Fundada en 2012, la plataforma se ha consolidado como una organización sin fines de lucro enfocada en impulsar el desarrollo de comunidades en situación de vulnerabilidad. Su visión se basa en articular empresas, iniciativas y voluntarios para potenciar la ayuda y generar un cambio sostenible en el país.
Por Daniel Crespo Pizarro
La Fundación OLI (Organizando Las Iniciativas) nació hace 13 años con el propósito de ordenar y conectar esfuerzos solidarios que ya existían. En la práctica, su trabajo se traduce en articular organizaciones sociales, empresas y aliados para llevar abrigo a comunidades altoandinas, acompañar campañas de salud, distribuir útiles escolares y fortalecer la gestión de ONG en distintas regiones del Perú.
Desde entregas de abrigo a más de 1,300 personas en Cusco y Apurímac, hasta campañas escolares que han beneficiado a cientos de niñas y niños en Pucallpa, OLI canaliza ayuda en ámbitos como salud, educación, medio ambiente, cultura, empoderamiento y reducción de la pobreza, a través de alianzas estratégicas, proyectos sociales y campañas humanitarias.
Como señala Katja Montagne, directora general de Fundación OLI, este enfoque permite que “el impacto solidario se multiplique”. Para ella, el recorrido de la fundación confirma que “cuando el afecto se organiza, el impacto se vuelve real y sostenible”.
Más de 1300 escolares beneficiados con el proyecto «Al cole con todo», iniciativa en conjunto con Das Perú que entrega mochilas y útiles escolares. Aquí en el colegio de Puerto Esperanza, en Purús.
Katja Montagne es directora creativa, artista y filántropa, con más de 11 años de experiencia en el ámbito artístico y social. Es bachiller en Bellas Artes por la University of Kent y cuenta con un Foundation Degree en Art Studies por el Studio Arts College International. Desde Fundación OLI, lidera la gestión de proyectos, la articulación de alianzas estratégicas y la canalización de recursos, con una mirada puesta en la sostenibilidad y el impacto social a largo plazo.
Katja Montagne, directora general de Fundación OLI.
La ONG para las ONG
OLI define su rol como “la ONG para las ONG”. En la práctica, esto implica acompañar y fortalecer a otras organizaciones sociales, ayudándolas a ordenarse, profesionalizar su trabajo y ampliar su alcance. A lo largo de los años, la fundación ha construido un modelo basado en la colaboración entre ONG, empresas, voluntarios y comunidades, sin perder la escala humana que marcó sus primeros pasos.
Este enfoque, explica Montagne, permite “ordenar iniciativas, priorizar impactos y mantener claridad estratégica sin perder sensibilidad”. Más que ejecutar proyectos por cuenta propia, OLI actúa como una plataforma de articulación que conecta capacidades, recursos y necesidades presentes en el territorio.
En ese contexto, el trabajo con grandes empresas aparece como una consecuencia natural del recorrido de la fundación. Para Katja Montagne, estas alianzas representan un “reconocimiento” a años de trabajo sostenido y coherente, y a la confianza construida en el tiempo. OLI opera así como un puente confiable entre los objetivos empresariales y las causas sociales, asegurando que cada colaboración responda a necesidades reales y se desarrolle de manera “ética, transparente y humana”.
Fundación Oli junto a Payasos de Emergencia llevando alegría a pacientes del Hospital Edgardo Rebagliati Martins.
Corazones Solidarios nació en el 2015 para ayudar a que madres y padres de niños en tratamientos médicos puedan mejorar sus ingresos.
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Articular para llegar más lejos
Ese rol se refleja en acciones desarrolladas junto a diversas organizaciones y aliados estratégicos en el país. En diciembre, junto a Techo Perú, OLI articuló la entrega de más de 150 canastas a familias afectadas por el incendio del 11 de octubre en Pamplona Alta, San Juan de Miraflores. Con Comparte Perú, canalizó la entrega de más de 5,300 prendas de abrigo y 400 kilos de alimentos a 650 personas de la comunidad de Pampallacta, en Písac (Cusco), como parte de la campaña contra las heladas en el sur del país.
En el ámbito ambiental, OLI articuló junto a Ciudad Viva, MiBanco y la comunidad de Hábitat la siembra de 60 árboles nativos —molle, tara y huaranhuay— en Ancón, una de las zonas con mayor déficit de áreas verdes en el norte de Lima. En salud y bienestar, el acompañamiento a Sanima permitió fortalecer su planificación y sostenibilidad operativa, facilitando la continuidad de su trabajo en comunidades que enfrentan brechas de acceso a saneamiento y salud.
De la mano con Good Vision Perú y Latam Airlines, Fundación Oli lleva salud visual a las integrantes del programa “Segundo Vuelo”, que impulsa el desarrollo social de talentosas artesanas peruanas, en Ayacucho.
A estas acciones se suman iniciativas junto a Payasos de Emergencia, operativos humanitarios apoyados por el Avión Solidario de LATAM Airlines y aliados logísticos como AllpaCuna, que permitieron llevar abrigo y asistencia a más de 1,300 personas en Huamanpata (Cusco) y Ccochua (Apurímac).
En paralelo, OLI impulsa programas de fortalecimiento institucional como Despegamos con Impacto, desarrollado también junto a LATAM Airlines, que en su primera edición permitió acompañar a 10 ONG peruanas en la mejora de su gestión, sostenibilidad y comunicación.
En ese contexto, el trabajo con grandes empresas aparece como una consecuencia natural del recorrido de la fundación. Para Katja Montagne, estas alianzas representan un “reconocimiento” a años de trabajo coherente y a la confianza construida en el tiempo. OLI opera así como un puente confiable entre el sector privado y las causas sociales, asegurando que cada colaboración responda a necesidades reales y se desarrolle de manera “ética, transparente y humana”.
Programas centrales y logros
La esencia de OLI siempre ha sido «la articulación solidaria y el trabajo con comunidades desde la dignidad, el respeto y la escucha». Esto se refleja en programas clave:
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Corazones Solidarios: Programa bandera (iniciado en 2015) de triple impacto que apoya a familias con hijos en tratamientos médicos, integrando lo social, ambiental y humano. Fue galardonado con el Premio Verde 2022 a la Sostenibilidad.
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Al Cole con Todo (campaña escolar, 2017).
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Contra el Frío por los Nuestros (campaña de invierno, 2013).
Además de operar como plataforma social para empresas, OLI promueve la «cultura de solidaridad con sostenibilidad», articulando esfuerzos en más del 75% del territorio nacional. La fundación fue reconocida en 2020 con la «Medalla naval de honor al mérito» por la campaña Juntos Desde Casa en respuesta al COVID-19, demostrando su capacidad de adaptación a contextos específicos y necesidades reales.
Despegamos con Impacto, programa desarrollado junto a Latam Airlines para fortalecer la gestión, sostenibilidad y comunicación de 10 ONGs peruanas.
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Impacto y visión de futuro
Montagne ha atestiguado el «fortalecimiento, resiliencia y empoderamiento» de las comunidades, ya que la ayuda organizada permite a las personas recuperar «confianza, dignidad y esperanza». La transformación es mutua, pues la directora afirma que OLI «transforma tanto a quienes reciben como a quienes dan», generando sentido y compromiso en sus colaboradores.
Los próximos pasos de la organización buscan seguir consolidando este ecosistema y «ampliar nuestra capacidad de articulación a nivel nacional». Montagne sueña con que OLI llegue a cada rincón del Perú e inspire a más personas a aportar, pues asegura que «desde el metro cuadrado de cada uno se puede aportar».
Junto al programa Techo Perú, Fundación Oli entregó más de 150 canastas a las familias afectadas por el incendio del 11 de octubre en Pamplona Alta, San Juan de Miraflores.
Finalmente, la fundación genera activamente espacios de encuentro como Conectando Aliados, que reúne al tercer sector para reflexionar y construir juntos las prioridades del Perú rumbo al 2026. Montagne concluye que sumarse a OLI es formar parte de una red donde «el cambio no solo es posible: se vuelve imparable».
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