zurek es un político de larga data. Ocho años como regidor de Lima, y otros ocho como alcalde de La Molina, lo han dotado del temple suficiente para hoy tentar el sillón municipal de Lima Metropolitana. A pesar de ello, el burgomaestre no ha sido ajeno a diversas críticas que lo señalan como un alcalde lejano a la ciudadanía, lo que ha generado que cerca de la mitad de los molineros rechacen su gestión al frente del distrito.

Administrador de profesión, y con estudios en transporte, movilidad, urbanismo y marketing político en lugares como España, Portugal, Colombia, Nueva York y Washington, Zurek apunta a la alcaldía metropolitana de Lima con una propuesta que se sostiene en el uso de la tecnología y la creación de megaespacios públicos para la ciudad. Aunque aún se encuentra relegado en las encuestas, el hoy secretario general del partido Somos Perú intenta calar en el electorado con una visión que mezcla el urbanismo y ciertas propuestas que parecieran buscar el apoyo de los miles de transportistas de la ciudad.

–¿Cómo ha evolucionado La Molina durante los ocho años en que viene liderando el distrito?

–En materia de seguridad ciudadana tenemos resultados interesantes. Hemos reducido la percepción de inseguridad del 49,9% que encontramos en 2011 a tan solo el 14%, dejando de ser el mayor problema en La Molina. Y lo hemos hecho a partir de una atención de 360 grados, primero con la implementación de la tecnología a través de una moderna central, y luego a partir de medidas preventivas, mediante la habilitación de espacios públicos.

–La seguridad sigue siendo el tema más importante para los limeños. ¿Cómo abordar este problema desde el ámbito metropolitano?

–Creemos que hay que potenciar el Serenazgo Metropolitano y ampliar sus funciones, de manera que este patrulle más allá del Cercado y pueda movilizarse a distintos distritos que no cuentan con la capacidad logística y humana, como Puente Piedra, Villa El Salvador y otros. Queremos un serenazgo coordinado con la Policía Nacional, que garantice una presencia en seguridad.

Zurek

–Otro problema urgente es el tránsito y la movilidad. ¿Cómo aliviar el caos del transporte en Lima?

–Nuestra propuesta se basa en un sistema multimodal de transporte, y dentro de las diversas modalidades nosotros planteamos incorporar el Limatel, una red de teleféricos para Lima. Existen muchas experiencias exitosas en este sentido, como La Paz, en Bolivia, y Medellín, y hoy se comienza a replicar en megalópolis como Bogotá, Ciudad de México, Roma y otras ciudades en Asia. Paralelamente, planteamos semaforizar inteligentemente la ciudad, y gestionar el tránsito desde una moderna central, que sería la misma que proporcione las cámaras para crear un mapa del delito en la ciudad.

–¿Ya tiene claras las líneas de teleféricos que se implementarían en la ciudad o solo es una propuesta inicial?

–Algunas de ellas las tenemos claras, aunque está claro que esto tiene que pasar por un estudio serio que valide lo que nosotros planteamos. En zonas planas, por ejemplo, pensamos en unir la estación México del Metropolitano con el cerro El Pino, el cerro San Cosme y el cerro San Pedro, en El Agustino. Otra red desde la estación Naranjal hasta las zonas altas de Independencia.

–Algunas de sus propuestas incluyen prescindir de los inspectores de tránsito, permitir la circulación de colectivos y reducir un 90% de las papeletas. No es antojadizo pensar que son medidas que buscan captar a un importante “bolsón” electoral, como lo son los transportistas. ¿En qué se basan estas propuestas?

–Vamos por partes. En primer lugar, la tecnología nos va a permitir prescindir de los inspectores de chaleco amarillo. La idea es poder, a través de las imágenes con cámaras inteligentes, multar de forma objetiva, con pruebas y evidencias. Incluso podremos monitorear el respeto de las diversas rutas asignadas a unidades de transporte público. De esta forma, dejaremos el modelo de inspectores, que ha generado mucho malestar a partir de ciertos abusos.

En cuanto a los taxis colectivos, cerrar los ojos a la realidad es un absurdo. Nosotros hoy, mientras no seamos eficientes en dotar a Lima de un sistema de transporte de calidad, estamos permitiendo y generando una demanda insatisfecha, una demanda que requiere movilizarse y que debe ser atendida. Si retiráramos mañana el transporte colectivo, mucha gente no podría movilizarse. Hay que darle un orden y formalizar esta modalidad de transporte.

–No se trata de cerrar los ojos a la realidad. Bajo ese argumento, tendríamos que aceptar la subsistencia de ciertas líneas de buses que no cumplen con los estándares mínimos de calidad, lo mismo con los cobradores y “jaladores” de las unidades de transporte.

–Nosotros entendemos que, mientras la ciudad no ofrezca alternativas, vamos a tener que suplir ciertos servicios con sistemas que ya vienen funcionando. Fíjate, en Madrid, el sistema de transporte se apaga a las once de la noche, porque ya no es rentable operar a ciertas horas. Y esa hora entran las coaster, a las que llaman “búhos”, que son buses con rutas asignadas, horarios, orden y seguridad. Y son unidades que complementan el servicio público por la noche. Pero todo esto bajo la regulación municipal. Nosotros pensamos que el taxi colectivo es viable, pero estudiando bien en qué rutas, horarios y con qué condiciones se hace.

Zurek

–¿Usted cree que el transporte masivo debe ser rentable en todos los casos?

–El transporte masivo es rentable en determinadas horas del día, de hecho, en hora punta por supuesto que sí.

–Se lo digo porque en la mayoría de metrópolis los sistemas de transporte masivo son subvencionados por las municipalidades o por el Gobierno Central.

–Es verdad. Aunque mira la experiencia de Bolivia: con teleféricos que están generando superávit, y ese dinero se reinvierte para más y mejores vías. A eso apuntamos, pero el sistema debe ser integral, e incorporar muchas modalidades de movilidad y transporte.

–¿Qué tan importante para su candidatura es la habilitación de espacios públicos en su idea de transformar Lima?

–Los espacios públicos son sumamente importantes para nosotros, y lo hemos demostrado en nuestra gestión en La Molina, donde nos ha dado resultado. Hemos reducido muchísimo la inseguridad a través de megaespacios públicos al servicio de la ciudadanía, donde el vecino puede realizar diversas actividades. Tenemos que darle vida al cemento, darle una razón de ser.

–De llegar al sillón municipal, ¿cómo evitar que lo logrado en cuatro años sea desarticulado por una nueva gestión?

–Queremos invitar a un espacio abierto y convocante, que compartamos con los cuarenta y dos alcaldes distritales, y donde podamos aprobar de una vez un instrumento de gestión, no solo para nuestro gobierno municipal, sino también para los que vengan. Donde podamos plantear una visión de desarrollo para Lima, concertada, que recoja los proyectos de los distintos alcaldes distritales, que paulatinamente vayamos construyendo. Necesitamos, de una vez por todas, planear una visión de ciudad y terminar con esta situación, donde cada gobierno entra y hace lo que quiere, y desbarata todo lo que hizo el anterior.

Artículo publicado en la revista CASAS #259