El príncipe Harry y Meghan Markle -en compañía del carismático Archie- arribaron a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. En su primera gira internacional por el continente africano, los Sussex fueron recibidos con música y bailes.
Sin duda un viaje que marcará un hito en la familia británica, ya que es el primer viaje oficial que realiza su primogénito, Archie.
Primer día en África
Antes de volar hacia Sudáfrica, Meghan y el príncipe Harry estuvieron unos días por Roma para estar presentes en la boda de Michael Hess -heredero del imperio petrolero Hess- y la diseñadora Misha Nonoo -íntima amiga de Meghan-, antes de que Archie realice su primer viaje internacional junto a sus padres. ¿El destino? Sudáfrica.
La familia real arribó a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, la mañana del lunes para iniciar su viaje oficial de diez días por el continente africano. Apenas bajaron del avión, el príncipe Harry y Meghan se dirigieron al municipio de Nyanga, conocido por sus altos índices de criminalidad, adonde llegaron sin Archie, quien no formará parte de sus compromisos oficiales.
Tras su llegada, los duques participaron de una reunión con los habitantes organizada por la ONG internacional «Justice Desk» -la cual es apoyada por el Palacio de Buckingham, y que tiene como presidente al príncipe Harry y vicepresidenta a Markle-, donde fueron recibidos por un centenar de niños y adolescentes.
La algarabía fue tan grande que la pareja, visiblemente emocionada, se animó a improvisar algunos pasos de baile del pueblo africano. Asimismo, luego de la interacción con los niños y adolescentes de Nyanga, los duques ofrecieron un discurso a las niñas sudafricanas frente a un problema mundial: la violencia de género.
Apoyo monárquico
«Estoy aquí contigo como madre, esposa, mujer, mujer de color, como tu hermana», dijo Markle al presentarse al público. Luego el príncipe Harry reflexionó acerca de la relación entre los hombres y mujeres. «Ningún hombre nace para causar daño a las mujeres», señaló Harry.
Además, habló sobre la masculinidad: «Así que ahora, se trata de redefinir la masculinidad, se trata de crear sus propias huellas para que sus hijos las sigan, para que puedan hacer un cambio positivo para el futuro».
Y agregó: «El verdadero testimonio de tu fuerza no es físico. La fortaleza está en el espíritu, lo que para mí significa honrar y proteger a mi esposa y ser un modelo para mi hijo».
Cerca de la juventud
Durante su segundo día en el continente africano, el príncipe Harry y Meghan, se reunieron con un grupo de veinticinco jóvenes surfistas en Monwabisi Beach, a pocos kilometros de Ciudad del Cabo, como parte de la organización benéfica «Waves For Change», la cual promueve los deportes acuáticos como parte de la terapia de salud mental en los jóvenes sudafricanos, víctimas de todo tipo de violencia.
Durante su reunión con los jóvenes, los duques de Sussex realizaron un ejercicio junto con los jóvenes llamado «Power Hand», el cual consiste reunirse en círculo para saludarse y promover el pensamiento positivo.
Luego de terminar la sesión con los jóvenes, la prensa preguntó a la pareja real cuál era su opinión sobre el problema de salud mental a nivel global, ante lo que la duquesa respondió: “No importa en qué parte del mundo te encuentres, si es una comunidad pequeña o ciudad, todos están lidiando con una versión diferente de lo mismo. A nivel mundial creo que hay una pequeña crisis de conciencia».
De visita a Auwal
Horas después de su reunión con los integrantes de «Waves For Change», los duques visitaron la mezquita de Auwal -fundada en 1794-, en el histórico barrio de Bo-Kaap, lo cual ha sido visto como una muestra de respeto y cariño a la comunidad musulmana.
Lo más resaltante de esta visita -además del cariño de los habitantes del barrio de Bo-Kaap a los duques-, fue el outfit utilizado por Markle, quien lució un vestido largo color caqui y un hiyab color blanco, como símbolo de convivencia y respeto a la religión musulmana.
¿Qué más traerá el viaje de los duques de Sussex en África? Estaremos atentos para contártelo.