Luis Hernández, el poeta de todas las cervezas junto al mar*, será el protagonista de una muestra que se inaugura este miércoles 26 de abril en la Casa de la Literatura Peruana. El corazón lila. Constelaciones poéticas de Luis Hernández, mostrará por primera vez el archivo personal de la familia y amigos del vate.

Luis Hernández y su sobrina Techi. Archivo Carlos Hernández.

Cabe resaltar que, en vida, Hernández solo publicó tres poemarios: Orilla (1961), Charlie Melnik (1962) y Las constelaciones (1965). Sin embargo, gran parte de su obra fue escrita con plumones de colores en cuadernos Atlas o Minerva que obsequiaba a distintas personas. Esta exposición exhibirá más de 40 de estos, que han sido conservados por el archivo familiar.

“Hernández no limitaba el acto poético a sus cuadernos, sino que escribía también en paredes, en roperos, en cartulinas y en sketches”, afirma Kristel Best, una de las curadoras de El corazón lila. “Se reconoce una obra que amplía la noción de poesía hacia otras artes como las visuales, la música, pero también a las ciencias, como la medicina (además de poeta, Hernández fue médico)  o la astronomía”, agrega.

Luis Hernández y amigos en Alemania

Asimismo, en la exposición se presentará por primera vez un rollo de papel de 27 metros, propiedad del poeta Omar Aramayo, que fue escrito y dibujado de puño y letra por Hernández. Complementan esta muestra las fotografías del álbum familiar y entrevistas en vídeo a los amigos y hermanos del autor de Yo soy quien sospecha,/ solitario en las noches, /que alguien lo ama.

La obra del escritor, además, ha logrado en los últimos años el reconocimiento que se merece. A través de eventos como este o de recientes reediciones, este poeta de culto ha llegado a más lectores.  “Su poesía es muy vigente porque es una voz joven y acerca de todo lo que implica ser joven. Hernández cuestiona el orden, la solemnidad de ciertas cosas, toma elementos de la cultura popular, los hace propios y los poetiza”, explica Best.

Por André Agurto

Luis Hernández. Archivo Carlos Hernández. 

* Dedicatoria, por Luis Hernández

A todos los prófugos del mundo, a quienes quisieron contemplar
el mundo, a los prófugos y a los físicos puros, a las teorías restringidas y a la generalizada.
A todas las cervezas junto al mar.
A todos los que, en el fondo, tiemblan al ver un guardia.
A los que aman a pesar de su dolor y el dolor que el tiempo
hace florecer en el alma.