Christian Edgar y Gianella Eskenazzi se casaron el 18 de diciembre último, en una ceremonia civil en la Hacienda Los Ficus – Pachacamac. Luego de 8 años de novios la feliz pareja se dio el sí, en compañía de sus familiares y amigos más cercanos. La fiesta se animó con la música de Joselito y, además, se realizó un ritual de baile chino para que la pareja tenga buena suerte en la vida.
Por Walter Chunga
El matrimonio se realizó a las 2 de la tarde y fueron más de 150 invitados a la boda. El novio le cantó a la novia la canción de Bacilos, «Perderme contigo», que había ensayado junto a Joselito, en un momento sencillamente encantador. Para la realización de la boda se siguieron todos los protocolos de seguridad. Se realizaron pruebas moleculares de COVID-19 dentro de la Hacienda Los Ficus en Pachacamac.
Los novios, Gianella Eskenazzi y Christian Edgar.
La familia posa junto a los novios.
Los dos vestidos que utilizó Gianella Eskenazzi, fueron de la diseñadora estadounidense Vera Wang.
Christian Edgar le cantó a su novia Gianella Eskenazzi la canción «Y si te fuera a perder».
La fiesta estuvo animada a cargo de Joselito.
El violinista, Marco de Gennaro estuvo presente y la fiesta estuvo a cargo de la música de Joselito. En el matrimonio se degustó de comida japonesa de “Edo”, la parrilla de “Oregón Foods” y Carrito de Gelato de la Crem de la Crem. El Licor fue de Premium Brands y la mesa de quesos del Cheese Corner.
Amigos y familiares posan junto al buffet de la boda.
Además, se realizó el ritual del baile chino, que se hace para que los novios tengan buena suerte en la vida y en su matrimonio. Este dice así: “Que la novia compre una lechuga, y le da de comer al dragón en plena fiesta, con 4 copas de champagne”. El espectáculo de la hora loca china, estuvo compuesto por 25 personas.
Ritual del baile chino para la felicidad de la pareja.
Ritual del baile chino para la felicidad de la pareja.
La decoración
Decorado de manera campestre y elegante.
Decorado de manera campestre y elegante.
El concepto de esta boda fue la de recrear un invernadero, decorado de manera campestre y elegante. El lugar era un espacio al aire libre y con un acabado de madera. La producción de la boda en su totalidad estuvo a cargo de Arturo de Noriega por medio de su compañía «La Fete Event Planning».
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