Las arquitectas Deborah Kouri y María Elisa Zegarra, del estudio L’Architettura, han diseñado una oficina boutique en el Lima Marina Club. El espacio, de estilo náutico, moderno y elegante, está inspirado en las embarcaciones italianas y en el mar. Un ambiente de trabajo, pero destinado también a pasar el tiempo y disfrutar.
Por Gonzalo Galarza Cerf / Fotos de Ronald Harrison
Tener el embarcadero enfrente determinó el diseño de esta oficina boutique. Las barcas italianas Riva inspiraron el piso de madera rojo con tiras de nogal. El oleaje, la pieza artesanal enchapada en madera que parte del piso y recorre el techo. Las redes de pesca, las mallas metálicas grises en el techo y en la mampara de ingreso. Materiales y acabados utilizados en las dos áreas de este espacio de sesenta metros cuadrados ubicado en Marina Showrooms, en las instalaciones del Lima Marina Club. Una zona destinada al directorio o comedor, y otra, al escritorio y sala de estar, con un piso de granito negro debido al sol que cae directo y a la humedad, pero también para buscar la sensación del reflejo del mar.
“Combinar diferentes funciones en un espacio acotado es difícil. Pero logramos que entren bien en el lugar, diferenciadas claramente con variaciones de alturas, materiales y trabajos de enchapes”, revelan Deborah Kouri y María Elisa Zegarra, del estudio L’Architettura. Los muebles, panelería, materiales y colores elegidos son los que terminan de darle unidad y generar armonía. El resultado es una oficina de estilo náutico, moderna y elegante, con piezas traídas de Italia. Un espacio en el que las arquitectas y diseñadoras trabajaron con total libertad, debido a la absoluta confianza del cliente, que ya las conocía.
Esas dos zonas comparten un mueble grande que diseñaron de acuerdo a las funciones de cada espacio: un bar para el directorio (vinera, cafetera, frigobar) y repisas y lugares de almacenamiento para el escritorio. “Queríamos que sea un espacio versátil, para que el cliente pudiera trabajar y compartir un almuerzo con amigos, o ver un partido de fútbol con la mayor cantidad posible de personas”, cuentan Kouri y Zegarra. Para lograrlo, señalan, trabajaron muchas pruebas de layouts hasta definir el mobiliario y la distribución que mejor se acomodara a esas necesidades.
Lienzo en blanco
Dar vida a esta oficina les tomó cuatro meses. La habían recibido con las instalaciones básicas de puntos eléctricos y redes contra incendios. “No tuvimos que hacer remodelaciones. Era un lienzo vacío que tuvimos que vestir”, cuentan las diseñadoras. Pero tenían que ceñirse al reglamento de Marina Showrooms: no podían verse afectadas las fachadas ni los muros de drywall. Por eso eligieron rollers para las mamparas fijas, e hicieron muros paralelos para sostener la estructura planteada en el diseño. Sobre todo para esa gran pieza de madera que nace del piso y recorre el techo, envolviendo el espacio con un patrón de curvas que se repite.
“Nos gusta mucho conectar superficies, no trabajarlas como elementos aislados, sino como planos que se comunican y conforman un espacio”, revelan. Con ese enchape de madera, Kouri y Zegarra apuntaron a dar mayor personalidad al espacio, además de volverlo más acogedor.
A medida y automatizado
Salvo el escritorio, una mesa de madera que iba perfecto con el lugar, toda la oficina cuenta con piezas nuevas traídas de Italia o hechas a medida para el espacio. Jarrones de vidrio soplado, barcos en miniatura, platos, vasos y menaje de la marca Riva son objetos que resaltan en esta oficina. “Se buscaron piezas que conecten con los gustos del cliente, para poder personalizar aún más el espacio, y que él se sienta a gusto”, dicen.
Para dar mayor confort al cliente, además, automatizaron el uso de las cortinas, luces, música, rack de televisión y aire acondicionado, para que lo pueda controlar todo de forma inteligente. Un cliente que trabajará entre piezas de diseño modernas y orgánicas, transitando entre dos espacios bien definidos pero a la vez integrados, y tendrá siempre ante él la inmensidad de ese mar con embarcaciones que inspiró este ambiente.
Artículo publicado en la revista CASAS #278