“Con fe” se titula el primer disco como solista de Charlie Parra del Riego. Conversamos con él sobre los inicios de su carrera musical y los retos que ahora tiene como vocalista de una banda.
Por André Agurto // Fotos de Diego Valdivia
A sus 32 años, el músico Charlie Parra tiene 11 guitarras, más de 200 videos en Youtube, casi 700 mil suscriptores, pasa las 120 millones de visualizaciones, ha colaborado en al menos 15 bandas, dentro y fuera del Perú (Difonía, Leusemia, Kobra and the Lotus, entre otras), y ha tocado en los más grandes festivales de rock en el mundo (Hellfest, Whisky A Go-Go, y mas).
Cualquiera que ve el contenido que sube a sus redes sociales pensaría que toca la guitarra desde muy niño. Sin embargo, Charlie llegó a la música por casualidad, casi obligado. “Me pusieron a tocar cajón a los 13 años en un programa que tenía el colegio para los que tenían notas bajas”, recuerda. A los 15 tuvo su primera guitarra entre las manos, pero no fue un amor a primera vista. En ese entonces, quería ser marino. Le tomó dos años más para decidirse: se dedicaría a la música. “Había encontrado por primera vez algo que me interesaba”, afirma.
Es así que Parra comienza a trabajar en bares. El hombre que ha tocado en un festival como el Hellfest frente a decenas de miles de personas, comenzó haciendo covers en un lugar de la famosa “calle de las pizzas”, en un pub en Lince, y otro en Barranco. “En ese tiempo también era miembro de cinco bandas. Todo a la vez”, explica. Y es que si quería llegar a tocar como las bandas que seguía (Guns and Roses, Black Sabbath, entre otros), debía practicar mucho. Charlie no le teme a los retos.
Otras cuerdas
Dominar las cuerdas con tanta destreza le ha tomado tiempo. Hay otro, sin embargo que ha tenido pendiente desde hace varios años. “Quise hacer algo que nunca había hecho. Quise cantar”, expresa. Charlie presentó hace poco “Con fe”, primer disco como solista en el cual, además, debuta como cantante.
En esta nueva aventura, lo acompañan Jorge Álvarez (guitarra y coros) y Jeremy (batería) y Oliver Castillo (bajo). Asimismo, el disco cuenta con la colaboración de Nicolás Duarte (de La mente), Jhovan (Zen), Michael Spitzer (Gaia), entre otros músicos y amigos.
“Es bastante difícil coordinar lo que tocas y, a la vez, cantar”, afirma. Para el músico, acostumbrado a comunicar a través de los riffs de su guitarra, la voz se ha convertido en un nuevo instrumento.
Para este nuevo proceso de aprendizaje, Parra se ha fijado un nuevo objetivo. “La lista de los lugares donde he tocado es interminable. Desde el Salón Imperial hasta el Gran Teatro Nacional o el Estadio Nacional”, cuenta. ¿Qué falta, entonces? “Me gustaría tocar en el Teatro Municipal”, afirma. “Sé que pronto se va a dar”, dice con determinación. Y, por supuesto, seguir “rompiéndola” en el extranjero.