Emplazada como privilegiado mirador del valle de Lurín, esta casa diseñada por Marina Vella celebra los materiales y la naturaleza de Antioquía, y establece una nueva dimensión para la vida en el campo.
Miguel Cruchaga dirige el recorrido a través de su último proyecto: su propia casa. Y hace una necesaria reflexión sobre el rol del arquitecto en la ciudad, la enseñanza y la creación contemporánea.