La capital ecuatoriana es pura sorpresa. Si aún no visitan Quito, busquen la oportunidad. Esta ciudad “volcánica” hace gala de altura, calidez, verdor, y una movida gastronómica variada, que esconde mucho sabor entre sus montañas; y donde el vino acompaña a la par. En tres días recorrimos algunos puntos imperdibles para todos los gustos.

Por Melina Bertocchi

Hotel Casa Gangotena

Casa Gangotena

El Hotel Casa Gangotena en el pleno Centro Histórico de Quito.

El centro histórico de la ciudad es seguramente uno de los más bellos de la región. Con decenas de iglesias y construcciones que mantienen intacto el estilo colonial. En Quito se han encargado de preservar el legado de tantísimos años, con imponentes fachadas y decoraciones hechas totalmente en pan de oro. Tienen incluso una basílica de estilo neogótico que recuerda un poco a Notre Dame.

Desde la cúpula de la Iglesia La Compañía de Jesús se divisa la terraza del Hotel Casa Gangotena, propiedad de una de las familias más tradicionales del país. “Ahí quiero tomar un trago”, le dije a mi amiga. Sin saber si nos darían reserva, fuimos y nos abrieron las puertas de ese lindo espacio que regala una vista única del centro con las iglesias a pleno. El servicio es impecable, así como los cócteles y las tapas. Carta de cócteles amplia y con acento de autor. El “Ahumado” donde se une el vodka, el mezcal, el ruibarbo y los cítricos; garantiza alegrías para quienes amamos los sabores intensos y amargos. Acompañen con las típicas empanadas. Cuatro piezas. La de viento, rellena con queso; la de plátano verde rellena con sango de camarón; la de maduro rellena con carne mechada; y la de morocho, rellena de cerdo. Remojadas en el ají de tomate de árbol o sachatomate. Cítrico, salado y picante. Lo justo. También pueden reservar y comer en el restaurante. Prometen cocina tradicional quiteña con las comodidades y servicio de un Relais Chateaux. Casa Gnagotena. Bolivar Oe6-41 y Cuenca.

Champagne por copa en Paseo San Francisco

Ayala Brut

El Ayala Brut tiene un precio de $15 la copa en el Paseo San Francisco.

Los centros comerciales tienen vida propia en Quito. Muchos buenos restaurantes tienen su hogar aquí – 3500 es un buen ejemplo -, y Paseo San Francisco pone foco en las experiencias. Eventos, ferias, y un piso dedicado exclusivamente a la gastronomía y sus acompañantes. Son cinco locales con conceptos diferentes agrupados en este espacio que regala privacidad, variedad, y la opción de escoger entre hamburguesas (La Burguesa), ensaladas, pizzas (Massa), comida mexicana (Distrito Federal), cocina de bistró; y cócteles de autor que preparan en la barra central. El menú es uno y engloba todas las propuestas. Los vinos por copa son varios y diversos. En Farmers Bistro hay desde ostras y langostinos, pasando por tapas de tortilla y pulpo a la gallega, hasta opciones de sánguches como el que pedí de roast beef en su jugo con queso gruyere, mostaza Dijon y pepinillo encurtido. La mejor parte es que tienen unos quince vinos por copa; desde los más casuales como un Trumpeter Malbec, hasta un Carmelo Rodero Pago de Valtarreña. Y aparte, las burbujas. Es poco común ver champagne por copa y más de una etiqueta. Elegí el Ayala Brut Majeur, a $15 la copa; pero también había Moet Chandon Brut Imperial, Perrier Jouet Grand Brut y Billecart Salmon Brut Reserve. Plan ideal como aperitivo o previos. Y también en grupo de amigos. Paseo San Francisco. Av Interoceánica S/N y Chimborazo. Cumbayá.

Fuego campestre

Ignis

Ignis sigue el concepto del manejo del fuego en un espacio totalmente campestre.

Ignis sigue el concepto del manejo del fuego en un espacio totalmente campestre, donde conviven separados por decenas de metros de verde campo, diversos locales dentro de lo que se llama El Potrero. Este concepto une el deporte, la cultura y la gastronomía en un espacio que recuerda una hacienda. 

La vista desde la terraza de Ignis señala a la montaña y los árboles frutales de los locales vecinos. Un lugar relajado con cocina de producto que apunta a resaltar los sabores ahumados en diferentes productos como el bife de berenjena con puré de almendras y miso, jus de alga kombu, manzana verde y crocante de masa madre; pulpo a la parrilla con tubérculos y ajo negro; y la resaltante pesca de Manabí, presentada como una reversión del típico sango, con jugo verde, salsa de maní, sal prieta, cilantro y crocante de yuca. Los cócteles son equilibrados, ricos y variados. Provoca tomarse más de uno, y luego retozar en la grama. El Potrero. Av Alfonso Lamiña y Río Taura Esq. Cumbayá.

¡Qué vivan las burbujas!

Ya sabemos que, en el mundo de las burbujas, el champagne es el rey, y los demás son parte de su reino. Sí, es cierto que el champagne guarda una magia única. Quizás por su abundante historia y todo lo que ha sobrevivido – hoy incluso los efectos del cambio climático -. Junto con él, hay una abundancia de vinos espumosos que reflejan muy bien su origen, su estilo y las variedades con que se producen. Pero, ¿por qué beberlos solo en ocasiones especiales? ¿Qué nos han hecho creer que las burbujas no van en la mesa al lado del sushi o de una gran fuente de mariscos? Aquí les dejo cuatro alternativas para descorchar de principio a fin este fin de año, y en cualquier momento del verano.

Champagne Serge Mathieu Extra Brut Blanc des Noirs – Côte des Bars, France

Un champagne que rompe un poco el molde de lo clásico de un cuvée, que suele combinar en porcentajes similares las tres variedades típicas de la zona; Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. Este productor familiar apunta a producir un 100% Pinot Noir (blanco de tintas), que sorprende por su burbuja fina; acidez chispeante, notas de fruta cítrica como toronja rosada, lima, manzana verde. Esto, sumado a la intensidad natural de una larga crianza sobre lías que aporta aromas de brioche y pan tostado; con un final mineral. Serge Mathieu trabaja al detalle desde hace siete generaciones para cuidar las once hectáreas de viñas de un promedio de veinte años. Un vino vibrante, con largo final. Prueben con tartar de salmón o cocina nikkei. Importa Abever S/280

Bernard Humbrecht Crémant Brut “Cuvée des Amis” – Alsacia, Francia

Este espumoso elegante, alegre e intenso a la vez tiene muchas ventajas. Es casi primo hermano del champagne porque se produce en varias regiones de Francia; usa el mismo método de producción (champenoise o tradicional); y por su precio es quizás uno de los mejores best buy que encontrarán. Este nace en Alsacia y su blend tiene mayoría Pinot Blanc acompañado de Riesling; lo que une rica acidez y frescura con aromas sutiles, florales y cítricos que sumado a la sutil efervescencia lo hace perfecto para comenzar y cerrar la velada. Importa NemTrading S/110

Espumoso Patrimonial Italia – Pampa de los Castillos, Ica

Este es, por ahora, el único espumoso producido siguiendo el método tradicional o champenoise, es decir que la segunda fermentación o la toma de espuma se realiza dentro de la botella; lo que resulta en un vino más complejo, intenso y con más cuerpo. A esto apostó Ismael Carpio con este espumoso de la variedad Italia, una de las variedades criollas más aromáticas. Encontrarán aromas de flores blancas unidas a notas de miel y fruta tropical. Para descubrir. Peruvino S/80

Prosecco Bisol Crede Brut – Valdobbiadene, Italia

Es el vino espumoso más producido en Italia, pero no todo el Prosecco es igual. Las hermosas colinas de Valdobbiadene en el Veneto cuentan con el sello de calidad más alto, el DOCG (Denominación de Origen Controlado y Garantizado). Aquí, la cantina Bisol produce desde 1542 estos espumosos, con un trabajo a detalle según el tipo de suelo. El Crede, que en dialecto significa arcilla; es un clásico con 85% del blend compuesto por Glera, la variedad autóctona de la zona. El sello es la frescura, con aromas de fruta cítrica y tropical como pera, manzana, y toques florales. Varias botellas para el aperitivo, y con ensaladas o hasta pavo. Importa Dsica S/109

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