Con la muerte de Nancy Reagan el pasado 6 de marzo a los 94 años de edad, doce años después del fallecimiento de su esposo – Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos desde 1981 hasta 1989-, desaparece una figura fundamental de la historia estadounidense. Una mujer emblemática que durante los dos mandatos de su marido se dedicó activamente a la lucha contra las adicciones, y se convirtió en uno de los principales portavoces de la campaña “Just Say No” (“Solo di no”) a la droga y al alcohol.
En palabras del actual mandatario estadounidense, Barack Obama, y su esposa Michelle, la señora Reagan “se convirtió en una voz que hablaba por las millones de familias impactadas por el Alzheimer”, enfermedad por la que murió su esposo, y “una activista a favor de los tratamientos que tienen el potencial y la promesa de mejorar y salvar vidas”.
Elegante y sofisticada, dejó su carrera de actriz para apoyar la trayectoria de su marido en la política, con el que estuvo casada durante 52 años. Tras la muerte del mandatario, Nancy ejerció una gran labor a través de la Fundación y Biblioteca Ronald Reagan. “Mi vida comenzó con Ronnie”, aseguró Nancy en una entrevista en 1975, seis años antes de convertirse en primera dama.
De los 44 presidentes de la historia de los Estados Unidos solo viven cinco (incluido Obama), todos ellos junto a sus esposas. Jimmy Carter (en el cargo desde 1977 hasta 1981), George Bush padre (1989-1993), Bill Clinton (1993-2001) y George Bush hijo (2001-2009), la mayoría alejados de los focos de la política.
ROSALYNN, BARBARA, HILLARY, LAURA Y MICHELLE
En el caso de los Carter, la enfermedad del expresidente, de 91 años, con un tumor en el cerebro por el que ha estado recibiendo radioterapia y medicamentos experimentales, le impide estar presente en la vida pública de su país. Junto a él está siempre su inseparable esposa, Rosalynn Smith. “Lo mejor que he hecho en mi vida fue casarme con Rosalynn”, reconoció Carter en agosto de 2015. La pareja lleva junta nada menos que siete décadas.
Durante su periodo presidencial, Rosalynn fue conocida como “la nueva Eleanor Roosevelt”, en referencia a la esposa del presidente Franklin D. Roosevelt (1933-1945), una de las primeras damas más populares junto a Jacqueline Kennedy, esposa del asesinado John F. Kennedy (1961-1963).
Más discreta y distante fue la participación de Barbara Bush (nacida en 1925) como primera dama estadounidense. La esposa de George Bush (1988-1993) y madre de cinco hijos, entre ellos el primogénito George, también presidente de los Estados Unidos (2001-2009), y Jeb, quien hasta hace poco aspiraba a la candidatura republicana a la Casa Blanca, ha luchado durante años contra el analfabetismo, el tabaquismo y el cáncer, y ha figurado en muchas asociaciones; entre ellas, la Sociedad de Leucemia de los Estados Unidos y la Sociedad Nacional de Concientización de Donantes de Órganos. En 1994 publicó su autobiografía, “Barbara Bush: A Memoir”, donde presentó a su marido como un héroe al que nunca dejó de apoyar, pero con cuya política no siempre estuvo de acuerdo, como en temas como el aborto y las armas de fuego.
HILLARY Y EL FACTOR LEWINSKY
A Barbara Bush la sucedió como primera dama Hillary Rodham (1947), esposa de Bill Clinton desde 1975 y con quien vivió en la Casa Blanca desde 1993 hasta 2001, y quien actualmente es precandidata demócrata a la presidencia del país.
Durante su etapa como primera dama, Hillary participó en los éxitos políticos de la administración que dirigió su esposo, aunque pronto se vio afectada por el escándalo Monica Lewinsky, la becaria de la Casa Blanca que mantuvo una relación con Bill Clinton que casi le cuesta la presidencia.
A pesar de las infidelidades, Hillary mostró firmeza y apoyó a su esposo, una mezcla de fidelidad y de sacrificio que le hicieron ganarse el respeto y la admiración de los estadounidenses. Ahora, en plena carrera política, la esposa de Bill Clinton puede convertirse en la primera presidenta de los Estados Unidos.
Por su parte, Laura Bush, esposa del expresidente George W. Bush (2001-2009), ha sido la penúltima de las primeras damas estadounidenses, antes de la que ocupa este “cargo” en la actualidad, Michelle Obama.
Tras la muerte de Nancy Reagan, Laura Bush y su marido emitieron un comunicado lamentando la pérdida de la señora Reagan, una mujer “leal a su querido marido, quien sentía una devoción por él igualada únicamente por su devoción por su país”.
Bibliotecaria en Midland (Texas), donde conoció a su esposo, Laura Welch (1946) ha pasado a la historia estadounidense por su discreción durante los dos mandatos de su cónyuge, un periodo complicado por los atentados del 11 de setiembre de 2001 y las invasiones a Afganistán e Irak. Gran amante de la lectura, Laura Bush siempre ocupó un segundo plano. Quienes la conocen aseguran que tiene un alto grado de timidez, aunque también explican que a su marido le ha ofrecido varias veces su punto de vista en diversos temas políticos.
En 2014, la empresa de encuestas Siena College determinó que Laura Bush encabezaba la lista de primeras damas que podrían haber hecho más durante su periodo en la Casa Blanca. Curiosamente, su sucesora, Michelle Obama, ocupaba el primer puesto entre las que mejor han conciliado la vida familiar y la presidencia, según la misma empresa.
Texto: Juan A. Medina
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