Con el Mundial de Fútbol en Rusia apenas empezado, muchos se preparan para vivir una de las experiencias deportivas más emocionantes. Pero los ciudadanos de ese país deben soportar leyes feroces que persiguen a la comunidad LGTB, el machismo imperante en la clase política y la detención de líderes opositores al régimen de Vladimir Putin.

Por Jonathan Reyes

Una de las imágenes más potentes de la realidad rusa se dio durante un debate televisivo realizado poco antes de las elecciones del pasado 18 de marzo, donde Vladimir Putin arrasó con el 76,6 por ciento de los votos. Lejos de establecer nuevas ideas, la discusión reveló la misoginia, el machismo y la violencia que las mujeres rusas viven hoy en una de las naciones más herméticas del mundo. Ksenia Sobchak, la única candidata entre ocho hombres que competían por la presidencia, exponía sus puntos de vista, cuando se enfrentó al candidato ultranacionalista Vladimir Zhirinovski. “A su edad no es bueno agitarse de esa manera, de verdad”, le dijo Sobchak en un momento, y el veterano político contestó con descalificaciones, como “cierra la boca”, “prostituta”, “basura”, “vieja asquerosa” y “tonta”. Ni el moderador ni el resto de los candidatos hicieron nada, ni siquiera condenaron el hecho. Finalmente, la candidata terminó lanzándole un vaso con agua a su contendor.

Rusia es uno de los países europeos que con más fuerza se oponen a las causas de la comunidad LGTBQ

Rusia es uno de los países europeos que con más fuerza se oponen a las causas de la comunidad LGTBQ. 

Sobchak fue la única postulante a la presidencia que dio su apoyo a causas de la diversidad, lo que la llevó a tener que soportar insultos y agresiones. Sin ir más lejos, un manifestante la empujó al agua a la salida de un acto dedicado a la figura de Mijail Gorbachov.

Mientras en diversos países del mundo, incluido el nuestro, se viven meses efervescentes respecto a la demanda feminista que aboga por la igualdad de género, el cese de los acosos y el abuso, en Rusia las mujeres no pueden levantar la voz y son fuertemente agredidas. La discriminación viene, en muchos casos, desde el mismo gobierno.

Putin estuvo presente en la inauguración de la Copa del Mundo, en Moscú.

Putin estuvo presente en la inauguración de la Copa del Mundo, en Moscú. 

En febrero de este año Vladimir Viktorov, ministro de Salud de Chuvashia, una de las regiones de Rusia, desató una polémica al afirmar: “Si una mujer estuvo con siete hombres antes de haber dado a luz, entonces tiene un cien por ciento de infertilidad”. Sus declaraciones ante un auditorio de 200 personas hicieron eco en las pocas agrupaciones de defensa de los derechos de la mujer que existen en la zona, pero como era de esperarse no tuvieron una condena mayor por parte del sistema político ni de la opinión pública.

La comunidad LGTBQ, perseguida

Quienes también han sentido con especial dolor la intolerancia en el país son los homosexuales, lesbianas y personas trans de Rusia. Desde 2013 en ese país rige una estricta ley que condena todo tipo de “propaganda homosexual” que pueda ir dirigida a menores de edad. En rigor, se aplica a todo tipo de manifestación de cariño en público por parte de parejas del mismo sexo, la realización de marchas y todo tipo de música y arte que pueda estar ligado a la comunidad LGTB. La ley imparte multas de cinco mil rublos (unos doscientos sesenta soles) a los ciudadanos condenados, las que se elevan a 50 mil rublos para los funcionarios públicos. Los extranjeros pueden ser detenidos hasta quince días para luego ser deportados a sus respectivos países, y los arrestos incluyen multas por 100 mil rublos.

La prensa internacional ha denunciado diversos casos de ciudadanos extranjeros que han debido enfrentar esa situación, y la era de las redes sociales ha servido para que el resto del mundo vea cómo en distintas ciudades de Rusia muchos jóvenes son víctimas de violencia por parte de grupos extremistas que se amparan en esta ley para atacar a homosexuales, lesbianas y transexuales. Uno de los más peligrosos es Occupy Paedophilia, que, a través de Internet, busca y persigue a jóvenes para luego torturarlos y viralizar los videos. El año pasado el Tribunal de los Derechos Humanos con sede en Estrasburgo condenó a Rusia por esta polémica ley, argumentando que “refuerza el estigma y los prejuicios, y fomenta la homofobia”. El fallo judicial dio la razón a tres activistas gay que fueron multados por convocar a actos públicos con pancartas en las que se denunciaba la situación que viven las minorías sexuales en Rusia.

FIFA has set up the reporting mechanism by means of which inappropriate behavior and infringements of the pertinent…

Posted by Russian LGBT Network on Friday, June 1, 2018

En una reciente entrevista, Putin defendió la legislación actual y le trató de bajar el perfil ante la presión internacional. “No tenemos ninguna limitación o represión por motivo sexual. Es más, muchas personas declaran abiertamente su orientación sexual no tradicional. Mantenemos el contacto con ellos. Muchos logran un gran éxito en sus carreras profesionales e, incluso, reciben premios estatales”, dijo el jefe del Kremlin. Para el líder político, los niños no deben verse expuestos a ningún tipo de “propaganda gay”. “Cuando crezcan, pueden decidir libremente cómo hacer su vida, incluida la sexual. Desde el momento en que (un menor) se convierte en mayor de edad, no hay ningún tipo de restricción”, señaló.

Cerca del 80% de la población apoya esta ley. Quizás algo insólito para el mundo occidental, pero es una cifra que encuentra su asidero en la Rusia más profunda, en esa que basa su apoyo irrestricto a la política de Putin; en la Rusia que se volcó a la religión después del fin de la Unión Soviética.