El fondista César Espinoza vive actualmente de la caridad de sus amigos y se ha visto obligado a mendigar ante la imposibilidad de pagar servicios básicos.
Por Sergio Herrera
El atleta César Espinoza Castillo, representante de Perú en los Juegos Panamericanos, además de otras competiciones deportivas, se encuentra en una situación crítica. El «Hijo ilustre de Huacho» padece de cáncer a los huesos desde el 2020 y hasta ahora, tiene que costear su tratamiento contra esta enfermedad, su alimentación y servicios básicos.
En una reciente entrevista con Exitosa, Espinoza informó que se ha quedado sin servicios de luz eléctrica y agua potable, debido a la falta de pago. Por este motivo, se inclinó por una trágica decisión: vender sus medallas para solventar los gastos. «Es muy doloroso esto. Yo no quiero un monumento, un carro, una oficina, yo quiero, aunque sea fomentar las escuelas deportivas. […] Ahora salgo a mendigar y no tengo vergüenza, tengo que salir a pedir a la gente, aunque sea un sol, a pedir un plato de comida para mi madre, porque yo ni siquiera como, el dolor [por la enfermedad] es tremendo», declaró el atleta.
Espinoza relató que gracias a la solidaridad de sus amigos ha podido sobrevivir los últimos meses. Sin embargo, necesita mayor apoyo económico porque el Sistema Integral de Salud (SIS) no puede cubrir el costo de las inyecciones y medicamentos que se necesitan para combatir el cáncer. «Me acerqué al SIS y me derivaron al Hospital Regional. El SIS solo me cubría análisis de seis u ocho soles, pero hasta ahora no recibo ninguna llamada. Me dijeron que debo ser fuerte porque es cáncer. Lucho bastante y sé que Dios es grande, pero les digo la verdad: estoy en las últimas», confesó. No obstante, para Espinoza, lo más dramático es la situación que tendría su madre si él fallece. «Mi madre está un poco delicada, si yo me voy, ella se quedará sin ingresos».
Su hazaña del 2018
Además de sus logros deportivos, César Espinoza es recordado por una curiosa hazaña. En enero del 2018, cuando el Papa Francisco visitó el Perú, Espinoza decidió correr 160 km desde su natal Huacho hasta Lima para conocerlo. Para el recorrido, se vistió con una sotana blanca y se puso un cartel que decía: «Fondista huachano le da la bienvenida, Papa Francisco». Para ponerse en forma, inició un régimen especial de ejercicios de hasta cuatro horas diarias. El objetivo era llegar al Aeropuerto Jorge Chávez desde Huacho. Por aquel entonces, Espinoza comunicó que se retiraba de las lides deportivas tras 23 años de carrera. Como fondista, participó en los Juegos Panamericanos, Juegos Bolivarianos, al igual que en diversas competencias en Sudamérica. Puede comunicarse al 993 193 852 si desea ayudar al atleta.
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