Descubre cuáles son los factores externos que influyen altamente en el cuidado de tu piel a través de simples hábitos en tu día a día.
Por Fernanda Boloña
El mundo dermatológico cuenta con miles de productos para solucionar las imperfecciones en la piel a través de cremas hidratantes, jabones neutros con ingredientes naturales, sérums para tratamientos específicos e incluso las novedosas Beauty tools (herramientas de belleza), las cuales sirven para dar masajes de drenaje linfático en el rostro y potenciar el efecto de las cremas. Sin embargo, aunque no lo creas, existen factores externos al cuidado de piel con productos que son decisivos en la obtención de los resultados que tanto buscas.
Desde que me interesé en el cuidado de la piel, comencé a explorar mucho, incluso demasiado, sobre productos dermatológicos y el impacto que generan en la piel. Hubo un punto en el cual me abrumé a la gran variedad de productos en el mercado que contenían diversos aromas, texturas e ingredientes naturales que consideraba necesarios para el correcto cuidado de la piel y como consecuencia terminé cayendo en el consumismo y en la moda en lugar de priorizar el cuidado dermatológico.
Mi baño no tenía un solo espacio libre de productos o accesorios, mi rutina no estaba definida, no sabía qué productos realmente eran efectivos y lo peor de todo: mi piel seguía exactamente igual. Asimismo, pude identificar otros factores que pudieran estar perjudicando la salud de mi piel. A la larga, esta situación ineficiente en resultados me abrió los ojos y me di cuenta que la aplicación constante y correcta de rutina de productos no es suficiente; es indispensable también mejorar y mantener algunos hábitos del día a día que generalmente no se toman en cuenta.
A continuación, te cuento un poco sobre algunos hábitos de mi día a día que mejoré y que actualmente aplico que, sin involucrar la aplicación directa de productos, me ayudaron mucho a mantener una piel hidratada, luminosa y saludable por más tiempo.
Un espacio ordenado
Para poder aplicar una rutina de manera eficiente es indispensable tener un espacio (de preferencia en el baño o frente a un espejo) donde puedas guardar todos tus productos dermatológicos ordenadamente, formando un ambiente amigable y cómodo que genere costumbre. Al tener un espacio específico, decorado y ordenado con tus productos de piel, tendrás más motivación que nunca para seguir una rutina disciplinadamente.
Desmaquillarte antes de dormir
Uno de los problemas más comunes para los amantes del maquillaje es retirarlo antes de ir a dormir, ya que nos da flojera o es tedioso; sin embargo, es muy importante si quieres una piel radiante. Al no desmaquillarnos por las noches exponemos nuestra piel a múltiples bacterias, además de irritarla. Incluso, en algunos casos, no desmaquillarnos puede generar infecciones severas a la piel e incluso a los ojos. ¡Por favor, no querrás orzuelos o acné! ¡Procura desmaquillarte!
Calidad, no cantidad
El mercado dermatológico tiene cada vez más productos que nos aparecen a través de las redes sociales, siendo promocionados por influencers o famosos. No hay nada de malo en conocer productos nuevos, el problema es generarte el hábito de comprar productos para la piel en exceso sin tener certeza de que son productos realmente buenos y que servirán al cuidado de tu piel a largo plazo. Es por ello que es importantísimo visitar a un dermatólogo que pueda recomendarte productos dermatológicos de buena calidad y que valide o te aconseje sobre los productos que encuentres en las redes sociales. Recuerda que menos es más. “Más productos” no significa “mejor piel”…
Fundas, celular y lentes
La limpieza es un hábito que hoy más que nunca debemos tener debemos tener en cuenta para nuestras vidas y también para el cuidado de nuestra piel. Hay objetos que usamos de forma cotidiana que probablemente no sabías que afectan tu piel como: Los celulares, los lentes de sol/vista o las fundas de almohadas. Estos objetos están expuestos a gérmenes constantemente y sin la falta de una limpieza constante podría perjudicar considerablemente la salud de tu piel, transmitiendo bacterias como el acné.
¡Cuidado con el estrés!
Finalmente, pero no menos importante, nos encontramos con el manejo correcto del estrés como un factor fundamental para mantener tu piel saludable. Mayte Truchuelo, dermatóloga del Instituto Dermatológico de Vithas Internacional (Madrid), comenta que “el estrés influye en la piel mediante distintos mecanismos al modificar el sistema inmunológico, bajando las defensas cutáneas y estimulando la producción de adrenalina y corticoides que, al actuar sobre los receptores de la piel, ejercen cambios perjudiciales”.
El exceso de estrés y de preocupación pueden afectar la textura y regeneración adecuada de la piel causando diversas patologías como: Dermatitis, eczemas, psoriasis, rosácea, entre otros. Debemos aprender a canalizar nuestras emociones a través de distintos métodos de relajación y ejercicio físico para prevenir problemas cutáneos. ¡Manos a la obra!
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