El jueves 17 de agosto, el pánico se desató en una de las capitales turísticas del mundo. Una furgoneta, conducida por Moussa Oukabir, un joven español de diecisiete años, atropelló a cientos de personas en La Rambla, arteria comercial y artística de Barcelona. Al cierre de esta edición, el saldo de la matanza era de catorce muertos y un centenar de heridos. Oukabir fue abatido horas después en la localidad de Cambrils (Tarragona), a poco más de cien kilómetros de la ciudad condal, junto a otros cuatro presuntos terroristas. Mariano Rajoy, presidente de España, y el rey Felipe VI condenaron enérgicamente el atentado.
Por Dan Lerner
Europa no duerme tranquila. La ola de atentados yihadistas en el Viejo Continente, que empezó en enero de 2015 con el asesinato a periodistas de la revista de sátira política Charlie Hebdo, en París, tiene un nuevo y sangriento capítulo. Esta vez, el escenario fue Barcelona, una de las ciudades más concurridas por turistas de todo el mundo, y en pleno verano, cuando la capital de Cataluña recibe más visitantes en el año.
El atentado, reivindicado por el Estado Islámico (ISIS), se produjo en La Rambla, un emblemático paseo en el centro, por el que, según fuentes catalanas, se trasladan más de doscientas mil personas por semana.
Sobre las cinco de la tarde (hora de España), una furgoneta embistió a centenares de personas a toda velocidad, llegando a matar, al cierre de esta edición, a catorce personas. Se sabe también que hay más de cien heridos tratándose en los hospitales aledaños a la zona. El conductor del vehículo, un joven de diecisiete años, de nacionalidad española y origen marroquí, llamado Moussa Oukabir, se dio a la fuga.
Horas después, en la madrugada del día siguiente, Oukabir fue abatido en la localidad de Cambrils, al sur de Barcelona, junto a otros cuatro presuntos terroristas. De hecho, en esa ciudad se produjo un intento de atentado antes de que los criminales fueran reducidos, pero la policía catalana, llamada los Mossos d’Esquadra, logró evitarlo. Las cinco personas abatidas tenían chalecos explosivos.
Rajoy y Felipe vi unidos por el dolor
La espinosa relación que sostienen el rey y el presidente español tuvo una tregua debido a la gravedad de los sucesos ocurridos en Barcelona. Al día siguiente de la matanza, Mariano Rajoy y Felipe VI, además del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, se dieron cita en el centro de la capital catalana, junto a más de cien mil personas, para expresar su solidaridad y reivindicar a las víctimas al grito de No tenemos miedo. El acto es particularmente simbólico, además, porque en Cataluña se debate hace varios años la posibilidad de separarse del Estado español.
Felipe VI ya había reaccionado, a través de la cuenta de Twitter oficial de la Casa Real, a la tragedia. “Son unos asesinos, simplemente unos criminales que no nos van a aterrorizar. Toda España es Barcelona. Las Ramblas volverán a ser de todos”, señaló el rey. Ya en la ciudad condal, Mariano Rajoy también se pronunció:
“Hemos dado muchas batallas contra el terrorismo. En esta ocasión, los españoles también vamos a vencer”, quizás en referencia al último atentado yihadista en España, que se produjo el 11 de marzo de 2004 en la estación de trenes de Atocha, en Madrid, y que acabó con la vida de 192 personas. El presidente agregó: “Los españoles no solo estamos unidos en el duelo, sino también en la voluntad firme de luchar contra quienes quieren arrebatarnos nuestros valores”.
Según reportes del diario El País de España, hay víctimas de treinta y cinco países como producto del atentado terrorista. De acuerdo con el Consulado del Perú en Barcelona, una ciudadana peruana, cuya identidad hasta el momento es desconocida, sufrió heridas leves y ya fue dada de alta. Al cierre de esta edición, no había ningún otro ciudadano peruano herido.
Pudo ser peor
Investigaciones de la policía española han señalado que la idea de los terroristas era llevar a cabo un atentado mucho mayor con explosivos. Sin embargo, una explosión fortuita de unas bombonas de butano que preparaban en Tarragona los yihadistas frustró la operación, lo que devino en la matanza de La Rambla.
Los Mossos d’Esquadra se encontraban buscando, mientras se escribía este artículo, a Younes Abouyaaqoub, supuesto autor intelectual de los atentados –el frustrado y el que sí se produjo–, un hombre de veintidós años.