Un hombre de 19 años interrumpió la tranquilidad de la reina Elizabeth II al entrar armado al Castillo de Windsor la mañana del 25 de diciembre.
Por Arianna Gonzáles
La Navidad del 2021 será recordada por la reina Elizabeth II como una de las más intranquilas de los últimos años, luego de que un hombre de 19 años entrara armado con una ballesta al Castillo de Windsor.
Como se recuerda, en los terrenos de dicho castillo, la monarca se encuentra pasando las fiestas, luego de que tuviera que cancelar, de imprevisto, sus planes de vacacionar en Sandringham debido a la rápida expansión de la variante ómicron en el Reino Unido.
Las alarmas saltaron luego de que el hombre ingresara al jardín del castillo de Windsor escalando una cerca de metal con una escalera de cuerda.
Aunque el sujeto no entró en ninguna habitación, pues fue detenido poco después gracias a que las cámaras de seguridad lo registraron deambulando armado, la policía británica indicó que la seguridad al recinto se ha intensificado desde el domingo.
La situación no impidió que Elizabeth II continúe con sus planes y asista acompañada del príncipe Charles y Camilla, los duques de Wessex, el príncipe Eduardo y Sofía, y sus hijos, a la tradicional misa navideña.
A dicha celebración eucarística le siguió un almuerzo en donde la familia real se congregó para ver la transmisión del mensaje navideño de Elizabeth II donde tuvo sentidas palabras para su fallecido esposo, el duque de Edimburgo.
Intrusos en los castillos reales
La reciente captura de un sujeto ajeno a la realeza en el Castillo de Windsor hace cuestionarse la seguridad detrás de los lugares que albergan a la familia real.
Según una publicación del diario británico Daily Mail, esta sería la tercera brecha de seguridad rota sólo en 2021 y, como si eso fuera poco, sólo en abril, cinco intrusos ingresaron a los terrenos reales.
A pesar de la preocupante cifra, este no es el único año en el que sujetos terminan dentro de las instalaciones donde la familia real cumple con sus obligaciones.
En julio de 1982, Michael Fagan entró por segunda vez al palacio de Buckingham e irrumpió en horas de la mañana hasta el dormitorio de la reina cuando Elizabeth II aún descansaba.
Tras ello, la reina despertó y pudo decirle “¿Qué haces aquí?”, antes de llamar a la seguridad del recinto.
Otra intrusión, y una de las más recordadas, ocurrió en junio de 2003, mientras el príncipe William celebraba su cumpleaños y Aaron Barschak escaló el muro del castillo y se presentó en la celebración del nieto de Elizabeth II, disfrazado de Bin Laden.
A pesar de que episodios como estos se repiten todo el tiempo y las brechas de seguridad se intensifican, estas no parecen garantizar en su totalidad la seguridad de la monarca, ni de ningún miembro de la familia real que se encuentre en los distintos castillos reales.
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