Rebeca Antezana, Presidenta de la Asociación Peruana de Empresarios de la Belleza, relata el complejo escenario que ha vivido su sector, y como se ha visto afectado debido a la pandemia del COVID-19.
Por Benjamín Palma
Rebeca, si es posible, volvamos a marzo del 2020. ¿En ese momento tú ya eras presidenta de La Asociación Peruana de Empresarios de Belleza?
En ese momento, eras un movimiento que se llamaba “Juntos por la peluquería”. Lastimosamente, no teníamos una asociación formada. Si algo hay que agradecer a esta crisis sanitaria es que unió a nuestro sector. Entonces, unidos formamos ese movimiento que nos permitió llegar al gobierno para hacerles entender que habían cometido un error. Nosotros no podíamos estar considerados en la fase 4 porque no éramos una actividad de alto riesgo como ellos nos habían catalogado en ese momento.
Desde ahí comenzó nuestra lucha.
El gobierno los puso en la fase 4, considerada para actividades de alto riesgo. ¿Les dieron alguna explicación del por qué?
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Simplemente, ellos no sabían cuál era nuestra situación. No se que tipo de evaluación hicieron para catalogarnos de esa manera. Fue un golpe muy fuerte. Por ello mismo, nos vimos en la necesidad de ponernos las pilas y, a base de buenos fundamentos, pudimos llegar al Gobierno.
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Esto fue durante la gestión de Vizcarra.
Entonces, nos unimos todos para presentar el sustento técnico/sanitario para que recularan en su decisión.
Creada a la asociación, ¿cuál fue su primer alcance con el Gobierno durante este primer cierre?
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Nosotros conversamos con la ministra Rocío Barrios, con quien me quito el sombrero por la actividad que ella realizó. Tuvimos reuniones con ella y le explicamos cual era nuestra situación. Para nuestra sorpresa, nos comentó que no se explicaba porqué nos habían puesto en la fase 4.
En fin, ella nos escuchó, nos entendió y empezamos a preparar el protocolo necesario para las circunstancias. Estas fueron asesoradas por infectólogos que hicieron posible nuestro protocolo. Fue este primer alcance el que nos abrió las puertas. Como sabes, el sistema burocrático que existe en el Gobierno es tan grande, que quedarnos de brazos cruzados no era una opción.
Por ello, no bajamos la guardia y tocamos todas las puertas posibles para lograr sensibilizar y hacer entrar en razón al ministro Zamora que nuestra actividad no era un peligro. Además, gracias a la prensa que nos apoyó, pudimos llegar a conversar con la viceministra en ese momento y con el apoyo del Ministerio de Producción logramos que saliera un Decreto Supremo, el 110 si no me equivoco, que fue la ampliación de actividades económicas en la segunda fase.
Con eso logramos en el mes de junio, en plena cuarentena, reiniciar nuestra actividad.
Estamos hablando de un cierre de 4 meses. ¿Cuál fue el efecto que tuvo este largo cierre sobre el sector belleza?
Nosotros éramos aproximadamente 240 mil antes de la pandemia. De estos, entre el 35%-40% quebraron. Quebraron porque el 90% de nuestros empresarios tienen el local alquilado, que viene a ser el costo fijo más alto en nuestro rubro. Por ese motivo, por sobre todo, es que se vieron obligados a cerrar: La imposibilidad de negociar el tema de los alquileres.
Avanzando en la la línea del tiempo, en junio 2020 volvieron a abrir, ya eran muchos menos, y luego vino la segunda ola. ¿Cuando tuvieron que cerrar nuevamente?
Nosotros comenzamos a trabajar a pesar de las vicisitudes y en el proceso seguían quebrando muchas empresas de nuestro sector. Recordemos que trabajabamos con clientela reducida y esto no alcanzaba para pagar alquileres. Además de la necesidad de reducir personal para poder sobrevivir. Estuvimos así hasta enero, cuando el Gobierno del presidente Sagasti nos volvió a poner en cuarentena; no teniendo en cuenta que ya habíamos sido aperturados durante la primera cuarentena.
Tuvimos que volver a entablar conversaciones con el Gobierno y gracias al ministro de producción, quien tampoco sabía en ese momento porqué nos habían vuelto a cerrar, nos explicaron que no habían tenido en cuenta que nosotros habíamos aperturado recién en junio. Afortunadamente el ministro Chicoma nos apoyó. Él salió de su escritorio y ha estado apoyando a los pequeños empresarios del país, me quito el sombrero.
Entonces se da el nuevo cierre en Enero y tienen que conversar nuevamente con el Gobierno. ¿Cuándo les permiten volver a abrir locales?
Abrimos en marzo, pero para eso tuvimos que llegar a hablar con la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, y exponer nuestro proyecto en la Comisión Multisectorial. Cómo te imaginas, no nos quedamos de brazos cruzados. Yo creo que si nosotros no hubiéramos hecho ese trabajo de campo, habría sido muy complicado para nosotros volver a aperturar.
Ahora, gracias a ese trabajo y al ministro Chicoma, es que nosotros podemos seguir trabajando hasta en niveles de extremo contagio. Por el momento, te puedo decir que estamos trabajando para sobrevivir a la pandemia.
Estuvieron cerrados todo febrero, ¿se dieron más bajas en este periodo?
Por supuesto. Llegamos al 50% de las peluquerías que cerraron. Esto sin mencionar el alto número de estilistas que ahora se encuentran sin trabajo. A pesar de ello, lo único que nos queda es seguir trabajando en estos momentos.
Teniendo claro todo lo que fueron estos meses complicados de pandemia, me gustaría hablar sobre la situación al día de hoy. ¿Cómo se encuentra la situación en estos momentos?
Si la pandemia fue un panorama crítico, te cuento que la coyuntura política es aún peor. Es increíble ver a nuestros clientes más afectados por el panorama político que por la pandemia. Nosotros asimilamos que no vamos a llegar a nuestro punto de equilibrio durante todo el año.
Dijimos: “Bueno, hay que seguir adelante. No darnos por vencidos”. A pesar que muchos están entre 50% y 60% de la facturación. Eso depende de tu tiempo en el mercado. Si eres alguien que ha estado años en el mercado, respaldado por un trabajo prolijo, donde has dado un servicio de primera y tienes una clientela fidelizada; solo ahí llegas a estos porcentajes.
Las peluquerías están viviendo de querer mantenerse en el mercado, seguir siendo los empresarios que son; el poder mantener a las personas que dependen de nosotros. Es lo único que queremos como empresarios.
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