Materiales atemporales, volúmenes limpios y vegetación son la apuesta de Karím Chaman para generar frescura y vida. Matices neutros que, utilizados con libertad, dan rienda suelta a un interiorismo vital, lúdico y desafiante. Una casa que encuentra en el brillo y la transparencia a sus grandes aliados.

Por Gonzalo Galarza Cerf / Fotos de David Torres Puertas

Chaman

Una casa que tiene dos caras: una fachada introvertida, que da hacia la avenida, para preservar la privacidad de la familia que la habita, y otra fachada extrovertida, que mira el parque privado y el jardín interior, para contemplar la vegetación en paz. Una casa construida mediante volúmenes desfasados, que permiten marcar las distintas funciones al interior de la misma, además de aportar riqueza espacial. Una casa emplazada en un lote rectangular y distribuida en tres niveles: con espacios generosos para la cómoda circulación de una familia joven con niños y, sobre todo, para dar rienda suelta a un proyecto de interiorismo vital, lúdico y desafiante.

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Esa casa de dos caras, de arquitectura contemporánea e interiorismo luminoso, es la que cobró vida gracias al estudio de Karím Chaman, en una apacible zona residencial limeña. La vivienda unifamiliar, de mil cuatrocientos metros cuadrados, fue construida durante un año y articula materiales atemporales, volúmenes limpios y vegetación. “La intención es generar frescura y vida, tanto en el exterior como desde el interior, mediante aperturas en todos los niveles, incluso en el sótano, con focos de vegetación”, señala Chaman.

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Los niveles a los que se refiere son tres. El primero está destinado al área social, con dos estudios de trabajo y un baño de visitas; escalera principal y ascensor; la sala de estar, sala principal y el comedor principal con una terraza jardín y cocina, que es otra área social al aire libre. Todos los ambientes están conectados por halls de ingreso y de distribución. El segundo está dedicado al área privada: sala de estar familiar y seis dormitorios, incluido el principal, con baño y walk-in closet cada uno. El tercero es el sótano, con un hall de ingreso de triple altura con techo de vidrio, estacionamientos, sala de juegos, lounge bar, cava y áreas de servicio. “La prioridad fue generar un proyecto generoso desde el punto de vista espacial, permitiendo en todo momento una circulación cómoda”, agrega.

ChamanCreatividad y equilibrio

Para los dos primeros niveles, se eligieron matices neutros que dieran libertad para poner el acento en la arquitectura y el diseño de interiores. Piedras, madera y acero para lo primero; piezas de arte, objetos de deseo, tapices, alfombras y accesorios para lo segundo. En este proyecto, cuenta Chaman, tuvieron la suerte de que el cliente tomara en cuenta cada sugerencia adecuada a su perfil: “El resultado fue lograr que cada espacio contuviera algo especial”.

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El hall de distribución del primer piso es una muestra de la apuesta de interiorismo en esta casa: está compuesto por la lámpara colgante Le Roi Soleil, de Marcel Wanders para Baccarat. Sobre la mesa, creada por el estudio de Chaman, destaca la pieza de porcelana bañada en platino y oro: el ave Hopebird, de Jaime Hayón para Bosa. “Esas piezas están dentro de nuestras favoritas, junto a la lámpara de mesa Pipistrello, de Gae Aulenti para Martinelli Luce”, cuenta Chaman.

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Detrás, en la zona de la escalera, un espacio de triple altura que conecta los tres niveles, se aprecian las dieciocho lámparas de cristal de distintos tamaños y colores de Carlo Colombo. Luminarias que atraviesan los pisos y caen en esta puesta en escena que encuentra en el brillo y la transparencia a sus mejores aliados. Esos son los acentos en los que hace hincapié el estudio de Chaman. Los mismos que le permiten dar unidad a todo el proyecto.

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Lúdico y glamoroso

El baño de visitas traza la misma línea: un gran espejo como punto focal y otro espejo sobrepuesto, lo que lo vuelve lúdico y elegante. “Nuestra intención era lograr un diseño con carácter de tocador de una diva”, dice Chaman. Para conseguirlo, han empleado una lámpara colgante, una grifería y un florero de cristal, además de un lavabo dorado.

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Si el baño estuvo inspirado en el tocador de una diva, el lounge bar del sótano evoca la estética de los años sesenta: atmósfera psicodélica, lúdica y cargada de colores vibrantes y texturas metálicas mezcladas con maderas y textiles. La lámpara VP Globe, de Verpan, resalta en este espacio, que se conecta con una cava mixta inspirada en un librero. Al interior, vuelven los espejos. Al cerrarse, se torna traslúcido.

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Y, dentro de los ambientes de los niveles, destacan las alfombras, que es el sello de Karím Chaman: los patrones empleados para cada una obedecen a la atmósfera del espacio. Como la del cuarto principal, inspirada en la orilla del mar, que busca transmitir tranquilidad y serenidad para cuando llegue la noche y las luces, finalmente, se apaguen. 

Artículo publicado en la revista CASAS #276