«La poesía es una ventana a la diversidad excepcional de la humanidad».
Irina Bokova, Directora General de la UNESCO.  

La UNESCO aprobó la decisión de proclamar el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30º periodo de sesiones, que se celebró en París en 1999.

El principal objetivo es apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus comunidades. Además de «promover la enseñanza de la poesía; fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos; apoyar a las pequeñas editoriales; crear una imagen atractiva de la poesía en los medios de comunicación para que no se considere una forma anticuada de arte, sino una vía de expresión que permite a las comunidades transmitir sus valores y fueros más internos y reafirmarse en su identidad; y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás manifestaciones artísticas, como el teatro, la danza, la música y la pintura», según publicó las Naciones Unidas.

Día Mundial de la Poesía

La poesía es una de las manifestaciones artísticas más antiguas. Este género literario recurre a las cualidades estéticas del lenguaje, generando un contenido lleno del pensamiento y sensibilidad de su autor. 

Entre los poetas latinoamericanos más importantes destacan Rubén Darío (1867-1916), César Vallejo (1892-1938), Gabriela Mistral (1889-1957), Blanca Varela (1926-2009) y Jorge Luis Borges (1899-1986). 

3 poemas peruanos para recordar

Ejercicios. Blanca Varela

I
Un poema
como una gran batalla
me arroja en esta arena
sin más enemigo que yo

yo
y el gran aire de las palabras

II
miente la nube
la luz miente
los ojos
los engañados de siempre
no se cansan de tanta fábula

III
terco azul
ignorancia de estar en la ajena pupila
como dios en la nada

IV
pienso en alas de fuego en música
pero no
no es eso lo que temo
sino el torvo juicio de la luz

Ensayo a dos voces III. César Calvo y Javier Heraud

Nuevamente,
ahora que las lluvias
del verano
enlodan los caminos
del retorno,
hay que cortar los trinos
de las aves,
los truenos
de las noches,
y entrar en casa
de la vida,
a tientas,
para que no se enteren
las hojas
y
las sombras.

 

vallejo

Los desgraciados. César Vallejo

 

Ya va a venir el día; da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho.
Ya va a venir el día, ponte el saco.

Ya va a venir el día; ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona,
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente.

Necesitas comer, pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndale, recuerda,
confía en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
Ya va a venir el día, ponte el alma.
Ya va a venir el día; pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo…
¿Tiemblas? Es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
Roncan aún… ¡Qué universo se lleva este ronquido!
¡Cómo quedan tus poros, enjuiciándolo!
¡Con cuántos doses ¡ay! estás tan solo!
Ya va a venir el día, ponte el sueño.

Ya va a venir el día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos,
atiza
tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima.
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.

Ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el día, ponte el sol.

Ya viene el día; dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa
y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo ¡ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morías de todo…