Carlos Llanos, mejor conocido como @reysperu en Instagram, es un artista peruano autodidacta que está causando sensación en España por sus retratos religiosos pintados en madera con pasteles. Inició su carrera artística pintando en el suelo y ahora realiza retratos a pedido. En una entrevista exclusiva para COSAS, te contamos su historia.
Por Cecilia Navarrete
Me han comentado que habías comenzado tu carrera artística dibujando en el suelo. ¿Me puedes comentar más?
Sí, exacto. Yo llego en diciembre de 2017 a España, vine tratando de buscar un futuro mejor, vine con mi esposa. Ella estaba embarazada. Aquí trabajar sin papeles es muy difícil, yo llegué a Sevilla, y la verdad es que tocaba puertas y nada. No conseguía nada. Empecé vendiendo rosarios afuera de las catedrales, pero el comercio ambulatorio está prohibido, y pues la policía simplemente te echa cuando te ve.
Así que no quería estar en esa situación, por todo lo contrario los artistas callejeros sí les permiten. Yo la verdad allá en Perú nunca había pintado un rostro, más que nada practicaba lo que era el grafitti, y pues tenía un poco de conocimiento de pintura con spray y de ese estilo. Pero con el presupuesto que tenía, que eran unos cuantos euros, pues me compré unas tizas de color blanco de pizarra de colegio y algunos carboncillos. Así es como empiezo, pintando en el suelo, al frente de la catedral de Sevilla y pues ahí un poco como que comienza mi historia.
Entonces eres autodidacta.
Sí, yo no he estudiado absolutamente nada. Si bien es cierto, me ha atraído el arte, un poco inclinado más al arte que está en las calles, pero de haber estudiado algo no. Aquí es que he aprendido desde cero y un poco el instinto y lo que ha ido fluyendo, pues se ha logrado el resultado.
¿Por qué razones decidiste escoger la tiza?
En Perú, esta técnica se ve, mucho. En Gamarra, en el Centro de Lima, entonces yo ya la había visto. Y en Sevilla, no había nada igual. Empecé pintando en la avenida Constitución, que podríamos asociarlo a Jirón de la Unión en Lima, entonces había mucho tránsito de gente. Y había muchos artistas callejeros, pero no había nada como pintando en el suelo.
Mi presupuesto era sumamente bajo, tenía unos pocos euros, creo que me costó un euro, dos euros, una caja de tizas color blanco. Y los carboncillos, por igual, dos euros. Lo que me alcanzaba fue eso.
Ahora estás más asentado como un artista, y aun así mantienes el uso de la tiza.
Sí. Yo empecé pintando con tizas blancas y carboncillos. En el camino me encontré con lo que son los pasteles. A mí en Perú, al gustarme el grafitti, siempre me gustaron mucho los colores. Entonces no me sentía muy cómodo con el blanco y negro. Comencé a comprar tizas de colores, pero no le daba ese color que yo buscaba.
Es donde decido irme a Bellas Artes, que me comentaron que por ahí cerca quedaba la facultad de Bellas Artes, ahí tenían una tienda, en la misma Universidad. Y ahí les pregunto. Buscaba un color que tuviera más pigmento en el suelo y me recomendaron los pasteles.
Ya luego, a raíz de que me han hecho algunos reportajes en televisión, me han invitado a radios, he salido en el diario aquí de Sevilla, esa difusión hizo que ya comience a elaborar obras por encargo.
¿Cuánto te toma realizar una pieza? Sé que realizas obras muy grandes.
En realidad, como en el suelo yo pintaba obras de dos metros, por un metro y medio, yo me acostumbré.
Te cuento, yo comencé pintando caricaturas en el suelo, o especies de tercera dimensión. Lo que pasa es que aquí en Sevilla es muy fuerte el tema cofrade, católico. Hay una devoción muy grande por la parte católica de imágenes religiosas. Hay devociones como la esperanza de Triana, la esperanza Macarena, que son vírgenes muy queridas aquí en Sevilla y tienen hermandades en diferentes partes del mundo.
La gente me comenzó a pedir que pinte a sus vírgenes. Y ahí es cuando empiezo a pintar rostros. No tenía nada de conocimiento de cómo se pintaba un rostro. Entonces poco a poco fui haciendo trabajos grandes. Luego, al pedirme obras para casas, me costó muchísimo reducir el tamaño, porque obviamente un cuadro de dos metros por dos metros y medio es muy difícil colgar en la pared de una casa.
También hago formatos pequeños, como el formato de una hoja bond, el formato más pequeño que utilizo.
Algo que yo hago es trasladar el arte callejero de pintar en el suelo, que era algo efímero, porque se terminaba borrando, a pintarlo sobre unas tablas de madera dm, para que la obra persista por los años. Me demoro todo un día.
Hay veces que me llaman de todos lados, gracias a Dios. Me han llevado a pintar a Málaga, Almería, Cádiz, Ciudad Real. Pues trato hacer pinturas durante todo el día. Empiezo desde la mañana, y sobre la tarde, noche, estoy terminando la obra. Las obras pequeñitas, un día, conforme va aumentando el tamaño del contenido, dos días, tres días, una semana. Dependiendo de la complejidad del trabajo.
Me mencionaste que lo que más te piden son personajes religiosos. ¿Aparte de eso, te han pedido otros tipos de retratos?
Sí claro. Me hice conocido por pintar imágenes religiosas, en el camino me he encontrado con personas que han querido que pinte familiares. Por ejemplo, el último reportaje que me hicieron en Canal Sur, que es una cadena de aquí de España, me pidieron que pinte a una mujer que había fallecido, mirando a un Cristo. Si bien es cierto que no lo he estudiado, el esfuerzo hace que cada vez se logre un mejor resultado con este tipo de trabajos también.
¿A dónde te gustaría llegar con tu arte?
Algo que me gustaría, en la etapa que estoy viviendo actualmente, es lograr tener un espacio en Sevilla. Aunque al principio te contaba que a los artistas callejeros si le permitían estar trabajando en la calle, no hay un permiso oficial por parte del ayuntamiento. Eso quiere decir que hay momentos que se llena tanto de gente por fechas festivas, como Navidad o Semana Santa, ahí no les permiten estar los artistas callejeros. Algo a lo que si me gustaría llegar es lograr un permiso de parte del Ayuntamiento en donde me den un espacio, por más pequeño que sea, en dónde yo pueda trabajar con esa tranquilidad, y poder demostrar mi trabajo callejero con una total libertad sin tener ese temor que a medio trabajo venga la policía y me retire.
Mi firma ya traspasó fronteras. He mandado obras a Estados Unidos, tengo obras en muchísimas partes de España, no solo Sevilla. Eso hace que tenga muchos encargos.
¿Por qué España?
A raíz de lo mal que la estaba pasando en ese momento debido a que en el 2016 falleció mi hijito. Fue un impacto muy fuerte que no podíamos superar, aunque quisiéramos. Entonces necesitábamos cambiar de ambiente. [En España] vivían los tíos de mi esposa. Residen acá en España desde hace 13 años, entonces ellos ya estaban establecidos. Tenían su nacionalidad y vivían en Sevilla. Ahí es cuando nos ponemos en contacto con los tíos de mi esposa para ver si nos podían acoger. Y nos dijeron que sí.
Íbamos a tener un techo con personas de confianza y por el idioma. Esos dos temas fueron fundamentales en el por qué llegamos aquí.
Lamento la pérdida de tu hijito. Entiendo que tu sello personal está relacionado a él, ¿verdad?
Sí. Yo en Perú practicaba grafitti y pintaba con un pseudónimo. Cuando me entero de que venía mi hijo en camino, se llamaba Rey Sebastián, entonces utilicé su primer nombre, Rey y la S de Sebastián y cambié mi apodo de grafitti por su nombre. Y empecé a pintar con este nombre, Reys, para llevarlo siempre presente. Cada vez que ponía su nombre, ponía la huella de sus dos piecesitos. Y cuando llegue a España, una vez que yo comienzo a pintar en el suelo, una persona me dijo, «¿Pero tú firmas tus obras?», entonces dije, bueno, voy a firmar con el nombre de mi hijo para que me siga acompañando en todo momento y haga que esto funcione.
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