No es noticia la complicada relación que lleva Meghan Markle con su familia política. Lo que si es una sorpresa es que la relación con su padre no es menos turbulenta.

Por Redacción COSAS

Meghan Markle y Thomas Markle

La explosiva entrevista del príncipe Harry y Meghan Markle confirmaron algunas cosas que ya sabíamos, entre ellas la complicada relación entre Meghan y la familia real. En cambio, una de las sorpresas fue que la relación con su familia de sangre pasa por un momento similar.

Durante su conversación con Oprah, la duquesa de Sussex reveló que se sintió «traicionada» cuando descubrió que su padre, Thomas Markle, pactó unas fotografías con paparazzis para limpiar su imagen justo antes de la boda real.

Para quienes pueden estar confundidos, esta parte de la conversación no se emitió el domingo, sino el lunes por la mañana. En esta, Meghan cuenta que interrogó directamente a su padre por lo sucedido.

«Llamamos a mi padre y le pregunté sobre si era verdad que había pactado vender unas fotos. Él dijo que no, que absolutamente no. (…) Le aseguré que si me decía la verdad podríamos ayudarle. Pero no lo hizo, me mintió. Y eso me dejó impactada para siempre», confesó Meghan Markle a Winfrey.

La duquesa de Sussex solo pudo atinar a decir que «todo el mundo tiene un precio». A pesar de ello, rescató que aunque a su madre, Doria Ragland, también la persiguen los tabloides en busca de declaraciones; ella siempre se ha mantenido «en silencio con total dignidad».

Arremete Thomas Markle

La respuesta de Thomas Markle no ha tardado en llegar y ha arremetido duramente contra la duquesa de Sussex. En una aparición en Good Morning Britain, programa matutino de la televisión británica, declaró que se ha disculpado con su hija en múltiples ocasiones por lo sucedido; por lo menos «tantas veces» como puede recordar.

Justificó sus conversaciones con los paparazzis argumentando que lo hizo porque no sabía nada de los duques de Sussex. «Cuando decidan volver a hablar conmigo, dejaré de hablar con la prensa”, ha explicado sobre sus habituales intervenciones en programas de televisión.»

Lo más bizarro de todo es que Thomas Markle argumenta que sigue queriendo a su hija y que le habría gustado apoyarla cuando su salud mental se encontraba en un estado frágil. Pero, inmediatamente da un giro de 180° grados y culpa a Meghan de la situación. «El gran problema es que ha sido ella la que se ha aislado y ha ignorado a toda su familia por ambas partes».

Además, Markle insiste en que le gustaría conocer a su nieto y que no cree ni que la familia real ni los británicos sean racistas. Dice que puede ser que alguien hiciera «una pregunta tonta» en lugar de ser «un completo racista».

¿Qué se puede esperar de un padre que ya vendió la privacidad de su hija en el pasado? Es comprensible, y hasta lógico, que Meghan haya cortado todo tipo de conexión con su padre. Sobre todo ahora que su hija pasa por un momento tan delicado y su padre, un hombre americano con cero conexiones a la familia real, decide darle la espalda, una vez más, a su hija.

Ya no la busques Thomas, no la mereces.

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