Las grabaciones del videoclip de “Feather” habrían provocado la molestia de la Diócesis de Brooklyn. Retiraron del cargo al sacerdote que concedió los permisos a Sabrina.
Por Iris Torrejón
La talentosa cantante Sabrina Carpenter, reconocida por su participación en la apertura de los últimos conciertos de Taylor Swift en The Eras Tour, se encuentra en el ojo del huracán tras lanzar el videoclip de su sencillo “Feather”. La controversia no solo rodea el contenido del video, sino que ha llevado al despido de un sacerdote de la Iglesia Católica.
El videoclip, ambientado en una iglesia católica ubicada en Williamsburg, Brooklyn, muestra a Carpenter bailando en el altar y alrededor de los bancos, vestida con un traje de tul negro y un velo a juego. La trama del video, con tintes de terror, relata la historia de cómo la artista mata y es testigo de la muerte de hombres que la trataron mal.
La polémica surgió cuando The New York Times informó que el sacerdote a cargo de la catedral fue destituido de sus funciones administrativas debido a que no siguió el protocolo para aprobar la filmación dentro y fuera de las instalaciones. Según la Diócesis, la parroquia no cumplió con la política diocesana que exige una revisión de las escenas y el guión antes de permitir la filmación en la propiedad de la Iglesia.
En un comunicado, la Diócesis expresó: “La parroquia no siguió la política diocesana con respecto a la filmación en la propiedad de la Iglesia, que incluye una revisión de las escenas y el guion”. Esto llevó al despido del sacerdote a cargo.
El sacerdote, Monseñor Gigantiello, quien inicialmente concedió el permiso para que Carpenter grabara en la iglesia, afirmó que no vio nada cuestionable al investigar a la cantante y que aprobó el proyecto con el objetivo de “fortalecer aún más los vínculos entre los jóvenes artistas creativos que forman gran parte de la comunidad católica”. Sin embargo, el Obispo Brennan decidió “liberar” a Monsignor Gigantiello de sus funciones en la iglesia.
La situación ha desatado debates en redes sociales, con opiniones divididas sobre si la decisión de destituir al sacerdote fue justa o si la artista cruzó límites al utilizar el espacio sagrado para un videoclip controvertido.
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