Mi mejor amiga de toda la vida ha empezado a hacerme sentir insegura. Ella es una chica llena de confianza, divertida y super guapa. En el colegio no lo sentía tanto, ya que éramos todas mujeres, pero ahora que hemos entrado a la misma universidad, es muy evidente la habilidad que tiene para ser el centro de atención y atraer a chicos sin esforzarse. Creo que estoy un poco celosa del efecto que tiene sobre las demás personas. Estoy disfrutando mucho esta nueva etapa universitaria, el problema es que cuando ella está cerca, mi confianza se evapora y me siento muy mal conmigo misma. No sé qué debería hacer. ¿Hablar con ella? ¿Distanciarme?

Por Cecilia de Orbegoso

No te voy a negar que la amistad femenina, llena de aristas y matices, suele estar surcada por la envidia y marcada por lazos invisibles de competencia. No sabría decirte por qué. No creo que sea nuestra naturaleza como mujeres, más si puede ser en parte causada por la sociedad en donde vivimos, donde estamos continuamente comparándonos y valorando si una tiene más y si la otra tiene menos. Y déjame decirte que a tus (según mis cálculos) 17 años, tú recién estás a inicios del juego. A lo largo de tu vida, te vas a encontrar con mil y un situaciones que van a afectar tu autoestima. Probablemente ves en redes sociales chicas con cuerpos que tu consideras perfectos, o ves a influencers gastando en ropa lujosísima y viajes soñados y tú no tienes pero ni para la entrada al cine. Así como en un futuro, será tu colega del trabajo la que te de inseguridad, o tu compañera de la maestría, o las amigas de tu esposo, en fin, la lista es eterna.

Lo que trato de decirte es que siempre habrán factores a tu alrededor que harán que te conviertas en la peor enemiga de tu autoestima, pero el mejor consejo que podrías recibir ahora mismo es el siguiente: la única responsable de cómo estos factores te hacen sentir eres tú y únicamente tú. Nadie más. Sentirte mal por algo que haya hecho alguien más depende de ti, así como conseguir que lo que hagan otras personas no te afecte y sentirte bien a pesar de ello también depende de ti.

Sobre tu amiga, su mera existencia no es un ataque contra tu identidad personal y no creo que se merezca que la saques de tu vida radicalmente, ella no te ha hecho nada. No debes depositar en los hombros de tu amiga el peso de tus inseguridades, ni esperar que ella modifique su brillo para hacer espacio a tu propia luz. Por ende, estoy convencida de que no es que la persona que desencadena estos sentimientos es la que deba evitarse, sino, por el contrario, son estos sentimientos los que deben enfrentarse. Queda clara una cosa, lo que envidias de ella es su confianza. ¿Cómo no? Si la confianza en uno mismo un arma poderosísima: no solo es atractiva, sino que también es adictiva. ¿Por qué no aprovechar y empezar a trabajar en la tuya? Además te doy una buena noticia: la confianza y autoestima por supuesto que se pueden trabajar y mejorar. 

Primero, analiza la raíz de tus inseguridades. Una vez definidas, enfócate en tus fortalezas, siendo siempre consciente de tus limitaciones, así podrás establecer metas realistas, y sobre todo, dedicar momentos para cuidarte, relajarte y conectar contigo misma. En mi caso, son pequeños logros diarios los que me hacen sentir bien conmigo misma,  como ejercitarme diariamente, leer, ponerle mucha pasión a mi trabajo, dedicarle una hora al día a tocar piano, por decirte algunos. Los tuyos serán diferentes, pero es ahí donde encontrarás la confianza que anhelas: cuando tomes decisiones diarias que te hagan sentir orgullosa de ti misma.

Finalmente, una cosa muy cierta: tenemos que humanizar al resto de mujeres. En tu caso es deshacerte de la mitología en la que has envuelto a tu amiga y reconocer que probablemente ella, como tú, tiene sus propias inseguridades y miedos. Te digo que muchas de las chicas más guapas que yo he conocido, que son literalmente modelos y consideradas por el resto como las personas más hermosas, son también las más inseguras que he conocido en mi vida.   

A fin de cuentas, como mujeres, es un hecho que trabajamos duramente por construir nuestra confianza, no es algo que naturalmente se da, más si es un hábito diario el comprometerse a no compararse con otros y mucho menos a menospreciarse. Así que, a futuro, cuando veas a otra mujer super segura de sí misma, recordarás que ha tenido que trabajar duro por esa seguridad y en lugar de verla como algo intimidante la verás como algo inspirador.

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