La fotógrafa Elsa Estremadoyro ha publicado “Mobiliario”, un pequeño libro que rinde homenaje a la infancia a través de las imágenes de pequeñas piezas domésticas que, en cada página, tratan de encontrar su lugar.
Fotos de Elsa Estremadoyro
Hace ocho años, Elsa Estremadoyro encontró una caja con algunos objetos de su madre. Dentro había una casa de muñecas con adornos y piezas de mobiliario en miniatura. Algunas de ellas tenían los tapices rasgados. Otras, las patas chuecas y un aire antiguo y destartalado. Las había comprado su abuelo, alrededor de 1930, para su madre. Ella misma había jugado mucho con ellas cuando era niña. Y, quizás para revivir un pasado feliz, hizo una serie de fotografías que se exhibieron en el Centro Cultural Inca Garcilaso, bajo el título de “En casa”.
Para Estremadoyro, este ejercicio no fue suficiente. “Luego, la idea del libro empezó a dar vueltas en mi cabeza”, dice la fotógrafa. “Sin embargo, sabía que tenía que darle una nueva estructura”. El resultado es “Mobiliario”, un librito de diez por diez centímetros, cuyo diseño ha trabajado con Roxana Doig, como si fueran compañeras de juego. El texto introductorio es de María Luisa del Río, y está presentado dentro de un estuche que reproduce las telas floreadas que habían pertenecido a la abuela de la fotógrafa. “El libro es un homenaje a mi madre, pero también un tratado sobre el juego, un refugio para la ilusión”, explica.
“Lo interesante en este caso era que al aislar los objetos y fijarlos mediante una película en color, se operaba una sutil transformación”, comentó el escritor Guillermo Niño de Guzmán, a propósito de la muestra que dio origen al libro. “La mirada nostálgica daba paso a una auscultación fría y aséptica que, de alguna manera, insinuaba al espectador que estaba viendo los vestigios de algo que fue, pero que ya nunca volvería a ser. Si bien la magia de la fotografía podía restituir ilusoriamente la infancia perdida, no era posible volver a casa otra vez”.
Artículo publicado en la revista CASAS #253