Tras la juramentación de Allan Wagner como nuevo canciller en estos momentos de crisis nacional, recordamos un íntimo perfil hecho con motivo de su rol en el fallo de Corte Internacional de Justicia de la Haya. ‘¿Si este gobierno, o el siguiente, lo invitan nuevamente a asumir el papel de Canciller, ¿aceptaría?’, se le preguntó en ese momento. ‘No, porque es un cargo que ya he ocupado en dos oportunidades. La Cancillería le corresponde a generaciones más jóvenes.”

A continuación, la que en el febrero del 2014 fue nuestro tema de portada.

Tras la lectura del fallo de la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, que por fin delimita la frontera marítima del Perú con Chile, Allan Wagner, el representante del Perú ante la corte, cuenta lo que significó a nivel personal el fin de este capítulo. En la intimidad de su hogar, nos explica con claridad las implicancias del fallo, que suman 50.000 kilómetros de mar al territorio nacional.

Por Luis Felipe Gamarra

En 1986, como Canciller del primer gobierno de Alan García, Allan Wagner respaldó la misión del embajador peruano en Chile Juan Miguel Bákula, en la que se buscó definir un tratado de límites marítimos con Chile, pedido que entonces, como hasta el año 2002, no tuvo respuesta del gobierno chileno. Tras designar a Allan Wagner como agente del Estado en La Haya, el 16 de enero de 2008 el Perú presentó la demanda de Delimitación Marítima contra la República de Chile ante la Corte Internacional de Justicia. Finalmente, después de seis años, el 27 de enero pasado, el tribunal emitió el fallo final. Ese día, tanto Wagner como el Perú, cerraron uno de los capítulos más importantes en su historia. Sin embargo, no todo ha acabado. Expresiones tanto del presidente Sebastián Piñera, como del Canciller chileno Jorge Moreno, así como de presidente del senado chileno Jorge Pizarro, exigen no solo que el Perú se incorpore a la Convención del Mar para acatar el fallo, sino que han introducido a su discrepancia con el resultado la titularidad del triángulo terrestre formado por el mar, el paralelo y el Hito N°1, que, según el Tratado de 1929, le pertenece al Perú. Al respecto, Wagner es contundente: “No se puede, de ninguna manera, sujetar a nada la ejecución del fallo”.

Allan Wagner, nuevo canciller

¿Qué pensó mientras el juez Peter Tomka acababa de leer el fallo, en el que claramente el Perú obtuvo una victoria sobre la otra parte?

Una satisfacción enorme, porque el fallo favorecía la posición peruana, ganando derechos sobre más de 50.000 kilómetros de mar, que se suman al territorio nacional. Y, además, porque el 75% de lo que planteamos se cumplió. Desde ese punto de vista, el resultado es favorable. No al 100%, porque en este tipo de procesos es difícil obtener todo. Pero, a mi juicio, es una clara victoria.

No obstante, en Chile, sus autoridades hablan de que para cumplir el fallo el Perú se debe incorporar a la Convención del Mar

El Perú hizo una declaración formal frente a la corte, pronunciada por mí en calidad de agente, en la que se señaló que la legislación peruana se ajusta a los estándares del derecho internacional marítimo, declaración que ha sido recogida en el fallo. Por ese mismo motivo, la corte ha fallado según el derecho internacional, que significa libertad de navegación, sobrevuelo, tendido de cables, y todo lo que se estipula, obligaciones que el Perú deberá cumplir. Nuestra Constitución, y su legislación, son compatibles con la Convención del Mar. Pero, si de ser necesario, se deben hacer ajustes o reglamentos, se harán. De nuestra parte, lo dijimos en La Haya, nos sometemos a las obligaciones que fijó la comunidad internacional.

¿No debemos cambiar la Constitución, como lo sugirieron expresamente el canciller chileno Jorge Moreno y el presidente del senado chileno, Jorge Pizarro?

En absoluto. Nuestra Constitución ya incorpora conceptos importantes de la Convención del Mar. Integrarnos a la Convemar será una discusión que se deberá analizar en su momento como país, pero para aplicar el fallo no se necesita. No se puede, de ninguna manera, sujetar a nada la ejecución del fallo sobre la delimitación marítima. No es posible.

La frontera terrestre, que no era materia del fallo, ¿ podría convertirse en una excusa de Chile para no acatar el fallo? El presidente Piñera habla de que Perú debe reconocer la titularidad de Chile sobre el triángulo entre el mar, el paralelo y el Hito Nº1.

La corte señala claramente que este punto no está en discusión. El fallo, expresamente, afirma que su deber es fijar el punto del límite marítimo, y que eso no prejuzga ni afecta lo que las partes ya acordaron en el Tratado de 1929, y los trabajos que hizo la comisión demarcadora de entonces. Y lo cita detalladamente, que no es su responsabilidad determinar la ubicación del Punto Concordia, y que la fijación del límite marítimo no prejuzga ni inhabilita lo que ya se discutió en 1929. Todo lo contrario. La corte se atiene a lo que es su responsabilidad, los límites marítimos.

¿A quién le pertenece lo que se ha definido como la ‘costa seca’?

Al Perú, conforme al Tratado de 1929, y la comisión demarcadora de límites. La frontera terrestre se inicia en el punto donde un arco trazado, desde el primer puente sobre el río Yuta, con un radio de diez kilómetros que corta la línea de baja marea, que es el punto Concordia. Ambas delegaciones acordaron establecer el primer hito fronterizo en una fosa que no fuera barrida por las aguas. Por ese motivo el Hito Nº1 está a 200 metros de la línea de baja marea. Ahí las mareas altas no llegan. Ese no es un tema de controversia, fue un acuerdo entre estados hace muchos años. Es lamentable que se esté mezclando el resultado del fallo con este tema.

Son declaraciones de autoridades chilenas

Sí, las he escuchado.

¿Se debe solicitar una interpretación a la corte, como se sugiere en Chile?

No, en absoluto, el fallo es sobre límites marítimos, no sobre límite fronterizo. Se están confundiendo los temas.

¿Podemos interpretar estas declaraciones como una traba a aplicar el fallo?

Espero no que no lo sea. No quiero prejuzgar sobre las razones por las que se expresan así, pero confío en que estas declaraciones no se conviertan en un obstáculo para el gobierno chileno, de honrar su palabra frente a la comunidad internacional, como corresponde a todos los países que se someten a las reglas de la corte internacional.

En el Perú se habla de ejecución inmediata, en Chile de ejecución gradual, ¿cuál será la velocidad de la aplicación del fallo?

El fallo es obligatorio desde que se leyó en la corte, a las 5:00 de la tarde hora de La Haya del día 27, sobre eso no hay duda. La que la corte nos ha dejado de tarea a ambos países es identificar las coordenadas de los puntos A, B y C, segmentos del límite marítimo que se ha trazado, trabajo que deberán hacer rápidamente las marinas de ambos lados.

¿Cuál es entonces la gradualidad de la que habla el presidente Piñera?

Es una interpretación semántica. Lo inmediato tiene que ver con el disfrute de los derechos que se derivan del fallo y el cumplimiento de las obligaciones que del fallo se derivan. Lo gradual será si se quiere adecuar cierto tipo de normas operativas. Pero el fallo no se va a aplicar de a pocos. Se aplica y se aplica, conforme al derecho internacional y la buena fe de las partes, en el marco de las excelentes relaciones de diálogo fluido y constructivo.

La fijación de las coordenadas marítimas, ¿se deberá hacer en coordinación con Chile o cada país lo podrá hacer de forma unilateral?

Las coordenadas exactas deben fijarse conjuntamente. Cada marina podría hacer el ejercicio en forma independiente, conversar y luego definir una conclusión. Pero la fijación de estos límites no significa que todavía no se pueda hacer uso de los derechos del mar que hemos adquirido.

¿No se necesitaría conformar una comisión mixta para definir todo lo que se necesite implementar en materia normativa o de fijación de coordenadas?

Ya tenemos muchas comisiones para temas específicos, que se deberán fortalecer. Si hay necesidad de nuevas comisiones se podrán crear. Pero no veo la necesidad de hacer una gran comisión encargada de ejecutar el fallo. Eso no es necesario. La fijación de coordenadas, o la implementación de alguna norma, son cosas muy puntuales y específicas, que no exigen mucha burocracia. Lo que toca es mantener el diálogo abierto, fluido, trasparente y constructivo.

¿Qué mecanismos diplomáticos se deberán implementar? Se habla de acelerar el 2 + 2 (reuniones entre Cancilleres y ministros de Defensa).

Existen muchos mecanismos más, están los del capítulo comercial, consular, que tiene que ver con la relación entre ambas sociedades, la integración fronteriza, es importante que Tacna y Arica sigan integrándose. Hay un trabajo importante en facilitar integración binacional.

Mientras empacaba sus maletas, con el fallo en la mano, ¿qué pensaba? Han pasado 27 años desde 1986, cuando asumió el cargo de Canciller, en la que le tocó respaldar la comisión Bákula, en la que se solicitaba formalmente definir el límite marítimo

Sentía la satisfacción del deber cumplido. Con esto, además, resolvía el mayor desafío que había asumido a lo largo de mi larga carrera diplomática, que hace poco cumplió los 50 años. Pensaba en que fue un privilegio ser el agente del Perú, sobre todo porque se trataba de un episodio histórico, con un resultado que favorece al país, y aumenta el patrimonio nacional. El Perú ha ampliado sus fronteras en forma pacífica según el derecho. Sin duda ha sido un triunfo.

Si este gobierno, o el siguiente, lo invitan nuevamente a asumir el papel de Canciller, ¿aceptaría?

No, porque es un cargo que ya he ocupado en dos oportunidades. Yo regresaré de la embajada del Perú en Países Bajos en calidad de diplomático en retiro. Todavía me toca cerrar algunos asuntos, despedirme del rey, hacer mis maletas. Pero no significa que me iré a casa. Será un retiro activo, incluyendo la posibilidad de asesorar a la Cancillería en todo lo que pueda, sea sobre el fallo o en otros temas de política exterior. La Cancillería le corresponde a generaciones más jóvenes.

Publicado 4 marzo 2014