La banda sonora de 2021 (hasta el momento).

Por Raúl Cachay A.

Con la paulatina reapertura de salas de conciertos y el anuncio de los carteles de las próximas ediciones de los festivales más importantes de Estados Unidos y Europa, la industria musical internacional empieza a recuperar de a pocos la normalidad, aunque para nosotros siga siendo lejana la posibilidad de ver en vivo y en directo a nuestros artistas y bandas favoritos.

Uno de los síntomas de este tímido renacimiento es la gran cantidad de lanzamientos notables que se han producido en los últimos meses: la primera mitad del año estuvo repleta de discazos, en casi todos los géneros más populares. Quedarnos únicamente con diez no ha sido fácil, pero esta selección, más que presentar ‘lo mejor’ del 2021 hasta la fecha, recoge en realidad lo que podríamos llamar ‘la banda sonora’ del año en curso: lo más trascendente que ha llegado a los servicios de streaming y lo que ningún melómano que pretenda mantenerse actualizado debería dejar de escuchar.

Desde el soul progresista de la estadounidense Jazmine Sullivan hasta el flamante, ecléctico -y maravilloso- tercer álbum de la peruana La Lá, estos son diez discos imprescindibles de la primera mitad del 2021.

Jazmine Sullivan – “Heaux Tales” (Fecha de lanzamiento: 8 de enero)

El cuarto álbum de Sullivan (un EP de poco más de media hora de duración, en realidad) representa la consolidación absoluta de la propuesta etérea, sensual y expansiva de la cantante de R&B nacida en Filadelfia hace 34 años. En sus ocho cortes -cargados de sexualidad y empoderamiento femenino-, Sullivan se revela como una de las voces definitivas de un género que tuvo otros picos notables en los meses pasados con los lanzamientos de la británica Celeste (“Not Your Muse”) y las estadounidenses Valerie June (“The Moon And Stars: Prescriptions For Dreamers”) y Dawn Richard (el ecléctico y futurista “Second Line”), entre otros. 

Arlo Parks – “Collapsed in Sunbeams” (29 de enero)

Con apenas 20 años, la cantautora y poeta británica editó a fines de enero uno de los discos que más expectativas había generado en los meses previos entre la prensa británica (siempre tan propensa al ‘hype’) y lo cierto es que muy pocos terminaron decepcionados con esta magnífica colección de ‘miniaturas’ pop que la proyectan desde ya como una de las portavoces más agudas y aventajadas de la llamada ‘Generación Z’. De hecho, hace apenas un par de semanas recibió el premio BRIT al artista revelación del último año. Su historia recién comienza.

Nick Cave & Warren Ellis – “Carnage” (25 de febrero)

El legendario músico y escritor australiano se reunió para la grabación de este disco con su viejo compinche y colaborador, Warren Ellis, quien lo ha acompañado durante años como integrante de The Bad Seeds. El fruto de esa complicidad es uno de los álbumes más conmovedores y devastadores de los últimos tiempos: un nuevo triunfo del enorme Nick Cave, quizás el compositor en ejercicio más importante del rock contemporáneo, quien exorciza pérdidas personales y la angustia colectiva generada por la pandemia (el disco fue grabado en pleno confinamiento) ea través de ocho canciones que reconfortan e interpelan en proporciones equivalentes. Una dolorosa obra maestra. 

Lana Del Rey – “Chemtrails Over the Country Club” (19 de marzo)

La parábola triunfal de la cantante neoyorquina es, sin duda, una de las más singulares que nos haya regalado el mainstream musical en la última década (o más): desde que irrumpiera en 2012 con “Video Games” y buena parte de la prensa musical cuestionara su ‘autenticidad’ por sus antecedentes como discreta aspirante a princesa pop, la carrera de Lana del Rey ha sumado un éxito tras otro, al punto que hoy muy pocos se atreverían a cuestionar su honestidad como creadora. Su más reciente álbum, el primero de los dos que lanzará este año (ha anunciado que en pocos días hará lo propio con “Rock Candy Sweet”), corrobora que se trata de un talento mayor en la escena musical internacional. Y que aún tiene mucho más por ofrecer.

Floating Points, Pharoah Sanders & The London Symphony Orchestra – “Promises” (26 de marzo)

Una de las colaboraciones menos esperadas de los últimos tiempos -un legendario saxofonista estadounidense de más de 80 años con un DJ y neurocirujano británico que debe ser, al menos, cinco décadas más joven, más la orquesta sinfónica de Londres- ha dado como resultado uno de los mejores discos de jazz del año, un ejercicio musical evocativo y espiritual que, en tiempos como los que estamos viviendo, cayó casi como un regalo del cielo para quienes buscan algo de compañía y consuelo en la música que escuchan: un disco hermoso y terapéutico. Por cierto, en los territorios del jazz, también aparecieron lanzamientos notables de Sons of Kemet (“Black to the Future”), Vijay Iyer Trio (“Uneasy”), Archie Shepp & Jason Moran (“Let My People Go”) y muchos más.

Dry Cleaning – “New Long Leg” (2 de abril)

En tiempos de crisis, incertidumbre y angustia existencial como los que nos están tocando vivir, el post punk parece encontrar el terreno ideal para florecer y prosperar: los dos últimos años han estado plagados de apariciones, confirmaciones y regresos (en muchos casos inesperados) de bandas asociadas con este subgénero en ambas orillas del Atlántico. Dry Cleaning, desde Londres, presentó en abril el que es quizás el álbum debut más apasionante en lo que va del año para una agrupación de rock, con sus riffs angulares, la voz enigmática de Florence Shaw y su cerrada apuesta por las atmósferas densas y enrarecidas. Exactamente lo que necesitamos en estos momentos. Y si quieren seguir sumergiéndose en las neblinas del post punk, no pueden perderse los últimos lanzamientos de Black Country, New Road (“Fort the First Time”, otro debut incendiario), Squid (“Bright Green Field”), Shame (“Drunk Tank Pink”), TV Priest (“Uppers”), Iceage (“Seek Shelter”) y del siempre díscolo dúo Sleaford Mods (“Spare Ribs”), entre otros.

Jack Ingram, Miranda Lambert & Jon Randall – “The Marfa Tapes” (7 de mayo)

Los confinamientos, la imposibilidad de viajar y la paranoia por la amenaza siempre latente del virus ha favorecido la aparición de proyectos intimistas como este: tres cantautores, entre ellos la máxima estrella de la música country del siglo XXI (Miranda Lambert, por supuesto), se enclaustran en una pequeña casa en el desierto de Texas para componer y grabar un álbum de canciones originales. El resultado de dicho experimento es un íntimo y encantador acto de amor y compromiso con el viejo arte de escribir e interpretar canciones simples, acústicas, urgentes… “The Marfa Tapes” es un disco lleno de imperfecciones, dada las condiciones en las que fue grabado, pero esa es también una de sus grandes virtudes: es una ventana abierta al corazón y el espíritu de sus autores. Una auténtica joya.

Olivia Rodrigo – “SOUR” (21 de mayo)

La gran historia de éxito global de 2021. Rodrigo, quien empezó su carrera artística como actriz en las producciones del canal Disney, como tantas otras estrellas del pop contemporáneo -la mayoría efímeras, hay que decirlo-, no solo es responsable de ‘la’ canción de 2021 hasta el momento y quizás de todo el año (dudamos que aparezca otro fenómeno como “Driver’s License” en los próximos meses), sino que supo disipar las dudas que podían surgir de su juventud y falta de experiencia con un primer álbum en el que, como escribió un crítico de la revista “Rolling Stone”, utiliza “todo la historia de la música pop como su cuarto de juegos”. La artista, que cumplió 18 años en febrero, demuestra en “SOUR” que su repertorio no solamente se nutre de baladas de desamor, sino también de pop, folk y hasta del rock alternativo de los 90. Su trayectoria recién empieza, pero algo queda muy claro: Olivia Rodrigo no será una ‘one hit wonder’.  

Mdou Moctar – “Afrique Victime” (21 de mayo)

Moctar, de 31 años, es un ‘héroe de la guitarra eléctrica’ tuareg nacido Níger que aporrea su instrumento con la intensidad de una tormenta en medio del Sahara: su estilo, contagioso y frenético, se alimenta tanto de referentes del ‘blues del desierto’ y la música contemporánea africana, como Tinariwen, Bombino y Songhoy Blues, como del magisterio eterno de Jimi Hendrix y Eddie Van Halen. En su primer elepé para un sello internacional (Matador Records, nada menos, la casa de Yo La Tengo, Pavement y tantos otros íconos del rock independiente norteamericano), Moctar tiene el ímpetu de un artista en estado de gracia que quiere comerse el mundo. Siguiendo en el continente africano, en 2021 también han aparecido discos absolutamente esenciales del maliense Ballaké Sissoko (“Djourou”), los senegaleses Wau Wau Collectif (“Yaral Sa Doom”), la burkinesa Kady Diarra (“Burkina Hakili”), los congoleños Kasaï Allstars (“Black Ants Always Fly Together, One Bangle Makes No Sound”) y los nigerianos Femi & Made Kuti -hijos de Fela- (“Legacy+”), además del magnífico álbum póstumo del mítico baterista Tony Allen, también nigeriano, quien falleció como consecuencia del coronavirus en abril del año pasado (“There Is No End”).

La Lá – Mito (28 de mayo)

El mes de mayo culminó con la gratísima noticia del lanzamiento del muy esperado tercer álbum de la cantautora peruana La Lá, quien previamente se había encargado de estimular todas las expectativas posibles con una serie de ‘singles’ de adelanto en los que ya daba indicios de la amplitud de sus nuevas exploraciones musicales: en “Mito” hay festivos recorridos por el trópico y el Caribe, incursiones en géneros como la bachata o la bossa nova y, sobre todo, un espíritu absolutamente expansivo que se expresa mejor que nunca en la voz cálida y vaporosa de la artista. Para cerrar esta selección con otros lanzamientos locales y de artistas peruanos que de ninguna manera se deben perder, resulta indispensable mencionar a Renata Flores (quien este año editó su  primer álbum: “Isqun”), Sofía Kourtesis (“Fresia Magdalena”), Liberato Kani (“Pawaspay / Despegando”), Fernanda Perochena (“Verano Infierno”), QOQEQA (“Axuxa”), Niños Sin Smartphones (“Todos vamos a morir”, Saeztti (“Esplendor artificial”) y Camille Jackson (“La trampa”).

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