Meghan Markle «debería haberle advertido» a su marido, el príncipe Harry, acerca de sus sinceras revelaciones sobre las drogas, según una experta de la familia real británica.

Por Rodrigo Schang

Diversos portales de noticias han revelado que Harry podría ser despojado de sus derechos a vivir en los EE.UU. por ser “demasiado honesto” sobre su consumo de drogas en el pasado. Tanto así que, según la biógrafa real, Angela Levin, Meghan Markle debió haberle advertido a su marido de las consecuencias que podría tener su controvertida confesión.

«No entiendo por qué su esposa no le advirtió», le dijo a Dan Wootton en “GB News”.

«Él habló con ella sobre todo lo que iba a decir. Ella es la que manda, como ambos sabemos (…) Ella no le dijo ‘ten cuidado, porque si hablas demasiado sobre las drogas, podrías tener problemas'», dijo Levin, añadiendo que está «preocupada» sobre «por qué le dejó solo en esto».

En ese sentido, la experta agregó: «La gurú de la salud mental que hablaba con él debería haberle dicho de antemano: ‘no hables de las drogas'». «Le hizo la vida extremadamente difícil», acotó.

Harry y su consumo de drogas

El duque de Sussex reveló en sus memorias «Spare» que «bebía mucho», consumía cocaína y fumaba marihuana en los primeros años de su vida.

Aunque el exiliado de la realeza, de 38 años, afirmó que sólo consumió cocaína en su adolescencia, también admitió haber experimentado con psicodélicos hasta bien entrada su edad adulta, considerando las drogas alucinógenas una parte «fundamental» de su vida.

«Fue la limpieza del parabrisas, la eliminación de los filtros de la vida -estas capas de filtros-, me lo quitó todo y me aportó una sensación de relajación, alivio, comodidad, una ligereza que conseguí retener durante un tiempo», dijo durante una charla en línea con el experto en traumas, Gabor Maté, a principios de este mes.

«Empecé a hacerlo de forma recreativa y entonces empecé a darme cuenta de lo bueno que era para mí», sostuvo.

Aunque nunca ha revelado si ha tenido problemas graves de drogadicción en su vida, a los 17 años su padre, el rey Charles III, envió a Harry a un centro de rehabilitación tras admitir que fumaba marihuana.

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