La primera semana gastronómica digital del Perú concluyó con un éxito rotundo.
Por Javier Masías @omnivorus
Es cierto que no hubo fiestas en los restaurantes. Que el bullicio jaranero y la alegría de compartir con pisco y música criolla se trasladó a las casas. Que en las calles no hubo filas para festejar nuestra comida en los restaurantes más reputados. Que el sabor durmió en las calles, donde antes se abultaban los peruanos alrededor del humo de los anticuchos.
La pandemia lo ha cambiado. O casi. Las ganas se mantienen. La efervescencia está ahí. El sabor persiste.
Con el fin de adecuar el ímpetu gastronómico y celebrar la peruanidad a través de la mesa en tiempos de distanciamiento social, COSAS y Diners Club organizaron #EstáQueQuema, la primera semana gastronómica digital del Perú como preámbulo de Fiestas Patrias.
La programación incorporó tres formatos diferentes: homenajes de los cocineros más destacados a platos clásicos del repertorio peruano, clases maestras de chefs de reconocida trayectoria y una divertida tertulia final, como cierre reflexivo para aportar ideas en medio de estas singulares circunstancias. La propuesta, además de innovadora y de permitir el despliegue de ideas que pocas veces se frecuentan en los medios, ha resultado tremendamente exitosa.
Marilú Madueño, del restaurante La Huaca Pucllana y de la pollería Primos, nos enseñó cómo hacer el pollo a la brasa en casa y cómo aprovechar lo que queda de este cuando lo pedimos por delivery, mientras concentraba la atención de más de 70 mil personas. Platos queridísimos como el cebiche y el ají de gallina, por su parte, recibieron el tributo de Mitsuharu Tsumura del restaurante Maido y José del Castillo de La Red e Isolina; mientras joyas de nuestra cocina que se ven cada vez menos en casa, como la patita con maní, tuvieron nueva vida de la mano de Martha Palacios del restaurante Panchita. Renzo Garibaldi, desde el remozado Osso de La Molina, nos enseñó a peruanizar hamburguesas de cerdo y de res.
Pepe Moquillaza, enciclopedia pisquera y entusiasta productor de vinos naturales, puso la cuota bebestible con un lindo tributo al pisco. Y el cierre de fiesta fue una tertulia interesante en la que Arlette Eulert del restaurante Matria, Pedro Miguel Schiaffino de Malabar, amÁz y La Pulpería, y Tito Alegría, de Canatur y Puca, intercambiaron puntos de vista en torno a un tema sobre las tareas pendientes de “La cocina peruana rumbo al bicentenario”. Quisimos cerrar esta programación con una conversación sobre ideas y el futuro de la cocina: el estado de la participación femenina en los fogones nacionales, el fomento de las escenas gastronómicas del interior del país, y la necesaria e impostergable necesidad de rescatar y promover la cocina callejera como herramienta para el desarrollo y uso apropiado de espacios públicos y generación de valor para el turismo.
Quienes se hubieran perdido alguno de los episodios, conversaciones y demostraciones pueden verlos otra vez buscando en la fanpage de COSAS Perú de Facebook. Cosa curiosa: los videos, filmados manteniendo todos los protocolos sanitarios, son un singular documento de la cocina de nuestro tiempo: la tertulia final se llevó a cabo con estricta mascarilla y distancia social, al igual que todas las transmisiones, que se desarrollaron en vivo siempre.
De parte de quien firma esta nota, que sirvió de moderador del evento y algo tuvo que ver con la generación del contenido, será hasta una próxima oportunidad. Quienes tengan interés en seguir enterándose de lo que ocurre encima y debajo de la mesa del Perú, conéctense todos los jueves a las 20:00 al Instagram Live de @Cosasperu para mi espacio de conversación, Saber de Sabor. Y no se olviden que siempre, llueva, truene, se caiga el mundo o nos encerremos en casa como resultado de una pandemia planetaria, la cocina peruana está —y estará— que quema.