“33 Variaciones”, dirigida por Marco Mühletaler y Lucho Tuesta, es una de las mayores atracciones de la temporada teatral del presente año. Pocos días antes de su estreno, el pasado 9 de mayo, conversamos con el autor de la obra, uno de los dramaturgos y directores teatrales más respetados e influyentes del momento en Estados Unidos.

Por Raúl Cachay A.

Nacido en Caracas, pero radicado desde hace décadas en Nueva York, Kaufman es responsable de algunas obras capitales para el teatro contemporáneo, como la multipremiada “El proyecto Laramie”, “Gross Indecency: The Three Trials of Oscar Wilde” o “33 Variaciones”, el montaje que acaba de estrenar el CCPUC.

En esta entrevista, el dramaturgo y director venezolano, que ha obtenido premios y reconocimientos de tanta trascendencia en Estados Unidos como el Tony o la Medalla Nacional de las Artes -que recibió de manos del expresidente Barack Obama en 2016- nos habla del origen de su obsesión con las llamadas “Variaciones de Diabelli” de Beethoven, su trabajo con leyendas como Jane Fonda y su abierto respaldo al movimiento libertario liderado en su país por Juan Guaidó.

Como director de teatro, Kaufman ha tenido bajo sus órdenes a Jane Fonda, Jessica Chastain y al recordado Robin Williams, entre otros actores consagrados.

“La historia de esta obra empieza hace muchos años, cuando yo estaba en una tienda de discos, buscando una pieza de Beethoven. El vendedor me dijo que, si me gustaba Beethoven, debía escuchar las variaciones de Diabelli. Cuando él me contó la historia de estas piezas, de inmediato pensé que era perfecta para una obra de teatro”, explica Kaufman, sobre “33 Variaciones”.

“El hecho de que Beethoven, en el mismo momento en que estaba haciendo otras cosas gigantescas y grandiosas, decidiera obsesionarse con esta pieza en apariencia banal y mínima, y que se pase cuatro años componiendo estas variaciones, me pareció fascinante. En ‘33 Variaciones’ se reúnen tres obsesiones sobre el escenario: la de Beethoven, la de Catherine (personaje interpretado por Martha Figueroa en el montaje limeño) y la mía”.

El papel de Catherine estuvo a cargo de la mítica Jane Fonda en el montaje de “33 Variations” que usted mismo dirigió en su estreno en Broadway en 2009. ¿Qué recuerdos tiene de aquella experiencia?

Fue maravillosa. En primer lugar, porque Jane es una actriz fantástica. Es el tipo de actores que me encantan: tiene una curiosidad infinita. Por eso, lo hablábamos todo. Ella siempre quería saber más, entender más… La obra tiene un pianista profesional en el escenario. Ella se sentaba por horas a escuchar y ver lo que hacía el pianista, para así poder comprender mejor la pieza. Trabajar con ella fue una experiencia realmente hermosa.

En “33 variaciones”, el gran Roberto Moll se luce en el papel de Ludwig van Beethoven.

“The Laramie Project”, basada en el caso real del espantoso crimen sufrido por Matthew Shepard en 1998, es sin duda su obra más famosa y premiada. ¿Por qué cree que ha dejado una huella tan importante?

El crimen de Matthew Shepard tuvo muchas repercusiones por diversas razones. La primera es que fue un crimen muy gráfico. Shepard fue atado a una cerca y estuvo ahí por veinte horas antes de ser encontrado. Esa imagen fue muy impactante. Para mucha gente, eso fue una crucifixión. Otra razón es que él era muy joven, recién estaban empezando la universidad. Y era blanco. Un asesinato a una persona de color o latina nunca hubiera tenido el efecto que tuvo este crimen.

Finalmente, en ese tiempo llevábamos ya quince años de lucha contra el Sida. Con todos los horrores que trajo consigo esa enfermedad, una cosa positiva es que la comunidad homosexual empezó a tener más visibilidad que durante los dos mil años de historia previos en Estados Unidos. El hecho de ‘salir del clóset’ ya no era una decisión solamente: era lo último que nos quedaba.

Fue lo que aquí se conoce como una ‘perfect storm’. Y en lo que respecta a la obra, creo que ha tenido un efecto tan fuerte y duradero porque, si bien está basada en el crimen de Shepard, en realidad trata sobre el pueblo de Laramie, y cómo este se esfuerza por entender y procesar el asesinato de uno de sus ciudadanos.

Kaufman recibiendo La Medalla Nacional de las Artes y Humanidades. Foto: @noticiaaldia

La conversación que se produce entre la gente creo que es la más importante que se está dando en estos momentos en Estados Unidos: todos creemos en la democracia, en este contrato social, pero cuando llegamos a ponerla en práctica nos damos cuenta que no estamos viviendo el ideal que nos habían prometido. ¿Nuestra democracia ha fracasado? Esa es la gran pregunta que hace la obra.

¿Qué cosas descubrió o aprendió sobre el Estados Unidos ‘profundo’ durante la larga investigación que llevó a cabo en Laramie antes de la escritura de la obra?

En primer lugar, creo que descubrí algo importante sobre el ser humano: nos cuesta realmente hablar sobre lo que creemos. Y no solo eso: Nos cuesta mucho vivir de acuerdo con nuestros ideales. Otra cosa que aprendí sobre Estados Unidos, específicamente, es que se trata de un país que está literalmente dividido por la mitad. Cada lado del país vive con un sistema de información y de creencias completamente diferente, y entre los dos se escuchan muy poco.

“33 Variaciones” estrenada en el CCPUC.

¿La aparición en Estados Unidos de políticos jóvenes y brillantes que representan minorías, como Alexandria Ocasio-Cortez y Pete Buttigieg, es una razón para ser optimistas de cara al futuro?

Bueno, no lo sé. Me has agarrado en un día bastante pesimista. Uno de los problemas más grandes que tenemos ahora en Estados Unidos es que hay dos sistemas de información que funcionan en simultáneo. Así, la gente de extrema derecha solo consume Fox News y la información que encuentra en Facebook, con la que ya estaba de acuerdo previamente. Este país nunca estuvo tan dividido como ahora. Pero sí es verdad que en el partido Demócrata hay personajes que tienen ideas muy emocionantes y humanas.

Cuando salí de Venezuela, había una división brutal entre la clase alta y la baja. La clase media que había surgido en treinta años de democracia se estaba desvaneciendo. En Estados Unidos ahora está pasando lo mismo. La clase media está sufriendo, se está deshaciendo. Y la distancia entre los más pudientes y los menos pudientes se está incrementando cada vez más. Esa es una receta muy peligrosa.

¿Cómo vivió los últimos acontecimientos en Venezuela? ¿Cuál es su posición sobre el momento actual del régimen de Maduro?

Tengo el corazón roto por toda la violencia que se está viviendo. Pero, por otro lado, pienso que Juan Guaidó está haciendo lo correcto y que lo está llevando de manera muy estratégica. Creo que al régimen del dictador Maduro no le queda mucho tiempo.