El estudio que fundó Nikki Gonnissen en 1993 junto con Thomas Widdershoven, su compañero, se ha caracterizado por su influyente trabajo en espacios públicos y en colaboración con artistas de otras disciplinas, pero también por campañas tan comprometidas y controversiales como la del Partido Socialista Holandés en 2006, que marcó un antes y un después en la vida política de su país. Conversamos con ella días después de su participación en la última edición de LadFest, donde ofreció una aplaudida conferencia.

Por Raúl Cachay / Retrato de Maurice Boyer

Gonnissen

“Apollo”, pintura ubicada en el patio del Museum Boijmans Van Beuningen, en Rotterdam.

El diseño gráfico como herramienta de transformación política. Nikki Gonnissen, una de las fundadoras del influyente estudio Thonik, en los Países Bajos, tiene claro que esta disciplina cumple una función absolutamente esencial en el tejido social de nuestras comunidades: es un vaso comunicante entre los pueblos. 

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Invitaciones para distintas muestras y actividades del Museum Boijmans Van Beuningen. “En la última década, hemos diseñado un promedio de treinta invitaciones y afiches cada año para el museo. ¡Disfrutamos mucho haciéndolas!”, afirma Gonnissen.

“El diseño gráfico trata sobre el mundo que nos rodea. Crea un lenguaje visual que trasciende las fronteras y difumina las diferencias en cosas como el lenguaje, la política, la religión y la cultura. Nos une como ciudadanos de un mismo mundo. Quizá suene como una idealista en ese sentido, pero he visto cómo el trabajo de muchos diseñadores gráficos y el mío propio pueden marcar una diferencia”, asegura Gonnissen, quien fundó Thonik junto con Thomas Widdershoven en 1993.

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“Why We Design”, libro en el que los fundadores de Thonik exploran las razones por las que se dedican al diseño gráfico.

“Hace poco editamos un libro sobre nuestras motivaciones personales como diseñadores que lleva por título “Why We Design”. En él, seleccionamos once tópicos o temas mediante los cuales explicamos no solo en qué consiste nuestro trabajo, sino también las razones que nos llevan a hacer lo que hacemos. Desde ‘radical’ hasta ‘concepto’, y terminando con ‘empoderamiento’ y ‘cambio’, exploramos a través de estas ideas las diversas transformaciones que ha tenido nuestra profesión en el tiempo. En lo que concierne a nuestra ética de trabajo, no nos gustan las estructuras jerárquicas”.

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Una de las salas de la muestra “Why We Design”, que por estos días puede ser visitada en The Power Station of Art, en Shanghái. A través de gráficos multimedia, el público puede sentir que camina sobre la obra del estudio holandés como si recorriera cada uno de los capítulos del libro.

Quizá la campaña que mejor ha conjugado las inquietudes y pesquisas de Thonik, además de ser el más mediático y controversial de sus proyectos, fue el relanzamiento del Partido Socialista Holandés en 2006, que consistió no solo en el completo rediseño del logo de la agrupación política, sino también una serie de acciones que dejaron una huella indeleble en el imaginario popular holandés. Una de ellas tuvo a la sopa de tomate como elemento central. Como diseñadores, sentían que debían hacer algo en la política luego de que un líder político populista de derecha, que había alcanzado una gran popularidad, Pim Fortuyn, fuera asesinado por un activista de izquierda en 2002. Eso fue lo que les llevó a empezar a trabajar con el Partido Socialista Holandés.

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Imagen de la campaña para el Partido Socialista de Holanda. El líder del partido, Jan Marijnissen, ofrece sopa de tomate a los ciudadanos holandeses (foto de Ari Versluis y Ellie Uyttenbroek).

“La violencia está amenazando a la democracia, y creíamos que era fundamental que ellos se convirtieran en un puente entre la política y la gente”, explica Gonnissen. “Con nuestro trabajo quisimos demostrar cómo el diseño puede contribuir al debate político y a la democracia. El logo antiguo del partido consistía en un tomate que volaba por los aires, que era una forma de decir que ellos eran la oposición. Nosotros rediseñamos el logo para que tuviera una imagen más neutral y positiva. Tratamos de crear una marca real, para que fuera tan efectiva como una marca comercial, pero también le pusimos mucho humor, para que la comunicación se mantuviera siempre ligera e inspiradora. El partido regalaba tazones de sopa diseñados por Thonik a todas las personas que se inscribían en él como miembros, y nosotros pedimos a Joep van Lieshout, un artista radical bastante conocido, que diseñara una cocina móvil para preparar sopa de tomate. La sopa y la pieza artística se volvieron parte de un ritual que ayudó a la gente a conectar entre sí. ¡La idea de toda la campaña fue unir a la gente con la política!”.

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Banderas “JÁ!”, en Florianópolis, una acción realizada en el marco de la Bienal Brasileña de Diseño (BBD). A la derecha, identidad visual para Hyundai City Outlets, en Seúl.

Diseñadores unidos

La mentalidad expansiva que siempre ha guiado a Gonnissen también se manifiesta en el servicio que prestó, hasta hace muy poco, como presidenta de la Alliance Graphique Internationale, una organización fundada en 1952 que en la actualidad agrupa a cientos de diseñadores provenientes de unos cuarenta países. En el último congreso de la AIG, realizado en México, Gonnissen entregó la presidencia de la institución al neozelandés Dean Poole, quien cumplirá esa función durante los próximos tres años. “Quise que mi misión al frente de la AGI fuera la de abrir la organización al mundo, para fortalecer nuestro vínculo con la educación y señalar el inmenso potencial de las nuevas tecnologías en el campo del diseño gráfico. Bajo mi presidencia, AGI exploró nuevos territorios y alentó a que países emergentes, como la India y México, demostraran todo el potencial que tiene el diseño gráfico en un mundo, como el nuestro, que está cambiando rápidamente”, afirma.

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Fachada del Muziekgebouw, en Ámsterdam, una de las sedes en las que se realiza el Holland Festival, el encuentro artístico más importante del país. En 2014, Thonik rediseñó el logo y la identidad visual del festival. Foto de Maurice Boyer.

Este espíritu cosmopolita y trotamundos fue, finalmente, el que permitió que sus colegas y los estudiantes de diseño en el Perú pudieran conocer de primera mano las motivaciones éticas y estéticas que sostienen su trabajo en el diseño gráfico. Gonnissen fue una de las invitadas principales de la última edición de LadFest realizada en nuestro país, y la conferencia que ofreció aquí fue sin duda uno de los highlights del evento.

“Fue realmente una experiencia memorable”, reconoce. “Además de conocer a los otros conferencistas, que llegaron de distintas partes del mundo, pude intercambiar ideas sobre el futuro del diseño gráfico con muchos profesionales peruanos y latinoamericanos. La cultura visual en América Latina es extremadamente rica y es importante que todo el mundo lo sepa”

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“El tema de la edición del Holland Festival de 2018 fueron las fronteras, que en Europa están desmoronándose o se están reconfigurando. Colocamos nuestros bloques que caen en las fachadas, carteles y tranvías de la ciudad”, dice Gonnissen. Foto de Maurice Boyer.

Fotos: cortesía de Thonik
Artículo publicado en la revista CASAS #270