Se cumplen seis años de la muerte de Gustavo Cerati y él aún continúa presente en la música. Como si sus cenizas volvieran al papel.
Por Daniella Bejarano
No hay un modo, no hay un punto exacto de cómo empezar a hablar de Gustavo Cerati sin dejar de recordar el gran legado musical que dejó, tanto como solista como con Soda Stereo. En esta nota tratamos de recopilar los mejores momentos de ‘Gus’ en todas sus etapas.
Sus inicios
Desde muy pequeño estuvo ligado a la música. A los 9 años tomó clases de guitarra y a los 12 comenzó a escribir sus propias canciones y formó su primera agrupación, con la cual tocaban en fiestas privadas y actuaciones escolares. Años más tarde, y como una señal del destino, conoció a Héctor ‘Zeta’ Bosio mientras estudiaban Publicidad en la Universidad del Salvador, en Buenos Aires.
The Morgan
Ambos compartían los mismos gustos musicales: el rock y el new wave de The Police (entre otros grupos) fueron el primer paso hacia una sólida amistad, que empezó a sellar cuando, en 1981, integraron su primera banda amateur: The Morgan, junto a varios otros chicos y (un entonces joven poco conocido) Andrés Calamaro.
Pese a que The Morgan se separó, ambos siguieron juntos persiguiendo un sueño en común: tener su propia agrupación. Y como si el universo estuviera a su favor, la vida los juntó con Charly Alberti. Curiosamente, el hijo del famoso baterista argentino Tito Alberti llegó a ellos porque la hermana de Gustavo les comentó que lo conoció en un club mientras intentaba sacarle una cita, pero en vez de ‘ajustarlo’ (y a falta de un baterista) decidieron contactarlo. El resto es historia.
Luz, cámara y acción
En 1982, Gus, ‘Zeta’ y Charly oficializaron el nacimiento de Soda Stereo sin saber que serían el primer grupo de habla hispana en conseguir el éxito masivo en Latinoamérica y un gran influenciador del rock en español a nivel mundial.
A lo largo de sus siete discos pasaron del new wave y el ska al funk y el rock alternativo, ingredientes musicales con los que este trío se reinventó constantemente para dejar atónita a su audiencia.
Con el gran reconocimiento a nivel América, Soda Stereo recibió grandes premios, entre ellos: International Choice Awards (1996) con «Ella usó mi cabeza como un revólver»; Mejor Videoclip de Grupo de Rock del Año (1996), con Zoom en los Premios MTV; Premio Leyenda MTV Latinoamérica (2002); entre otros.
En el 2007, la revista Rolling Stone Argentina, publicó una lista con los 10 mejores álbumes en vivo del rock argentino, en el cual colocó a Soda Stereo en el puesto N° 5 con «Ruido Blanco», álbum en el que dos de sus canciones fueron grabadas en conciertos en Perú.
El impacto de Soda Stereo en el Perú
En 1986, la banda llegó a nuestro país por primera vez con su gira «Nada Personal». En este momento, la ‘Sodamanía’ estaba en todo su apogeo y el grupo brindó una serie de conciertos, siendo los más recordados los del Coliseo Amauta.
Fue en ese lugar que, al calor de las masas, el power trío conectó con sus fanáticos en Lima y Arequipa. El éxito fue tan grande que Soda repitió el plato en 1987 con otro ‘amautazo’ y una gira más extensa que también incluyó Ica, Trujillo, Chiclayo y Piura.
La última vez que Gustavo, Charly y ‘Zeta’ vinieron al Perú como a presentar un disco fue en 1995 con la gira Sueño Stereo.
La separación
Tras varios rumores de un supuesto distanciamiento, el 1 de mayo de 1997, Soda Stereo anunció oficialmente su separación a través de un escueto comunicado de prensa.
Sin embargo, al día siguiente, Gustavo Cerati publicó una carta para el suplemento Sí del diario argentino Clarín.
«Estas líneas surgen de lo que he percibido estos días en la calle, en los fans que se me acercan, en la gente que me rodea y en mi propia experiencia personal. Comparto la tristeza que genera en muchos la noticia de nuestra separación. Yo mismo estoy sumergido en ese estado porque pocas cosas han sido tan importantes en mi vida como Soda Stereo. Cualquiera sabe que es imposible llevar una banda sin cierto nivel de conflicto. Es un frágil equilibrio en la pugna de ideas que muy pocos consiguen mantener por quince años, como nosotros orgullosamente hicimos. Pero, últimamente, diferentes desentendimientos personales y musicales comenzaron a comprometer ese equilibrio. Ahí mismo se generan excusas para no enfrentarnos, excusas finalmente para un futuro grupal en que ya no creíamos como lo hacíamos en el pasado. Cortar por lo sano es, valga la red, hacer valer nuestra salud mental por sobre todo y también el respeto hacia todos nuestros fans que nos siguieron por tanto tiempo. Un fuerte abrazo.»
Los vimos volver
Sin embargo, en el 2007, luego de 10 años de su separación, la banda argentina sorprendió a sus seguidores anunciando su regreso a los escenarios con la gira «Me verás volver», que como era de esperarse, comenzó en la ciudad de la furia, Buenos Aires, lugar que los vio alcanzar el éxito.
Incluso este 2020, comenzó su gira «Gracias Totales», siendo estos los primeros conciertos de Soda Stereo sin Gustavo. Lamentablemente, el evento tuvo que ser pospuesto en varios países debido a la pandemia por COVID-19.
Cerati como solista
Gustavo Adrián Cerati nunca fue de los que seguían a la manada. Le gustaba arriesgarse musicalmente por lo que nadie más se atrevía a hacer. Fue así como tomó la decisión de probarse como solista.
Indagar en su propio mundo dieron grandes resultados como «Amor Amarillo», «Bocanada», «Siempre es Hoy» , «Ahí Vamos» y «Fuerza Natural», álbumes totalmente distintos a lo que era Soda y muy marcados por la esencia personal de Gustavo, con letras que inspiraban, identificaban y liberaban al ser humano.
Fue en esta etapa que nos enseñó a usar el amor como un puente, donde nos ayudó a entender que poder decir adiós, es crecer, que la poesía es la única verdad y que sacar belleza de este caos es virtud.
El adiós
Gustavo Cerati fue un hombre marcado por los simbolismos, y en esta etapa no fue la excepción. El 15 de mayo del 2010, a solo minutos de terminar el último show de la gira latinoamericana de «Fuerza Natural» en Caracas, Venezuela, sufrió un accidente cerebrovascular que lo postró en un coma eterno. Aquel día, ‘Gus’ bajó el telón, pero no la esperanza de volverlo a ver sobre un escenario.
Pero no fue hasta el 4 de setiembre del 2014 que su voz se apagó para siempre. Tras 4 años en un dulce sueño stereo, Cerati dejó esta dimensión para crear su propio lago en el cielo.
A su velorio acudieron miles de fans, llegaron a formar colas de hasta quince cuadras, cantando sus canciones para amenizar la espera, solo para darle el último adiós a su ídolo.
Pero la influencia de Cerati no se apagó ahí, sino que creció más fuerte que antes y los tributos no se hicieron esperar. Shakira le dedicó una canción, la banda U2 lo recordó en La Plata, así como Miguel Mateos en el Luna Park. Por su parte, Spinetta le escribió un poema, la banda chilena La Ley, invitó a Zeta para tocar «Crimen» y por último, su entrañable amigo Andrés Calamaro, cantó algunas de sus canciones.
A seis años de su partida, su nombre todavía cruje en las paredes de La Cúpula. Su talento, su creatividad, su perfeccionismo y hasta su peculiar humor agudo y sarcástico se hacen extrañar, pero no se olvidan porque su voz está ahí para evocar todo lo que esta nota intentó plasmar.
Gracias totales, Gustavo, por el gran legado musical que sin duda, sigue y seguirá tan intacto como ayer.