El sábado 19 de mayo, la gala anual de la Misión Huascarán se celebró en la espectacular casona Lamotte Gildemeister, en el corazón de San Isidro. Entre música en vivo, comida y arte, más de quinientos asistentes se unieron para apoyar la labor social liderada por el reverendo padre José Manuel Castellano, en una noche mágica que combinó filantropía y diversión sin descanso.
Por Vania Dale Alvarado Fotos de Josip Curich y Candy Torres
El ambiente festivo ya empezaba a sentirse desde las siete de la noche, hora en que los primeros asistentes a la llamada ‘Gala Velvet’, de la Misión Huascarán, comenzaron a llegar. Después de caminar por la alfombra roja que les daba la bienvenida con un coctel, al ritmo del saxo de Jean Pierre Magnet, los invitados pasaban al interior de la casona, donde las obras de arte que se subastarían durante la noche estaban expuestas, habiéndose adaptado el espacio con una gran barra y mesas altas para la contemplación de las piezas, antes de trasladarse hacia el jardín central en el que se realizarían la subasta, la cena y la fiesta.
Lo impresionante de la decoración se logró con la iluminación, un gran toldo que permitía que los árboles se unieran al diseño y mesas vestidas con pesados manteles de terciopelo azul, en alusión al nombre de la gala de este año. Una atmósfera digna de la puesta en escena de “Sueño de una noche de verano”.
La cena también fue una fiesta para el paladar de los comensales, y fue servida en tres tiempos, entre los que se aprovechó para realizar la subasta.
El primer plato fue una entrada de carpaccio de alcachofas Virú al limón; el segundo plato, un solomillo con reducción de vino tinto, cocido a baja temperatura durante treinta y seis horas; y el postre, peras al vino acompañadas de un irresistible y sutil mousse de canela y un toque de helado de panna, que completó la noche de terciopelo.
Vino y arte
Sol Delgado, encargada de presidir la gala de este año, como miembro del Comité Organizador de Damas Voluntarias, destacó el apoyo de los auspiciadores que la hacen posible y la labor y el esmero de las voluntarias que trabajan durante todo el año para hacer realidad esta gala.
Luego, el padre José Manuel Castellano tomó la palabra para referirse al valioso rol de cada uno de los asistentes en el éxito de la Misión Huascarán. “Detrás de esta gala hay muchas personas que van a ser beneficiadas. Gracias a esta colaboración, mucha gente va a tener la oportunidad de transformar su vida. Por eso, ustedes son un instrumento de cambio”, enfatizó.
Tras el momento de reflexión, el martillero Nicolás Kecskemethy y Meg de Romaña, coordinadora general de la subasta, dieron inicio a la subasta de arte contemporáneo, que incluyó piezas de renombrados artistas locales –como José Tola, Aldo Chaparro, José Carlos Martinat, Fernando Bryce y José Vera Matos– e internacionales –como los argentinos Matilde Marín y Andrés Sobrino, el chileno Gonzalo Cienfuegos, y el holandés Gam Klutier–, quienes donaron sus obras –algunos, incluso, las elaboraron especialmente– para la ocasión. En la divertida y emocionante puja, el cuadro “El Fumador”, de José Tola, recaudó 17 mil dólares, el monto más alto de la noche.
El momento singular fue el que protagonizó Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, conde de Creixell y propietario de la bodega más antigua de La Rioja: Marqués de Murrieta –que fundó en 1852 el marqués Luciano Murrieta, viticultor y militar nacido en Arequipa–. El conde de Creixell fungió de martillero y subastó un exclusivo vino: el Castillo Ygay, el más importante de su bodega, considerado el mejor Gran Reserva del mundo por toda la crítica internacional, según relató.
“Los pintores pintan en los lienzos, los escultores hacen esculturas, y los viñateros y los bodegueros también hacemos arte”, dijo al público el propietario de Marqués de Murrieta antes de proceder con la puja. “Esta botella que he traído hoy y que he cedido con felicidad y orgullo a esta causa maravillosa es tremendamente especial, pues solo hago quince de ellas, que vendo cada quince años, y de las cuales solamente me quedo con tres”. Una es para el rey de España, otra se la queda él, y, esta vez, trajo la tercera a la gala Huascarán. “Las demás, las reparto por cien países del mundo. E, insisto, se trata de una obra de arte”, enfatizó el conde, quien, además, ofreció un día en su finca con cena incluida para el futuro comprador del vino y sus amigos.
Al parecer, la oferta fue irresistible, pues el precio base de la botella de dieciocho litros alcanzó una suma apoteósica, en un momento que cerró con broche de oro la subasta.
¡Que comience la fiesta!
Tras la emoción suscitada por los momentos previos, arrancó propiamente la fiesta. “Valerie”, la conocida canción de Amy Winehouse, fue la elegida por Paula Tagle y Nicole Favre para inaugurar la noche de música en vivo. Las cantantes interpretaron varios temas populares que contribuyeron a preparar el ambiente para la llegada de Fanny Lu, la artista estelar de la gala.
Alrededor de la medianoche, la colombiana hizo su imponente aparición sobre el escenario, acompañada de sus músicos y bailarinas, que llegaron de Colombia especialmente para la ocasión. La artista no solo hizo bailar al público con sus éxitos más populares, como “Celos”, “Romper el hielo”, “Llorar es una locura” y la infaltable “No te pido flores”, sino que se animó a cantar algunos temas que no son de su autoría, como “La tierra del olvido”, de su compatriota Carlos Vives.
Al finalizar el concierto, el DJ Igor tomó la posta para continuar con la fiesta, que, nuevamente, superó ampliamente las expectativas de todos los asistentes y que se ha consolidado como el evento benéfico más importante de la capital. Desde hace tres años es un ejemplo de lo que la fuerza conjunta y el altruismo pueden lograr en una sola noche, una sinergia que se ve reflejada en la mejora integral de la calidad de vida de las más de mil familias en condiciones de extrema pobreza que son beneficiadas por la Misión Huascarán.
“Ya tenemos más claro a nuestro público objetivo, ya sabemos cómo mejorar la distribución de los entretenimientos de la noche, que la subasta es un éxito y que no podemos descuidar al público joven”, comentó Sol Delgado una vez finalizada la fiesta. “Este año hemos tratado de dividir homogéneamente la gala en coctel, subasta, entretenimiento y fiesta. ¡Nos ha resultado muy bien! Siempre se encuentran fallas, siempre podemos aprender de nuestros errores, pero creo que esta gala ha sido la más exitosa: nos ha dado conocimientos nuevos y excelentes ganancias para la Misión Huascarán”.
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