William y su hijo, el príncipe George, desempeñaron un papel fundamental en la coronación del nuevo rey.
Por Redacción COSAS
Tras ocho meses de la muerte de Elizabeth II, inicia oficialmente una nueva era para la monarquía británica. Pese a que hoy es el gran día de Charles III, no debemos olvidar que tanto el príncipe William como su primogénito, el príncipe George, van a desempañar un rol importante en la ceremonia que se lleva acabo en la Abadía de Westminster.
Entre aplausos, los príncipes de Wales y dos de sus hijos llegaron a la Abadía de Westminster para ser testigos de este día histórico. William y su esposa, Kate, se han mostrado felices junto a la princesa Charlotte, de ocho años, y el príncipe Louis, de cinco. El príncipe George, de nueve años, no acompañó a sus padres y sus hermanos porque se trasladó hasta el templo junto a los otros pajes de honor.
Un papel clave
Tras la coronación de su padre, William hoy da un nuevo paso en su propio camino, adquiriendo nuevas obligaciones, compromisos y privilegios.
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El príncipe de Wales, que también ostenta el título de duque de Cornualles y duque de Rothesay, rindió homenaje al rey, arrodillándose ante él y jurándole lealtad en el que será el único homenaje de sangre real de la ceremonia. También ayudó a vestir a Charles III con su túnica dorada real, conocida como el manto, antes de su coronación.
Su primogénito, el príncipe George, jugó un papel fundamente. Con tan solo nueve años, fue parte de la procesión como paje de honor, llevando las túnicas ceremoniales de su abuelo cuando ingresó y salió de la Abadía de Westminster.
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