Hace 15 días, Anthony permanece internado en el Hospital Edgardo Rebagliati. La Esclerosis Tuberosa con Síndrome de Lennox, una enfermedad neurodegenerativa, hace que este adolescente de 17 años convulsione hasta siete veces al día. El diagnóstico lo persigue desde que tiene cuatro años. A los seis, además, su cuadro se complicó más con una crisis psiquiátrica.

Sin embargo, hace un año y medio la situación de Anthony era muy distinta. Su madre, Ana Eulalia Álvarez, comenzó a tratar a su hijo con aceite de cannabis. Entonces, las 18 pastillas que el joven tomaba al día se redujeron a seis. Las convulsiones, además, aminoraron a una o dos al día, incluso a veces a ninguna. “Si es que las tenía, eran muy leves”, acota Álvarez.

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El delicado momento actual de Anthony coincide con que ha dejado de tomar la marihuana medicinal. Y es que en febrero un evento cambió la vida no solo de Anthony, sino muchas familias que se beneficiaban del cultivo colectivo. La Policía Nacional del Perú allanó una vivienda en el distrito de San Miguel usada como laboratorio para cultivar la planta. La casa pertenecía a la señora Álvarez y los efectivos policiales incautaron todo lo que encontraron. “Allí se fueron muchas sonrisas, la mejoría de nuestros hijos”, se lamenta.

 Un grupo de cinco madres acudieron a la Dirincri para probar que el producto incautado era usado solo con fines medicinales. Sin embargo, cuando creyeron que el tema se había cerrado, la semana pasado Ana Eulalia Álvarez recibió una notificación de la Fiscalía en que se le decía que ha sido denunciada por tráfico ilícito de drogas y por poner en riesgo la salud pública.

Todo lo que hice fue por amor a mi hijo y por mejorar su calidad de vida”, sostiene.

En los últimos días, se supo que el doctor César Nakasaki asumirá la defensa legal.

La lucha

Desde febrero, Buscando Esperanza, el colectivo que congrega a las familias beneficiarias del aceite de cannabis, han emprendido una campaña que busca legalizar el producto medicinal. Esta lucha las ha llevado a tocar diversas puertas (Ministerio de Salud, Colegio de Médicos del Perú, entre otras), hasta que hace unos meses el Ejecutivo se pronunció y envió un proyecto de ley al Congreso.

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Este ha sido debatido y aprobado por unanimidad en la Comisión de Defensa del parlamento. Sin embargo, aún tiene que pasar por la Comisión de Salud y luego ser debatido en el Pleno. A esta iniciativa se han sumado artistas como Carlos Alcántara, que se ha declarado a favor del uso medicinal de la marihuana.

“Me concierne específicamente porque mi hijo Lorenzo, como muchas personas saben (…), es un chico con necesidades especiales”, indicó el actor en el programa Todo se sabe de RPP. “Es increíble la cantidad de beneficios que tiene esta planta. Por eso estamos luchando para que los miles de pacientes, como mi hijo que tiene autismo, puedan acceder a los beneficios del cannabis”.

Una de las razones que Alcántara tiene, además de la mejora que tenido su hijo a lo largo de sus 20 años, es la comodidad económica que tiene el aceite de cannabis. Lo mismo piensa Hayde Farfán, una de las representantes de Buscando Esperanza. “Me gastaba entre 800 y 900 soles de medicina al mes”, afirma Farfán. Al igual que el caso de Anthony, la hija de Farfán tomaba aproximadamente 18 pastillas al día. Durante el año y medio que ha tomado el aceite, su gasto se redujo a 600 soles en un año. Los fármacos que tomaba también se redujeron a cuatro.

“Mi hija tiene 17 años. Ha pasado 10 años de su vida con ese sufrimiento y yo, sin saber qué hacer”, sostiene Hayde.

Así como ellas, son 200 familias solo en Buscando Esperanza que se verán beneficadas si es que esta ley finalmente se aprueba en el Congreso. Cada una de ellas son una razón para apoyar esta campaña.