Renato Canales, como buen alumno de Arte de la PUCP, ha tenido que aprender las bases de las artes plásticas: los cánones y la tradición en una facultad que es conocida por ser tan exigente como conservadora. Sin embargo, emancipado ya del mundo académico, decidió alejarse de la norma y empezó a crear por puro placer.
Fue así que cogió sus plumones indelebles y comenzó a pintar sobre tablas hawaianas. Primero, sobre las suyas, y, después, sobre las de algunos amigos –la “mancha” con la que corre tabla, como él la llama–, que fueron compartiendo sus trabajos y haciéndolos cada vez más conocidos en el medio.
Luego, llegaron los primeros clientes, algunos de los cuales, como dice Renato, “me entregaban sus diseños o ideas y yo los plasmaba sobre la tabla” o, mejor para él, “me daban total libertad, sabiendo, por supuesto, cuáles eran las características de mi trabajo”.
¿Cuáles son esas características? Mucho color y contenido conceptual. Porque no solo se trata de dibujos bonitos o llamativos: son ideas representadas en un soporte que, ya de por sí, contiene una carga conceptual, como es la tabla. Es el caso del guerrero indígena que “está vestido como un militar, de saco y corbata, y rodeado de plantaciones; una especie de metáfora de cómo el Estado y las grandes empresas hacen lo que quieren con la Amazonía, sin importarles la gente que vive ahí”. No son, pues, palabras vacías ni meros trazos.
“Considero que mi trabajo va de la mano con mi manera de pensar, que es muy punk, surfer, urbana: existe una estética underground, con iconografía muy rebelde, que es la que intento poner en práctica”, explica Renato, quien, además, es guitarrista y cantante de una banda de punk, Los Bestia, con la que está empezando a grabar su segundo disco. La rebeldía no es superficial ni gratuita: es su modo de vida.
Antes, ya ha presentado trabajos propios en algunas exposiciones “más académicas”, pero su primera muestra individual, «Vulgaris Elokuentia», será en Casa Pausa (Belisario Suarez 955), y consistirá en ocho tablas que estarán, todas, a la venta. La exposición va hasta fines de febrero.
Por Dan Lerner
Foto de Javier Zea
Publicado originalmente en COSAS 611.