Actriz, bailarina y animalista. A sus 23 años, María Claudia “Macla” Yamada (23) ya es gestora de un programa web de ayuda animal y una de las actrices de teatro más prometedoras de la escena local. Con las convicciones claras, ella va por más.
Por María Alejandra López / Fotos de Shlym Dreanders
Este jueves, Macla Yamada regresa al Centro Cultural El Olivar para la tercera reposición de “Una historia de amor israelí”. En el unipersonal dirigido por Gonzalo Tuesta, la actriz representará a más de veinte personajes en escena. A pesar de que este es uno de los roles que más trabajo le ha demandado, es una historia que desea escenificar hasta que su cuerpo se lo permita.
¿Qué tan difícil ha sido prepararte para este reto?
Esta es la tercera temporada que realizaremos en el Centro Cultural El Olivar. Para el primer estreno, nos preparamos casi tres meses. Diría que es el rol que más compromiso y dedicación ha tenido de mí. Abordar personajes masculinos era algo que aún no había hecho, por ejemplo. No es tan fácil poner en escena ese lado.
La obra se centra en las locuras que la protagonista hace por amor. En tu vida, ¿has hecho alguna locura por amor?
No, no he tenido la necesidad, pero no me cierro a que pase algún día. Soy una persona bastante detallista y suelo “lanzarme a la piscina”. Por eso siento que no he hecho ninguna locura por amor, porque ser aventada es algo natural para mí. Quizás para la otra persona fue distinto.
Tu carrera artística se inició en la danza. ¿Qué te hizo cambiar de rumbo?
Mi mamá fue bailarina de ballet por 12 años y, desde que era chiquita, me transmitió sus ganas de bailar. Gracias a Maricielo Effio y a Ernesto Pacheco pude aprender baile de forma profesional: ellos me ofrecieron media beca en su escuela de baile. Allí aprendí a utilizar mi cuerpo de otra forma y eso me sirvió muchísimo para la actuación. Mi Ítaca siempre ha sido la actuación.
¿Cómo te preparaste para ser actriz?
Gracias a una obra de teatro llegué a la escuela de Bruno Odar. Él me dio media beca porque sabía que no podía pagar el curso completo. La escuela me ayudó muchísimo y me liberó de varias cadenas. Bruno se convirtió en mi maestro y en un gran amigo para toda la vida. Él me ayudó muchísimo.
¿Qué cadenas has dejado atrás?
Tenía bastante miedo de enfrentarme a mi niñez. Una vez, Bruno me dijo en un ejercicio: “Macla, no me estás entendiendo. Debes convertirte en una niña”, y me puse a llorar. Inmediatamente, él conversó conmigo y me ayudó a conectarme con mi niña interior. Sentí que se había convertido en un psicólogo sin darse cuenta. Ahora estoy por buen camino: me lanzo a llorar y ya. ¿Qué es lo peor que puede suceder? Que se me hinchen los ojos.
¿Te consideras una persona sensible?
Sí, soy muy sensible. Antes renegaba de mi sensibilidad, pero ya no. Todo me conmueve. Al mismo tiempo, eso es bueno para la actuación. Creo que no hay un actor que no sea empático. A mí me parece que los actores deberían ser súper empáticos y los que no lo son, están dedicándose a la labor equivocada.
Vocación social
Macla Yamada es una mujer que confía en el poder de los cambios. “Acciones pequeñas logran metas grandes”, resume la actriz como un mantra. Por eso, ella se toma el tiempo de responderle a sus haters en Internet, promover la adopción de animales a través de sus redes sociales y escoger proyectos que realmente la inspiren.
¿Alguna vez te has sentido discriminada en las redes sociales por ser mujer y trabajar en un programa deportivo (Entre memes)?
Sí, y no es necesario estar un programa deportivo. Las redes sociales son una ventana abierta. No entiendo por qué las personas no escriben un mensaje privado y ya está. Hacer una ofensa pública me parece conflictivo. En una sección de “Entre memes”, dije que Perú perdía contra Colombia, y me llovieron cientos de comentarios agresivos. Yo me tomé el tiempo de responder cada uno con un mensaje privado. Me parece ilógico que algunas personas crean que las mujeres solo pueden estar en la cocina.
¿Cómo fue la experiencia?
Algunas personas me respondieron de forma altanera y otras me pidieron disculpas porque no sabían que yo iba a leer sus comentarios.
¿Te consideras feminista?
No estoy muy enterada de lo que la palabra representa al 100%, pero considero que una mujer debe hacer lo que desea sin ser juzgada. También creo que cada género debe vivir su sexualidad como mejor le parezca sin que eso sea un problema. Por ejemplo, no entiendo por qué un hombre puede estar con mil mujeres y solo la mujer que tiene mil hombres es juzgada. Si la feminista de ahora quiere igualdad y no quiere que un género domine a otro, eso sí es algo que yo comparto.
Viajaste a Rusia como influencer, ¿qué opinas de este nuevo trabajo digital?
¡Es extraño! Llegué a Rusia y de pronto me di cuenta que mis redes sociales también eran un trabajo. Me divertí un montón, pero también hubiera sido genial encontrarme con una calle vacía y vivir Rusia sin Mundial. Soy bien aventurera y me gusta hacer viajes low cost. Quería comprar mi menú con Rublos y no pude. Viajé en otras circunstancias: tenía hotel, comida, y viáticos. Me sentí un ser privilegiado.
¿Qué buscas en las marcas que vas a promover?
Sodimac fue una marca que incluyó bastante a las mujeres en su campaña del Mundial. En el fondo, si una marca quiere que la represente como influencer, yo buscaré que la marca me represente a mí y no hacer las cosas por un tema económico. La marca que me viste, Floral Chic, es de una chica que se va a todos los rincones de Gamarra a buscar las mejores telas. Siento que su empuje y sus ganas de salir adelante son algo que me representa.
También eres animalista. Háblame de “Dejando huella”…
Es el nombre de mi programa web para concientizar a las personas sobre el abandono animal. El programa busca que se entienda que el abandono es un problema del que todos nos podemos hacer cargo: si no puedes adoptar a un perro, puedes apadrinarlo y dar un monto mensual para alimentarlo. O, si ya adoptaste un perro, queremos darte recomendaciones para cuidarlo. Además, cada cierto tiempo iremos a un albergue para hacer ayuda social. Queremos que la gente identifique las problemáticas y las soluciones a través del programa.
¿De dónde nace tu amor por los animales?
Tengo tres perros adoptados y uno de ello es inválido. Al parecer, fue golpeado cuando tenía dos meses. Cuando llegó a mí, tenía una pata rota. En ese tiempo yo estaba atravesando una fuerte depresión y decía “voy a ayudar a ese perrito a caminar”. Creo que fue al revés: ese perrito me ayudó a mí. Yo solo quería estar en mi cama y no ver a nadie, pero tenía que salir para llevarlo al veterinario y al parque. Cuando le ponía su silla de ruedas y lo veía caminar, me sentía feliz. Creo que el amor que tengo por los animales es por el que más locuras he hecho. He recogido a todos los perros que he podido. Siempre he sentido que se puede hacer algo y que acciones pequeñas logran metas grandes.
¿Qué otros proyectos tienes en paralelo?
Está “Una historia de amor israelí”, un proyecto que amo y me encanta, y que podría hacer hasta que mi aspecto físico me lo permita; luego estreno “Las mujeres de los nazis” y “La pequeña niña”, una obra para niños en el Centro Cultural de la Universidad sobre una niña que no le tiene miedo a nada. A la par, está mi proyecto animalista y la conducción de “Entre memes”.
Una historia de amor israelí
¿Cuándo? Del 16 de agosto al 9 de septiembre. Horario: Jueves a domingo a las 8:00 p.m. ¿Dónde? Centro Cultura «El Olivar» (Calle La República 455, San Isidro).