Las relaciones tormentosas a veces perduran más en la memoria que aquellas simples y fáciles de vivir. Aquí, cuatro casos de romances complicados, sin finales felices, que, sin embargo, sirven como evidencia del poder y la intensidad del verdadero amor.
Liz Taylor & Richard Burton
Se conocieron en el rodaje de la película “Cleopatra” (1963) y la química fue inmediata. Los dos estaban casados, pero dejaron a sus respectivas parejas y comenzaron a vivir una historia de amor con el Hotel Dorchester, los paparazzi, el alcohol, las joyas y la vida de celebridad como telón de fondo. Liz Taylor y ‘Dick’ se casaron en secreto en Montreal. Durante diez años, vivieron momentos de amor intenso y violento. La pareja adoptó a una hija, Maria Burton, que se sumó a los tres hijos de ella y a las dos hijas de él.
Sin embargo, lo que siempre les jugó en contra fueron sus respectivas adicciones. Se separaron en 1974. Al tiempo volvieron y decidieron casarse nuevamente. Esta vez lo hicieron en Botsuana. En 1975 se separaron para siempre. Burton murió en 1984, mientras que Liz tuvo dos maridos más y su vida fue mucho más larga (murió en 2011), convirtiéndose, además, en una gran activista en la lucha contra el sida y a favor de los derechos humanos.
Pete Doherty y Kate Moss
En la vida de Kate Moss casi todo ha sido conflicto. Aunque ella se vea siempre espléndida, con la tendencia del momento y ese aire londinense rock & chic que la caracteriza, las cosas no son fáciles. De todas sus relaciones, ninguna ha sido calmada, partiendo de la que tuvo con Johnny Depp entre 1994 y 1998. Y pese a que esa relación fue, por supuesto, muy mediática, la que más revuelo causó fue la que mantuvo con el músico Pete Doherty. Este romance comenzó en 2005 y puede ser descrito como una fiesta de excesos, lo que se evidenció en una escandalosa foto donde Kate aparecía aspirando un polvo blanco en un estudio de grabación en Londres, imagen que terminó de portada en “The Daily Mirror” con el título “Cocaine Kate”.
Así, de pronto, la modelo se vio envuelta en la vida del superdesordenado Doherty y enfrentó cancelaciones de contratos de algunas marcas que no quisieron vincularse a ella. La relación con el cantante duró hasta 2007, con clínica de rehabilitación y muchas buenas intenciones incluidas. Kate repuntó, casándose en julio de 2011 con Jamie Hince, guitarrista de The Kills. La modelo lo hizo vestida con un diseño blanco de John Galliano, y con maravillosas fotos tomadas por su amigo Mario Testino. Ese matrimonio duró hasta el verano europeo de 2015.
Hoy, Kate tiene nuevos contratos publicitarios, no se pierde las fashion weeks internacionales y, si puede, se pasea de fiesta en fiesta del brazo de Testino.
Doherty, en tanto, es el líder de la banda rock británica The Libertines y pesa ahora unos veinte kilos más que durante la década pasada.
Johnny Depp y Amber Heard
El romance de Johnny Depp (53) y Amber Heard (30) comenzó en el set de la película “The Rum Diary”, en 2011. Hasta ese momento, Depp tenía por novia a Vanessa Paradis, la madre de sus dos hijos, mientras que Amber salía de una relación con la fotógrafa Tasya van Ree. Inmediatamente, las alfombras rojas se convirtieron en el perfecto escenario para que ambos se lucieran de la mano. Aunque pocos pudieran haber creído que se trataba de una pareja destinada a vivir feliz para siempre, terminaron comprometiéndose en marzo de 2014 y casándose por civil el 4 de febrero del año siguiente. La ruptura ocurrió en mayo pasado y fue tan inesperada como el video filtrado que a él lo mostraba furioso, violento y ebrio. Posteriormente, Amber fue parte de una campaña contra la violencia de género haciendo un video en el que hablaba de su caso, aunque sin dar nombres. También pidió una indemnización de siete millones de dólares, lo que llevó a que fuera acusada de ser una cazafortunas, aunque ella se defendió diciendo que donaría el dinero a una fundación.
Liv Ullmann e Ingmar Bergman
En 2012 se estrenó el documental “Liv & Ingmar: Painfully Connected”, que da cuenta de los más de cinco años de historia de amor de la pareja escandinava. Fue una relación de musa y creador, con detalles insospechados para muchos, que se dio a conocer a través de las evocadoras palabras de la actriz de origen noruego en seis reveladores capítulos: Amor, Soledad, Furia, Dolor, Anhelo y Amistad. La relación comenzó cuando estaban filmando su primera película juntos, “Persona” (1966). En ese momento, ella tenía veinticinco años y él cuarenta y seis, y ambos estaban casados. Pero el amor de Liv por él fue tan fulminante que dejó a su marido y comenzó una nueva vida en la casa de Bergman en la isla de Faro, Suecia. Todo parece muy romántico, pero hay que sumar los oscuros y poderosos demonios que invadían a Bergman, un genio posesivo y celoso, incluso de su única hija con Liv. La vida juntos fue imposible y un día la relación llegó a su fin, pero la lejanía, en vez de distanciarlos, los transformó en grandes amigos. “Ingmar estaba a punto de morir (a los 89 años, en 2007), así que alquilé un avión y fui a la isla. Cuando me acerqué, me dijo: ‘¿Por qué viniste?’, a lo que respondí, citando a ‘Saraband’, su última película: ‘Porque tú me lo pediste’”.
Por Francisca Olivares
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