La plataforma, nacida en 2012, se ha consolidado como un puente confiable que conecta intuición con acción, siguiendo una tradición de apoyo social. Su visión es transformar el sector articulando empresas, iniciativas y voluntarios para generar un cambio real y sostenible.

Por Daniel Crespo Pizarro

 

Fundación OLI (Organizando Las Iniciativas), dirigida por Katja Montagne, nace de una tradición de solidaridad y de un deseo genuino de impacto positivo en las personas. La directora explica que, esencialmente, OLI es un «puente, un espacio que conecta ayuda con necesidad, personas con iniciativas, intuición con acción».

Tras 13 años, la finalidad de OLI ha sido «articular, organizar y potenciar esfuerzos que ya existían», ya que, como señala Montagne, cuando estos se ordenan, «el impacto se multiplica». Para ella, esta trayectoria es la confirmación de que «cuando el afecto se organiza, el impacto se vuelve real y sostenible» y la materialización de una convicción personal: «que nada está aislado y que todo está entrelazado».

Katja Montagne, directora de Fundación Oli.

La ONG para las ONGs

La organización comenzó sin una estructura formal, como un impulso honesto de sumar. Con el tiempo, identificó su rol distintivo: «convertirse en la ONG para las ONGs». Este enfoque le permite acompañar y fortalecer a otras organizaciones, ayudándolas a «crecer, profesionalizarse y ampliar su alcance sin perder su esencia». La organización comenzó de manera cercana, articulando a ONG, empresas, voluntarios y comunidades, sin perder la esencia humana con la que nació.

El modelo de OLI se basa en la escucha y la observación para generar el mayor valor, concentrando sus esfuerzos en cuatro pilares estratégicos: educación, salud, medioambiente y empoderamiento. Estos permiten «ordenar iniciativas, priorizar impactos y mantener claridad estratégica sin perder sensibilidad», explica Montagne.

Trabajar con grandes empresas es visto por Katja Montagne como un «reconocimiento» a los años de hacer las cosas con integridad, lo que ha construido una base fundamental: la confianza. La fundación opera como un «puente confiable» entre los objetivos empresariales y las causas sociales, asegurando que cada alianza esté alineada con su propósito y responda a necesidades reales en el territorio de forma «ética, transparente y humana».

Fundación Oli junto a Payasos de Emergencia llevando alegría a pacientes del Hospital Edgardo Rebagliati Martins.

Corazones Solidarios nació en el 2015 para ayudar a que madres y padres de niños en tratamientos médicos puedan mejorar sus ingresos.

 

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Programas centrales y logros

La esencia de OLI siempre ha sido «la articulación solidaria y el trabajo con comunidades desde la dignidad, el respeto y la escucha». Esto se refleja en programas clave:

  • Corazones Solidarios: Programa bandera (iniciado en 2015) de triple impacto que apoya a familias con hijos en tratamientos médicos, integrando lo social, ambiental y humano. Fue galardonado con el Premio Verde 2022 a la Sostenibilidad.

  • Al Cole con Todo (campaña escolar, 2017).

  • Contra el Frío por los Nuestros (campaña de invierno, 2013).

Además de operar como plataforma social para empresas, OLI promueve la «cultura de solidaridad con sostenibilidad», articulando esfuerzos en más del 75% del territorio nacional. La fundación fue reconocida en 2020 con la «Medalla naval de honor al mérito» por la campaña Juntos Desde Casa en respuesta al COVID-19, demostrando su capacidad de adaptación a contextos específicos y necesidades reales.

Despegamos con Impacto, programa desarrollado junto a Latam Airlines para fortalecer la gestión, sostenibilidad y comunicación de 10 ONGs peruanas.

De la mano con Good Vision Perú y Latam Airlines, Fundación Oli lleva salud visual a las integrantes del programa “Segundo Vuelo”, que impulsa el desarrollo social de talentosas artesanas peruanas, en Ayacucho.

Impacto y visión de futuro

Montagne ha atestiguado el «fortalecimiento, resiliencia y empoderamiento» de las comunidades, ya que la ayuda organizada permite a las personas recuperar «confianza, dignidad y esperanza». La transformación es mutua, pues la directora afirma que OLI «transforma tanto a quienes reciben como a quienes dan», generando sentido y compromiso en sus colaboradores.

Los próximos pasos de la organización buscan seguir consolidando este ecosistema y «ampliar nuestra capacidad de articulación a nivel nacional». Montagne sueña con que OLI llegue a cada rincón del Perú e inspire a más personas a aportar, pues asegura que «desde el metro cuadrado de cada uno se puede aportar».

Más de 1300 escolares beneficiados con el proyecto «Al cole con todo», iniciativa en conjunto con Das Perú que entrega mochilas y útiles escolares. Aquí en el colegio de Puerto Esperanza, en Purús.

Junto al programa Techo Perú, Fundación Oli entregó más de 150 canastas a las familias afectadas por el incendio del 11 de octubre en Pamplona Alta, San Juan de Miraflores.

Finalmente, la fundación genera activamente espacios de encuentro como Conectando Aliados, que reúne al tercer sector para reflexionar y construir juntos las prioridades del Perú rumbo al 2026. Montagne concluye que sumarse a OLI es formar parte de una red donde «el cambio no solo es posible: se vuelve imparable».

 

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