Viajamos al pasado en un ejercicio masivo de memoria. ¿Qué estaban haciendo estos veinticinco ilustres personajes en 1992? ¿Cómo se han mantenido vigentes? ¿Qué esperan del futuro? Copa de champán en mano, ellos mismos nos responden con un cariño que agradecemos.    

Por Mariano Olivera La Rosa   Fotos de Lucía Arana

La fiesta empieza con Cachín haciendo de las suyas. “Huele a discoteca a las ocho de la mañana”, dice luego de descorchar el primer champán del día. A su lado, el cineasta Ricardo Maldonado –director de la saga de ¡Asu Mare!– contempla con admiración la fastuosidad de la histórica Casa Fernandini, donde todos los protagonistas de esta celebración han sido convocados para festejar con nosotros.

“¡Échale ojo a esta locación, ah!”, le advierte Cachín, mientras uno de los tacos de Milett Figueroa hace crujir el piso de madera del salón dorado. “Tienes que hablar con tu nutricionista”, le dice Cachín, entre risas. A pesar de la solemnidad de la casa, todo irradia felicidad al interior de esta mansión Art Nouveau de principios del siglo XX.

Fernando Ampuero y Carlos Alcántara se encargaron de abrir la primera botella de champán.

Ni bien termine esta sesión de fotos, Christian Meier partirá a Los Ángeles, donde verá a su hijo Stefano hacer de Laertes en Hamlet, en su graduación como estudiante de la prestigiosa escuela de teatro Stella Adler. Hoy, Christian vive entre Lima, Miami y Los Ángeles, donde pasó una temporada estudiando Dirección de Cine en la New York Film Academy –antes de dirigir al propio Stefano en el cortometraje Terminal–.

“Hace mucho que quería bajarme del tren y tener tiempo para mí, para estar con los míos y sentarme a escribir historias”, confiesa Meier, quien el año pasado terminó de filmar Doble junto al actual ministro de Cultura, Salvador del Solar –la cinta llegará a salas limeñas en setiembre–. “Creo que nunca había rechazado tantos trabajos como este año, pero cuando regrese a trabajar, voy a hacerlo con más ganas”.

Hace tiempo que quería bajarme del tren y tener tiempo para mí, para estar con los míos y sentarme a escribir historias”, confiesa Christian Meier.

Sobre su comentadísima relación con Alondra García Miró, prefiere ser reservado. “Todo el mundo pone titulares, pero nadie tiene una declaración sobre el tema. No sé cuál es el fenómeno de todo esto… Es curioso que se convierta en algo muy mediático sin necesidad de decir una sola palabra… Es como si todo el mundo hubiera hecho su propia historia sin haberle preguntado a nadie nada. La vemos desde afuera y nos parece entretenida. Veo una historia que no existe y no me queda otra que dejarla evolucionar como quiera porque el peor error sería intervenir en ella”, asegura.

“Lo que ha sido una gran desilusión es darse cuenta de que, lamentablemente, seguimos viviendo en una sociedad sexista, machista, racista, clasista… Todo el mundo ha tenido comentarios realmente subidos de tono, sin ser partícipes de nada. Eso es lo único triste del asunto, pero la vida continúa”.

Alondra García Miró prepara un gran proyecto vinculado a su profesión: el diseño de modas.

Alondra, por su parte, entiende que el acoso de la prensa “es parte de su trabajo; lo que tienen que perseguir es la noticia del momento. Si eres la noticia del momento, tienes como que bancártela un poco, pero creo que también tiene que haber respeto de los dos lados. Muchas veces los periodistas, por tener una exclusiva, no se dan cuenta de que están atropellando un poco la situación. Lo mejor es tratar de llevarlo con calma, ser lo más amable posible y responder lo que uno quiere responder”, afirma la diseñadora de modas, quien ya alista un gran proyecto vinculado a su profesión.

“Los demás pueden especular un montón de cosas, pero, en realidad, creo que lo he llevado de una forma súper reservada, no hemos dado ningún tipo de material como para que se hable algo de más. Si es que quieren especular, solo queda reírse un poco de lo que dicen. Al fin y al cabo, los únicos que sabemos la verdad somos él (Christian) y yo, y las personas más cercanas. Se inventan titulares que no tienen nada que ver con la realidad, pero… ¿para qué ponerse a dar explicaciones?”.

Rafael Osterling, Vania Masías, Susana Baca, Armando Andrade, Raffaella Camet, Álvaro Malpartida, Alfredo Bryce Echenique y Marisa Guiulfo.

Dirección editorial: Isabel Miro Quesada

Dirección de arte: Gonzalo Miñano

Estilismo: Sara Vílchez

Maquillaje y peinado: Olga Sonco

Asistentes de fotografía: Miguel Ángel Díaz y Candelario Ochochoque

Asistenta de maquillaje y peinado: Fabiola Baca

Producción: Ricky Chávez, Joaquín Jerí

Coordinación general: Micaela Payet

Agradecimientos: Casa Fernandini, El Patio Floral, H&M, Ana G, Emporio Armani, Adolfo Domínguez, Banana Republic, Brooks Brothers, Yirko Sivirich

Lee la nota completa en la edición 625 de Cosas.