No es difícil enamorarse del Perú y de todos sus encantos. Es la historia de muchos personajes conocidos, que llegaron desde otras latitudes y no pudieron ni quisieron irse. Tres grandes representantes de esta tendencia son los que, de alguna manera, inspiraron el concepto de Mad About Perú, el primer restaurante peruano en Luxemburgo. Hablamos de María Reiche, la arqueóloga peruana que investigó las líneas de Nazca y que nunca dejó el país; de Antonio Raimondi, historiador y naturalista que dedicó su vida al Perú; y de Ernest Hemingway, que pasó una temporada en el norte peruano, y de quien se dice que no se resistió a las delicias del cebiche.

El salón tiene una capacidad para treinta y cuatro personas, incluyendo la barra, en la que se sirven macerados de pisco y cocteles clásicos peruanos.

La idea de Gabriel Valz-Gen, dueño del restaurante ubicado en Dudelange, a unos minutos de la ciudad de Luxemburgo, es que sus comensales europeos, como los personajes mencionados, que también aparecen retratados en la puerta del establecimiento, terminen enamorándose del Perú a través de nuestra comida.

TRADICIÓN PERUANA Y TOQUES CHALACOS

Sebastien Nuñez, uno de los jefes de cocina, junto a Javier Flores, nos cuenta que los platos más populares son los clásicos: cebiches, tacutacus, lomos saltados, causas…

Javier Flores y Sebastien Nuñez son los jefes de cocina del restaurante, y participaron de la elaboración de la carta.

Si bien todas las regiones del Perú tienen influencia en la cocina del restaurante, la comida chalaca es la más importante, ya que Diego Sorni, chef del restaurante Cabos, en el Callao, es también el chef ejecutivo de Mad About Perú. Uno de los platos más pedidos es el cebiche ‘Woman del Callao’, con toques de ají amarillo y aceite de oliva. También la comida vegetariana tiene presencia en el restaurante, y, quizás, la gran estrella en ese rubro sea el cebiche de champiñones.

El cebiche de champiñones se ha vuelto un clásico para los vegetarianos que visitan Mad About Perú.

 HISTORIA DE ÉXITO

La de Javier Flores es una historia feliz: estudió Cocina en la Fundación Pachacútec y terminó en Luxemburgo, integrando la cocina con tres peruanos más, en un restaurante sumamente exitoso y que empieza a ser muy reconocido en la región. Nos cuenta que “la idea es que los sabores sean lo más peruanos posibles. Es por eso que importamos los ajíes, el choclo y la canchita; todo lo demás lo conseguimos aquí”.

Reiche, Raimondi y Hemingway: tres extranjeros que se enamoraron del Perú e inspiraron el concepto del restaurante.

Y agrega, orgulloso: “Para conseguir una mesa en un fin de semana hay que reservar con quince días de antelación, y en la semana estamos siempre llenos”. La comida peruana sigue conquistando nuevos horizontes.

Por Dan Lerner

Publicado originalmente en COSAS 611.