Conversamos con Jenny Beavan, dos veces ganadora del Oscar y diseñadora del espectacular vestuario de “Cruella”, la nueva superproducción de Disney, que se estrena el 28 de mayo.
Por Redacción COSAS
Tras el éxito de las películas de “Maleficent”, precuelas de “La bella durmiente”, Disney ha decidido seguir apostando por las ‘historias de origen’ de su inagotable repertorio de villanos clásicos. Cruella De Vil, es sin duda una de las rufianas más emblemáticas en toda la historia cine de animación, desde la “101 Dálmatas” original de 1961 (con la voz de Betty Lou Gerson), en dibujos animados, hasta los filmes de 1996 y 2000, con actores de carne y hueso (con la gran Glenn Close poniéndose en la piel del personaje).
“Cruella”, protagonizada por Emma Stone y dirigida por Craig Gillespie (“I, Tonya”), está centrada, según el productor Andrew Gunn, “en el villano más icónico de Disney, un personaje deliciosamente malvado, extravagante, verborreico, glamoroso, manipulador y que está un poco demente: es un personaje que amas odiar. Podría decirse que es el Hannibal Lecter de Disney”.
Ambientada en los años 70, en pleno estallido del fenómeno punk en Londres, “Cruella” narra la historia de una joven apasionada por el diseño de modas (y la estafa) llamada Estella, quien primero llama la atención de la sofisticada Baronesa von Hellman (Emma Thompson) para luego convertirse en su acérrima antagonista. Naturalmente, un elemento clave de la película es el diseño de su vestuario, que en este caso estuvo a cargo de una auténtica leyenda del oficio, la británica Jenny Beavan, dos veces ganadora del Óscar (por su trabajo en “A Room With a View”, de 1985; y la memorable “Mad Max: Fury Road”, de 2015), quien elaboró casi 300 prendas para los intérpretes principales, 47 de ellas para Cruella y 33 para la Baronesa.
“Fue un desafío grande, porque la película, en más de un sentido, trata acerca de moda y ropa. El guion es bastante completo, porque ves un arco completo en el personaje Estella/Cruella. Es una joven rebelde, que disfruta de la ropa de una manera plena”, asegura Beavan en una conferencia con periodistas de todo el mundo realizada a través de zoom. “La película está situada en los años 70. Yo recuerdo muy bien esa década. No tenía mucho dinero entonces, porque todavía estaba trabajando en el teatro. Pero recuerdo perfectamente cómo vestían las personas y las diversas influencias que existían entonces en el mundo de la moda”.
Sobre los 47 ‘looks’ que creó para el personaje de Emma Stone, Beavan recuerda cómo fue el proceso de selección de esos vestidos. Todo ocurrió en un solo día: “Fui a visitarla un día a su casa de Los Ángeles y llevé unas diez maletas con piezas de ropa de distinto tipo. Fue una colección de prendas muy aleatoria. La idea era ver qué cosas funcionaban. Llegamos por la mañana y nos instalamos en el garaje, primero, y después en la cocina. Fue un largo ‘día de disfraces’, pero creo que fue una experiencia de trabajo muy gratificante para todos. Ahí realmente nos enteramos de qué sería lo que podría funcionar para el personaje de Emma. Para el personaje de la Baronesa, por otro lado, me concentré un poco en los referentes de la alta moda de la época, particularmente en los que solían tener una presencia constante en ‘Vogue’: para sus looks me inspiré en Dior, Balenciaga… Emma (Thompson) tiene una figura increíblemente buena y le encanta usar ropa como esta. Ella realmente lo disfruta, lo que también aporta algo especial a todo el proceso”.
Una curiosidad de “Cruella” es que sus dos personajes principales son, digamos, casi la antítesis perfecta de las ‘princesas Disney’. El aspecto del personaje interpretado por Emma Stone, de hecho, estuvo inspirado abiertamente por la imagen de la díscola cantante alemana Nina Hagen, un icono absoluto del punk rock en Europa.
“Para ser honesta, fue tremendamente divertido diseñar tantos vestidos para dos ‘chicas malas’, pero no diré que fue fácil: tuvimos muy poco tiempo para prepararlo todo. De hecho, en algún momento realmente sentí pánico por el riesgo de no cumplir con los plazos a tiempo”, explica Beavan, quien a lo largo de su carrera ha recibido nada menos que 10 nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood.
“Yo me involucré en el proyecto de ‘Cruella’ hace poco más de dos años. Cuando Craig (Gillespie) me hizo la propuesta, aceptarla me tomó unos tres días de seria deliberación interna. Originalmente, solo teníamos 10 semanas para prepararlo todo, pero ganamos seis semanas adicionales porque Emma Stone tuvo una lesión menor en el hombro que necesitaba descanso y recuperación. Creo que eso salvó nuestras vidas (risas). Sin embargo, no pienso que este haya sido mi mayor desafío profesional. Yo diría que el máximo reto de mi carrera fue ‘Mad Max: Fury Road’, porque estuve muy lejos de mi zona de confort. Después de haber hecho una gran cantidad de dramas de época, particularmente de la era victoriana en Inglaterra, creo que la gente se sorprendió un poco al verme metida en ese mundo post-apocalíptico. No podría haber estado más lejos de mi zona de confort. Lo contrario ocurre con ‘Cruella’ porque, como ya dije, recuerdo perfectamente los años 70. El desafío mayor fue el poco tiempo que tuvimos, pero tuve un equipo increíble a mi lado con el que conseguimos terminarlo todo con éxito, aunque todavía no sé cómo lo hicimos. Que Dios los bendiga”.
¿Beavan se inspiró de alguna manera en los tres filmes anteriores en los que aparece Cruella De Vil? “Realmente, no, porque esta es una película de origen, más allá del hecho de que el personaje de Cruella parece estar definido por el blanco y negro, y un poco de rojo. Bueno, y también los dálmatas. Pero sí quisimos cerciorarnos de que el personaje, eventualmente, pudiera convertirse en la Glenn Close de las películas de 1996 y 2000. Pero diría que solo hasta allí llegó la influencia de los filmes previos”.
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