¿Existe un boom de la cerveza artesanal en el Perú? Absolutamente. Analizamos junto a cuatro expertos el crecimiento, los avances y el debate abierto sobre el impuesto selectivo al consumo. La situación se encuentra en plena efervescencia.
Un consumidor deseoso
“Apostamos por las cervezas artesanales hace casi dos años. En un inicio teníamos de 10 a 12 marcas, pero no hubo una respuesta entusiasta”, cuenta David Castillo, jefe de barra del restaurante Central. “Hoy volveremos a extender la carta. La cerveza artesanal ya no es una novedad que ofrecer al cliente curioso, sino una forma de lujo cotidiano para los consumidores aficionados.”
El fenómeno artesanal actual, que el crítico gastronómico Javier Masías define como “muy emocionante”, se revela en la inclusión de estas cervezas en las cartas de cada vez más restaurantes y cafés, en bares como el del Hotel B o Barra 55, y en la mejora paulatina pero constante de la calidad. Durante el 2015, el consumo tuvo un 5% de crecimiento promedio mensual. Ese año, el Festival de la Cerveza Artesanal (Capfest) reunió a más de 15mil visitantes con la oferta de unas 25 marcas.
La demanda ha dado paso a la creación de bares especializados como Barranco Beer Company así como draft bars como Nuevo Mundo, donde la cervecería comparte sus propios clásicos y novedades. “La prensa muestra tanto interés como el público y empiezan a aparecer bares con cervezas servidas de canilla, además de las que se ofrecen por botella. También ocurre que los mejores bares y restaurantes de la ciudad hacen su propia selección. Antes, por ejemplo, no veías una artesanal en Rafael o en Central, y hoy están en las barras de ambos restaurantes e incluso son parte de lo que se ofrece siempre como maridaje en los menús degustación de Astrid&Gastón y Maido”, acota Masías.
Criatura del boom
Existe una fuerte relación entre la cerveza artesanal nacional y el boom gastronómico. Juan Mayorga, de la exitosa Cervecería del Valle (para Masías, la mejor del Perú), describe el boom cervecero como un fenómeno que se ha desarrollado en los últimos cinco años, creciendo exponencialmente gracias a marcas pioneras como Barbarian y Sierra Andina, hasta llegar a una actualidad donde “cada semana sale una cervecería que maneja nuevos sabores y plantea retos distintos. Todo gracias a un consumidor que no solo te deja experimentar, sino que te lo exige”.
Gracias a la revalorización de los sabores nacionales, y a la creciente creencia de que Perú es un país con potencial en cualquier gama de producción relacionada a la gastronomía, Castillo ha observado que entre los comensales llama la atención la cerveza con insumos peruanos y que la buena calidad de la cerveza nacional es asumida por el público. Un ejemplo es la Fruit Bitter Cacao, de Magia Piura en colaboración con Cumbres. Esta cerveza además de su base de cacao blanco piurano, tiene un sabor afrutado gracias a toques de mango ciruelo, fusión digna de la tradición culinaria nacional.
Además, ya existen tours cerveceros y suficientes plantas como para que las visitas y degustaciones sean un plan agradable de fin de semana, balance entre el salir a disfrutar de una cerveza y sentir, sea en la pose o el paladar, el placer del sibarita descubriendo por qué en la variedad está el gusto.