La pandemia del nuevo coronavirus ha incrementado el interés por la carrera de Diseño de Interiores. Mantener la distancia social es básico y requiere importantes cambios en el diseño de casas, oficinas y, por supuesto, espacios públicos. En ese sentido, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) forma profesionales innovadores capaces de plantear soluciones a la altura de los tiempos que vivimos. En la siguiente nota, revisamos en qué consiste su metodología a partir de los proyectos planteados por sus alumnos.
Numerosas empresas alrededor del mundo están buscando formas creativas de adaptarse a los nuevos protocolos de bioseguridad. Algunas van más allá y se replantean el diseño de sus espacios interiores a fin de evitar posibles contagios entre sus trabajadores. De ahí que formarse en este ámbito se haya convertido en una prioridad en los últimos meses.
No obstante, frente a las nuevas condiciones de socialización que trajo consigo el coronavirus, resulta fundamental apostar por una formación que potencie la creatividad e incentive el desarrollo de soluciones originales. Es así que la Facultad de Diseño de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) ha ideado una metodología que promueve estas capacidades en sus alumnos a través de proyectos de exploración y experimentación desde los primeros ciclos.
Ejercicio de exploración de Romina Miranda, alumna de segundo ciclo de la carrera de Diseño de Interiores de la UPC. Ella diseñó una atmósfera a partir de la observación de un proceso natural o artificial, haciendo énfasis en la exploración material no convencional.
“Nosotros no queremos un profesional que acepte de manera demasiado natural las cosas que están en el medio y las use convencionalmente. Queremos lo inverso: que el alumno se sumerja en un proceso en el cual sea propositivo y que piense por qué las cosas son así. La experimentación te da esa mirada amplia para no solo proponer un listado de opciones, sino también ofrecer ideas nuevas, vanguardistas y necesarias”, explica Mario Ricci, director de la carrera profesional de Diseño de Interiores de la UPC.
Proyectos con alta dosis de innovación
El mayor reto del diseñador de interiores hoy consiste en crear espacios que hagan la convivencia con la amenaza sanitaria más segura, bella y eficiente. Pero, incluso antes de la pandemia, los alumnos de la UPC ya orientaban sus propuestas a espacios sociales más funcionales y saludables. Una muestra de ello es el proyecto titulado «Centro de Bienestar y actividad física en San Miguel», de Jackeline Fiascunari. ¿El objetivo? Como su nombre lo dice, incentivar la práctica deportiva, especialmente entre las personas que presentan sobrepeso y obesidad clase I. Una idea que, sin duda, debería replicarse dadas las alarmantes cifras que arroja el Ministerio de Salud respecto a esta enfermedad crónica y su repercusión en los pacientes tratados por la COVID-19. A la fecha se estima que 85.5% de los fallecidos por coronavirus en el Perú padecían de obesidad.
«Centro de Bienestar y actividad física en San Miguel», de la alumna Jackeline Fiascunari.
Como estrategia, el proyecto de Fiascunari busca generar recorridos lúdicos para que la diversión y el juego estén siempre presentes como parte del deporte. La motivación es un aspecto fundamental que se tuvo en la premisa del diseño, esto se da tanto en las circulaciones, los colores y en la espacialidad generada.
El proyecto se trabajó como parte del curso Estrategias de diseño y UX para proyecto de Tesis.
Por otro lado, destaca «Jardín Botánico», una propuesta desarrollada por Alessandra Meinardo, que consiste en la adaptación y ampliación del Centro de Idiomas de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) como Centro de Visitantes del Jardín Botánico. La idea está basada en la conservación de plantas vivas en colecciones representativas de la flora peruana y tiene como fin la difusión, exhibición y educación sobre la diversidad natural.
«Jardín Botánico», proyecto realizado por Alessandra Meinardo.
«Jardín Botánico», además, hace referencia a la acción de descubrir y aprender mediante los sentidos para lograr un mayor acercamiento con las plantas. En ese sentido, rompe con la idea de un museo vivo netamente contemplativo y permite al usuario estar al nivel de las copas de los árboles y acariciar sus hojas y flores. Todo esto gracias a un juego de plataformas y rampas de estructura metálica. Cabe señalar que el material y color de estas no afectan la armonía con el paisaje. Por el contrario, los elementos vegetativos son en todo momento los grandes protagonistas.
La alumna propone descubrir y aprender sobre las plantas a través de los sentidos.
Tecnología aplicada al diseño
Hoy en día, la formación en Diseño de Interiores no se entiende sin la comprensión y el uso de la tecnología. Así, Mario Ricci resalta cómo es que los estudiantes entienden el mundo digital en relación al contexto peruano. “Es interesante porque estamos en ese punto central donde no nos hemos alejado de artesanos como el carpintero, el albañil o el herrero, pero al mismo tiempo tenemos las herramientas digitales que nos permiten generar proyectos distintos”, añade. Precisamente, los alumnos encuentran estos medios tecnológicos en el FabLab, el laboratorio de fabricación digital de la UPC, donde descubren cómo se construyen las cosas y la manera en la que lo digital se relaciona con lo manual.
“Lo interesante de esta carrera es que es muy orgánica. Todo el tiempo está cambiando y reflexionando sobre sí misma. No somos estáticos en absoluto. En realidad, la experimentación es un gatillo. Lo que buscamos es generar muchas situaciones para que tus necesidades creativas no estén dando vueltas, y la experimentación te permite solucionar esto en base a equivocarte y corregir”, concluye Mario Ricci.
Si te interesa la carrera de Diseño Profesional de Interiores de la UPC, encuentra más detalles del plan de estudios y la propuesta de internacionalidad aquí.
