Interesante propuesta la de José Del Castillo, cocinero que ayudó a terminar de dar forma a Isolina, de alguna manera, el nieto del antiguo restaurante criollo de mantel, mucho más casual y descontracturado, y, sobre todo, mucho más contemporáneo. Su nuevo proyecto, Las Reyes, busca llevar la propuesta, con otro precio, a los barrios, convirtiéndose en un formato fácilmente reproducible en un espacio pequeño. Más que la cocina, reiterativa pero sabrosa, lo interesante es el formato. Estas son las tres claves que lo definen.

Por Javier Masías @omnivorus. Fotos de Elías Alfageme 

1. El primer reto parece haber sido llegar a un ticket bajo. Por ello, buena parte del diseño del negocio está orientado para llevar, y la atención a la mesa se limita al despacho de platos previamente pagados en caja.

Causa en “Las Reyes”.

2. La carta varía según el día, con un puñado de preparaciones que van rotando. Se trata siempre de platos que se preparan en Isolina, y se regeneran aquí, así que el espacio que se ahorra en cocina puede destinarse a maximizar la experiencia.

Otro ahorro: los platos prescinden de buena parte de las proteínas que los acompañan en Isolina y se reemplazan con más arroz. Habría que ver cuán popular resulta esta manera de servir entre el público.

Escabeche en “Las Reyes”.

3. Hay un elemento potencialmente disruptor en la propuesta, pues, a pesar de contar con un par de cócteles, se plantea como una especie de taberna de barrio, que aprovecha el retiro como terraza en lugar de parqueo.

Si este formato altamente reproducible prospera (y se refina), será posible llevar cierta alegría gastronómica a vecindarios que rara vez tienen buenos cócteles y cocina de calidad accesible.

Los cocteles de “Las Reyes, pese a no abundar en variedad, son de calidad.

Dirección: Federico Villareal 312, Miraflores. Teléfono: 693-9022. Horario: de lunes a sábado, almuerzo y cena. Domingo solo almuerzo.