“Milagros. Una osa extraordinaria” es una historia basada en un hecho real. Cuando le hicieron la propuesta de publicar algo al respecto, Hernán Garrido-Lecca dijo que no, que no escribía libros por encargo. Pero luego, al escuchar la historia de la osa Milagros, quedó conmovido y accedió. Hoy, dicho libro se ha convertido en una película que se estrenará en Fiestas Patrias. En esta entrevista, el autor nos habla de sus procesos creativos, de sus historias de juventud e, inevitablemente, de política nacional.

Por Gabriel Gargurevich Pazos   Fotos Diego Moreno

La osa se llama Milagros porque de milagro está viva. Cuando en 2003 se estrelló un avión de la aerolínea TANS Perú –en el cerro Coloque, cerca de Chachapoyas–, ninguno de los cuarenta y seis pasajeros y tripulantes a bordo del Fokker F-28 sobrevivieron. Esta fue una tragedia que no solo generó pérdidas humanas; un pedazo del avión mató a una osa de anteojos en la selva de Amazonas, pero una de sus crías sobrevivió; la osezna fue rescatada por un campesino de la provincia de Bongará, quien luego la enjauló en su casa. Funcionarios del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) acudieron a la casa del campesino para salvar del encierro a la pequeña osa y llevarla a un centro de rescate de osos en el bosque seco de Chaparrí, en Lambayeque. Ningún guardaparque del centro de rescate imaginó que Milagritos, como la habían bautizado, se iba a escapar tantas veces, cavando un túnel en el piso de tierra, incluso uniendo ramas de árboles de mango para burlar los cercos eléctricos, lo que, dicho sea de paso, “la convirtió en el primer caso de un animal no primate que construye algo para escapar”, como cuenta Hernán Garrido-Lecca, político, economista y escritor peruano. A él le contaron esta historia funcionarios de la Sociedad Zoológica de Fráncfort; querían que escribiera un libro.

“Los guardaparques deciden dejar libre a la osa Milagros y ella incluso tuvo crías tras su liberación… A la Sociedad Zoológica de Fráncfort le parecía más atractivo publicar un libro para niños que un documento científico. Al inicio, cuando me hicieron la propuesta, yo les dije que no, que no escribía libros por encargo. Pero luego, al escuchar la historia de la osa Milagros, quedé conmovido y accedí. La idea era ficcionalizar su historia, hacerla más atractiva de lo que ya es, y eso fue lo que hice”.

 

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Dice Hernán, quien ha publicado una docena de libros de cuentos para niños y tres colecciones para adultos. Muchos de sus libros han sido traducidos a varios idiomas, han obtenido menciones y premios en certámenes literarios como el “Premio José Martí (San José de Costa Rica, 1997); el “Premio José María Arguedas” (1989) y el “Premio Saúl Cantoral” (1989). Y algunos se han convertido en películas de animación, como “Piratas en el Callao”; “Milagros. Una osa extraordinaria” también será una película, que se estrenará este 27 de julio. Como parte de la campaña promocional, gracias al auspicio de Tottus, se han fabricado veinte mil peluches de la osa Milagros; parte de la venta irá al Centro de Rescate y Reserva de Chaparrí, y otra parte irá a Vidawasi, la ciudad hospital para niños con cáncer en Cusco.

Rebelde con causa

Son las nueve y cinco de la mañana; he llegado cinco minutos tarde a nuestra cita en su departamento en San Isidro. Estoy sentado en uno de los sillones de la blanca sala, mientras Hernán camina de lado a lado delante de mí con el teléfono en la mano; intento distraerme mirando los cuadros en la pared, un Humareda, un Llona, un Macedonio de la Torre, pero es inevitable que escuche algo de la conversación; todo parece indicar que está hablando de negocios. Apenas termina la llamada telefónica, Hernán me saluda con un fuerte apretón de manos. Caminando hacia la terraza, dice que le van a publicar dos libros en braille; nos sentamos en unas bancas altas, frente a frente; apoyo la grabadora en la mesa que parece de mármol negro, y en el cuaderno de apuntes anoto que Hernán parece un oso apacible, vistiendo una chompa beige, una camisa beige y unos anchos jeans. La mañana es gris. Mira la pantalla de su teléfono y frunce el ceño, me comenta que a veces le cuesta elegir con qué ilustrador trabajar en sus libros.

¿Cómo así escribes libros para niños? –quiero saber.

No es algo que me proponga, realmente. A mí me gusta decir que la literatura para niños es la que también gusta a los niños –dice con una media sonrisa–. “Milagros”, por ejemplo, es un libro que puede leer cualquiera. Pero hay libros míos, como “Rebelión en la cuadra”, que definitivamente son para grandes.

¿De qué trata?

Es un libro donde se reviven los años setenta; en las páginas hay códigos QR para poder ver, con el celular, los goles de Cubillas, escuchar una canción o ver un dibujo animado de la época; sucede durante el gobierno militar; trata de dos hijos de un militar, uno de ellos muy metido en el gobierno; el otro, menor, quiere jugar fútbol en la cuadra; el padre, el general, quiere cambiar las reglas del juego para que su hijo pueda jugar, un poco como hacen los dictadores; pero los chicos de la cuadra le dicen que no al general…

¿Es una crítica a las dictaduras?

Velasco fue un experimento terrible para el Perú, y no hay mucha literatura que hable de los años setenta. Por eso nos hemos olvidado de que había tres marcas de carro, de que se utilizaba el mismo uniforme escolar, de que se podía comer carne cada quince días y había que salir con una calcomanía en el auto porque había escasez de gasolina. Fue la época más socialista de la historia del Perú.

Hernán ha publicado una docena de libros de cuentos para niños y tres colecciones para adultos.

¿Tenías conciencia política en ese entonces?

Yo estudiaba en el Liceo Naval, donde la mayoría de estudiantes eran hijos de marinos, y la mayor parte de la Marina estaba en contra del régimen de Velasco. Mi padre no era marino, pero sí aprista; cuando entré a la universidad, me dijo que ya era tiempo de que me preparara políticamente; los martes y jueves empecé a ir a la casa de Armando Villanueva para asistir a clases de aprismo; los primeros tres meses fueron de marxismo.

¿La filosofía de Haya de la Torre también se apoyaba en el marxismo?

Una de las fuentes del pensamiento de Haya era el marxismo, pero Villanueva lo que quería era que nosotros, sus alumnos, supiéramos cómo pensaba un marxista para después poder enfrentar a los marxistas en la universidad.

Muchos de tus libros, como “Milagros. Una osa extraordinaria”, hablan del cuidado del medio ambiente, de la naturaleza, de la flora y fauna, de nuestros saberes ancestrales… ¿Cómo definirías tu amor por el Perú?

En el colegio tuve muy buenos profesores de Historia y Geografía que hasta ahora recuerdo con cariño. A los 19 años, yo ya conocía todos los departamentos del Perú; todas las vacaciones viajaba a alguna parte del Perú, en carro o en bus. Luego, en la Universidad del Pacífico, donde estudié Economía, fui dirigente estudiantil; un día le dije al rector que ya nos íbamos a graduar y muchos estudiantes no sabían dónde se ubicaban los recursos naturales del Perú; le propuse el curso de Geografía Económica; el decano me miró y me dijo: “Solo falta que me digas quién lo debería enseñar”; yo le dije que, en efecto, sabía quién podía enseñarlo: Javier Pulgar Vidal; con la venia del decano, busqué el teléfono de Pulgar Vidal en la guía telefónica, lo llamé y días después fui con un grupo de alumnos a hacerle la propuesta; aceptó enseñar el curso. Esto de alguna manera grafica mi preocupación por el país… En la universidad tuve también muy buenos profesores que me inf luenciaron, como Guido Pennano, Jorge González Izquierdo, Felipe Ortiz de Zevallos y Francisco Sagasti, por ejemplo.

¿Qué sientes cuando llaman caviar a Francisco Sagasti?

Que él es un caviar. Fue mi asesor de tesis, escribió una de las cartas de recomendación que presenté en Harvard; yo estoy muy agradecido con él, pero no podemos estar de acuerdo en todo, ¿no es cierto?

En 1984, Hernán Garrido-Lecca se graduó como máster en Administración Pública en la Escuela de Gobierno de John F. Kennedy de la Universidad de Harvard; luego obtuvo una maestría en Ciencia y Tecnología por el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Tres arcoíris en un morral

Para Hernán, quien fue productor del documental “Justicia para Alan”, que recientemente estuvo en nuestras carteleras, “Alan García fue, sin lugar a dudas, el mejor presidente del Perú, en el segundo gobierno del Apra”. Reconoce que el primer gobierno de García fue muy malo, tanto así que le dejó de hablar por diez años. En 2001, 2002, vuelve a ser amigo de Alan y a trabajar en el partido. En 2006 fue designado Ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento por Alan García. Dice que se entiende mejor con un marxista leninista que con un caviar. “Con un marxista leninista sabes a qué atenerte, sabes lo que piensan. Cuando fui ministro de Vivienda, me entendía de las mil maravillas con Mario Huamán, de la CGTP; un gran tipo Mario Huamán, un caballero, cumplía su palabra, y yo cumplía con la mía”.

 ¿Tus libros enseñan buenos valores a las nuevas generaciones?

No creo en el “moralejismo” en la literatura. Tampoco en que se deba transmitir preceptos morales a los niños; la literatura es para entretener, para sensibilizarte, para que una historia te deje una huella en el alma y luego la recuerdes con nostalgia. Si alguno de mis libros ha ayudado a alguien a superar alguna situación, no lo he hecho a adrede.

“La Mena y Anisilla”, por ejemplo, cuenta la historia de dos tortugas, una miope y otra pequeñita. Anisilla, la miope, vive en el sombrero de Mena, y así la va guiando por la vida, hasta que un día el viento vuela el sombrero y todo cambia; Mena tiene que valerse por sí misma. Esa historia, cuenta Hernán, se leyó mucho en algunos colegios peruanos, y sirvió a los niños que no querían ponerse anteojos. El libro fue traducido a varios idiomas y Hernán está viendo la posibilidad de hacer un cortometraje basado en la historia de las tortugas. En “Don Ruperto Distinto”, cuenta la historia de un caimán vegetariano al que las pirañas hacen bullying.

 ¿Es un caimán caviar?

Más que caviarón, es un caimarón –responde Hernán sonriendo–. Pero sí, las pirañas lo molestan; se trata de una reflexión sobre cómo los cobardes se esconden entre la muchedumbre cuando tiran piedras; como las pirañas, separados no son tan valientes. Esto también sucede en las redes sociales, pero nosotros tenemos un equipo de gente que identifica a los troles, yo los llamo los ciberbúfalos. Eso da para una historia.

¿Cómo definirías tu sensibilidad para crear historias?

Un escritor es un cazador de historias; mientras más se exponga al mundo, a las culturas, mejor. Una vez estaba viajando en auto por Cusco, cerca del río Vilcanota, detrás de Machu Picchu, cuando de pronto vi a lo lejos un deslizamiento de tierra; no sabía si acelerar o ir más lento. El caso es que cuando di la curva, paró de llover y ¿qué es lo que veo? Un hermoso arcoíris, luego dos, ¡luego tres! Fue un espectáculo bellísimo, te tocaba directo al alma. Paré el auto para sacar mi celular y hacerle foto a la escena, ¡y no tenía batería! Entonces me dije que sería increíble poder meter esos tres arcoíris en un morral para luego, en casa, poder enseñárselo a mis hijos; así nace el libro “El cazador de arcos iris”.

¿Qué político crees que debería leer o ver la película “Milagros. Una osa extraordinaria”, tomando en cuenta que es una historia de amor, de conservación del medio ambiente, de nuestras culturas ancestrales y compañerismo?

Que la lean en el Congreso. El otro nombre del Congreso es Parlamento, pero parece que ahí hay osos que han decidido no hablar entre ellos; y lo principal es hablar; Ramiro Prialé decía “conversar no es pactar”. ¿El mensaje es “ámense los unos a los otros”? El mensaje es el que da el Papa Francisco en “Fratelli tutti”, que tiene que ver con el amor entre hermanos. Esta es una encíclica que todos los católicos y no católicos deberían leer; tiene que ver con la tolerancia, con escucharse los unos a los otros… Somos hermanos. En política hay adversarios, no enemigos; los únicos enemigos son los que se inscriben fuera de la Constitución.

¿Qué película tuya crees que le gustaría más a la presidenta Dina Boluarte? ¿La que produjiste sobre Alan García o esta que vas a estrenar sobre la osa Milagros?

No la conozco lo suficiente, pero creo que debería ir a ver las dos. La de Alan, para que entienda lo que es la politización de la justicia, y la judicialización de la política; y la de la osa, para que reflexione sobre mirar hacia adelante y no hacia atrás.

Lo recaudado en souvenirs de “Milagros. Una osa extraordinaria” beneficiará al Centro de Rescate y Reserva de Chaparrí, y también a Vidawasi, ciudad hospital para niños con cáncer en Cusco.

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