James Franco vuelve a estar en el ojo de la tormenta. Esta vez, fueron dos exalumnas de su academia de actuación quienes lo acusan de explotación sexual. 

«No puedo dormir por la noche sabiendo que aunque haya hablado, no ha tenido los resultados debidos», fue lo que declaró Sarah Tither-Kaplan al «New York Times», en enero del año pasado. Ella, junto a una estudiante más, presentó una demanda alegando que James Franco utilizaba su academia de actuación como medio para acceder fácilmente a mujeres jóvenes.

“Todavía no se han tomado acciones al respecto públicamente, eso me demuestra que esta gente sabe que lo que hicieron estuvo mal y fue dañino”, agregó. Según la demanda, el famoso actor y los líderes de la escuela estaban involucrados en comportamientos sexuales inapropiados hacia estudiantes mujeres.

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Aparentemente, Franco y otros profesores utilizaban su poder para manipular a las estudiantes, con la excusa de darles la oportunidad de participar en alguno de los roles de sus proyectos. Toni Gaal, otra de las denunciantes, añadió: “Una tiene fe en esta gente, en su credibilidad y confía que no sacarán provecho de la situación. Es alarmante».

La historia se repite

Pero esta no es la primera vez que Franco ha sido acusado de acoso sexual. En enero del 2018, cinco mujeres lo denunciaron por comportamientos inapropiados. Thither-Kaplan fue una de ellas, quien habló con «Los Angeles Times» para revelar lo que enfrentó durante una master class sobre escenas de sexo.

Fotografía: @entscoop

El actor hizo el casting para darle el papel de prostituta en su película «The Long Home», para luego preguntarle si podría realizar una escena de una orgía. Durante la realización de la escena, Tither-Kaplan dijo que Franco presionó más allá de sus zonas de confort durante las audiciones a algunas mujeres. Además, que las privaba de las protecciones básicas.

Eso no es todo: la demanda también alega que el ingreso a una clase sobre escenas de sexo requiere una audición videograbada y que los estudiantes deben ceder sus derechos a la producción. Por ese motivo, los demandantes piden que las grabaciones de los videos les sean devueltas o sean destruidas.

Fotografía: @vitafeelice

Aunque la academia de actuación cerró sus puertas en 2017 (según el diario «Times»), el abogado de Franco, Michael Plonsker, rechazó todas las alegaciones hechas a su cliente en el pasado. Este año, por el contrario, se han limitado a no manifestarse al respecto. 

“Este caso revela que el acoso sexual y el abuso es sobre una sola cosa: poder”, finaliza la declaración contra Franco. “Y si realmente quieren terminar con el acoso sexual en ámbitos laborales, hay que arreglar las dinámicas de poder desde la raíz. Punto final».