En el Día de San Valentín, conversamos con la actriz y guionista Vanessa Saba y el cineasta Frank Pérez-Garland, quienes nos contaron acerca de sus últimas producciones cinematográficas, sus proyectos a futuro y la forma en la que llevan su relación de pareja, a pesar de que el trabajo –a veces– esté de por medio.
Es una tarde tranquila de verano. Un pequeño departamento de Barranco con vista a la calle, de paredes blancas y decoración sencilla. En la sala, macetas con plantas medianas, libros apilados unos sobre otros; en las paredes cuelgan algunos cuadros.
Sentados sobre los sillones Vanessa Saba y Frank Pérez-Garland conversan entre ellos. Lucen relajados , como si la tranquilidad fuese cómplice de su relación.
Ambos se hicieron amigos durante el rodaje de la película Un día sin sexo (2005). «Nos conocíamos de ‘hola y chau'», dice Pérez-Garland. Al año siguiente, grabando los episodios de la serie televisiva Mi problema con las mujeres (2007), profundizaron su amistad y, luego de un tiempo, comenzaron a salir.
Hace pocos meses, ambos terminaron de filmar la cuarta y más reciente película en la que trabajaron juntos, Rapto, un thriller que cuenta la historia de un destacado alumno de derecho que busca con desesperación a su abuelo secuestrado, y que se estrenará el próximo 7 de marzo en las salas de cine del país.
Frank ha sido siempre director, pero Vanessa ha alternado roles: unas veces ha sido actriz y otras, guionista. «Comencé a escribir guiones con Frankie cuando hicimos Ella y él (2015). Un par de años antes traje una idea que, según yo, era para un recital, pero a él le pareció una mejor idea para una película. Ahí comenzamos a escribir juntos», recuerda la actriz.
Este filme representó un reto, pues la pareja experimentó con un género que antes no había abordado, lejano a sus habituales temáticas relacionadas al drama y la comedia.
«Escribir ha sido para ella muy difícil. Los guiones de género son bastante más complicados de escribir que un guion libre», apunta Frank. «Lo hemos trabajado cuatro años, tal vez un poco más. Es trabajoso, porque no pueden quedar cabos sueltos», acota Vanessa.
Trabajo en pareja
Cuando les preguntan si es que suelen pelear, Frank responde que no, porque no tienen «una gran pelea». Como sucede en todas las relaciones, hay momentos en los que existen desacuerdos, pero juntos logran solucionarlos.
Pero el panorama cambia cuando trabajan en algún proyecto. El proceso de creación de una película, para ellos, es bastante «intenso y pasional». Durante los rodajes, discuten más de lo habitual: cada uno defiende sus ideas con bastante fervor.
«A veces tenemos algún desencuentro por una idea que a él no le cuadra mucho o viceversa. Se trata de discusiones pasionales que se deben a que nos gusta mucho nuestro trabajo», comenta Saba. «Cuando estamos chambeando nos mandamos a la mierda porque a ella le gusta una cosa y a mí otra. Sí, discutimos, pero así es el trabajo creativo en equipo», complementa Pérez-Garland.
Tras una seguidilla de proyectos en los que han trabajado juntos y haciendo un balance de todo lo vivido, ambos creen que toda esa dinámica llena de pasión se da solo en relación al trabajo y no afecta realmente su relación como pareja.
«Trabajar juntos le ha dado otro color a la relación. Es decir, está nuestra relación que viene desde antes y, ahora, existe una laboral. No se ha modificado, solo ha aparecido otro aspecto más que suma a lo que ya había», dice Vanessa.
Hoy, luego de terminar y esperar su último proyecto juntos, lo que están buscando un poco de espacio para hacer vida en pareja.
Mira aquí el trailer de Rapto la última película de Vanessa Saba y Frank Pérez-Garland: