Darle facultades legislativas a un gobierno que no sabe gobernar y a un ministro de Economía que parece no entender de economía es una condena para todos los peruanos.

Por Andrés Romaña

El país se encuentra en una situación crítica. En el campo económico, el dólar no baja de los S/4, los inversionistas huyen del país y los precios de los productos están por las nubes.; en el campo político, escándalos todas las semanas que salpican al Ejecutivo y una crisis interminable. Mientras tanto, el Ejecutivo solicita facultades al Congreso para impulsar una ‘Reforma Tributaria’ que busca aumentar la recaudación.

Hablar sobre una reforma tributaria puede sonar bien, sin embargo, los impulsores de esta medida parecen no entender cómo funcionan los impuestos ni lo perjudicial que puede resultar ser dogmáticos con este tema. El ministro Francke aseguró que busca incrementar la carga impositiva a las empresas mineras entre 3 y 4 porciento. Además, también indicó que se quiere cobrar más impuestos a “los que hoy tienen una situación privilegiada” para que “haya agua potable en el pueblo y el niño tenga internet en su Tablet”. Entonces, para el ministro de Economía, no hay agua potable ni internet no porque en el Perú se pierdan 23 mil millones de soles en corrupción anualmente o porque haya políticos ineptos, sino porque los “privilegiados” no pagan más impuestos. Es así como el ministro Francke demuestra que sus dogmas ideológicos priman sobre el manejo responsable de la economía.

El Congreso no puede otorgarle facultades legislativas a este gobierno y menos en materia tributaria. De hacerlo, estarán condenando a todos los peruanos a pagar nuevos y más impuestos que terminarán derrochándose en planillas de burócratas ineficientes o en corrupción. Porque definitivamente lo que le cobren a los “privilegiados” no alcanzará para financiar el gasto desenfrenado de Francke y Castillo, por lo que, apelando a la “solidaridad con pistola”, subirán impuestos a la clase media y luego a la baja. Es la misma receta demagógica y populista que se aplicó en Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador y que terminó empobreciendo más a los ciudadanos: subir impuestos en nombre de la solidaridad, desincentivando la inversión, generando desempleo y aumentando la pobreza.

Darle facultades legislativas a un gobierno que no sabe gobernar y a un ministro de Economía que parece no entender de economía es una condena para todos los peruanos que vivirán las nefastas consecuencias de una crisis económica innecesaria.

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