Con una marea de postergaciones y cancelaciones, el 2020 fue un año desastroso para la industria musical. Y aunque este 2021 tampoco viene siendo demasiado auspicioso, para los grandes festivales de música pareciera haber una luz al final de túnel. ¿Será acaso este el inicio del resurgir de la industria? Descúbrelo en el siguiente artículo.
Por Raúl Cachay A.
Ha pasado ya demasiado tiempo desde que las restricciones y los protocolos sanitarios ocasionados por la pandemia del coronavirus paralizaran por completo el calendario de giras, conciertos y festivales musicales alrededor del planeta. 2020 fue un año desastroso para la industria musical, una catástrofe financiera. Y, aunque las vacunaciones masivas han permitido que se vaya recuperando la normalidad de a pocos en ciertos países del mundo, este 2021 tampoco viene siendo demasiado auspicioso.
Pero también hay buenas noticias. En los últimos días, las redes sociales se han llenado de anuncios que han hecho salivar a los melómanos del planeta, en especial a los que suelen organizar sus vacaciones en función de las fechas de algunos de sus festivales favoritos, ya sea en Estados Unidos, Europa o incluso América Latina, donde la oferta ‘festivalera’ venía fortaleciéndose sostenidamente hasta el abrupto inicio del paréntesis que trajo consigo la COVID-19 el año pasado.
Algunas postergaciones
Algunos son anuncios de festivales que fueron postergados para el 2022, pero que ya divulgaron sus ‘line-ups’ y empezaron el proceso de venta de abonos y entradas, como el imprescindible Primavera Sound de Barcelona, que se realizará entre el 2 y el 11 de junio (en dos fines de semana) y presentará un cartel de atracciones verdaderamente abrumador, con Massive Attack, Tame Impala, Beck, The National, Gorillaz, Nick Cave and the Bad Seeds, Tyler the Creator, Dua Lipa, Interpol, Lorde, Megan Thee Stallion, Charli XCX y muchísimos más.
Sónar, el otro gran festival que se realiza anualmente en la Ciudad Condal, también ha sido postergado hasta 2022 (entre el 16 y el 18 de junio), y tendrá como ‘cabezas de cartel’ a los inoxidables The Chemical Brothers. El Mad Cool Festival, el principal evento de esta naturaleza que se realiza en Madrid, también pospuso la edición que tenía prevista para este año, pero esta semana confirmó el ‘line up’ que se presentará en la capital española entre el 6 y el 9 de julio de 2022, con Metallica, The Killers, Muse y Pixies entre los actos encargados de ‘cerrar’ cada una de sus fechas.
La sucesiva postergación y cancelación de esta clase de eventos en España ha supuesto un durísimo golpe económico para esta industria, que involucra no solo a profesionales de la música, sino también de la hostelería y el turismo, entre otros rubros. Se calcula que hasta el momento más de 300 mil personas se han visto afectadas directamente, y que las pérdidas en facturación superarían largamente los 1.000 millones de euros. Para los damnificados de manera indirecta, esa cifra alcanzaría los 7 mil millones de euros.
En cualquier caso, todo indica que el sector no tardará demasiado en recuperarse. Un buen indicio lo ha dado el Primavera Sound del próximo año: las 200 mil entradas puestas a la venta se agotaron en poco menos de una semana.
Razones para ser optimistas
No todos los organizadores de festivales musicales en Europa han sido tan pesimistas como los ibéricos. En el Reino Unido, otro lugar donde los festivales de verano configuran una especie de religión pagana, algunos de los festivales más importantes, que estaban previstos para el inicio de la temporada, en abril y mayo, se llevarán a cabo ahora entre agosto y octubre. Una ligera postergación siempre será mejor que una cancelación definitiva.
El festival de música electrónica Creamfields, por ejemplo, se realizará entre el 26 y el 29 de agosto (con Deadmau5, Carl Cox, Eric Prydz, Tiesto, Bicep y Martin Garrix, entre otros), mientras que el Isle of Wight Festival fue trasladado de junio a setiembre. Los tradicionales Leeds & Reading, mientras tanto, mantendrán sus fechas iniciales (27 y 29 de agosto), algo que lastimosamente no ocurrió con el masivo Glastonbury, que este año solo pudo realizarse de manera virtual en mayo pasado, en un formato que tuvo tantos problemas de conectividad que los organizadores se vieron forzados a ‘liberar’ la señal de streaming de manera gratuita.
Al otro lado del charco, la situación es muy distinta. Aunque Coachella se postergó indefectiblemente para el 2022, algunos de los festivales más masivos, como Lollapalooza, Bonnaroo, Austin City Limits, Outside Lands o Governor’s Ball, no solo han confirmado sus fechas y carteles, sino que se realizarán a plena capacidad, sin restricciones sanitarias ni distanciamiento social. No obstante, como rezó el titular de un artículo publicado por la revista “Rolling Stone” la semana pasada: “Los festivales de música están de vuelta, pero los riesgos por Covid corren por cuenta suya”. En la misma nota, se recomienda a todos los asistentes a los festivales y conciertos este año que lean las ‘letras pequeñas’, es decir, los ‘términos y condiciones’ de las entradas. Ocurre que, obviamente, los organizadores no se harán responsables de posibles contagios o infecciones.
Quizás por ello, muchos artistas están empezando a exigir que todos los asistentes a sus conciertos presenten sus respectivos certificados de vacunación. En Estados Unidos, la tierra de los ‘antivaxxers’, eso también ha generado una gran controversia: el pasado martes, los Foo Fighters estuvieron cerca de suspender un recital en Laurel Canyon debido a las protestas de una turba de manifestantes que se oponen al uso de las vacunas. El concierto, afortunadamente, fue un éxito total. Pronto nos tocará a nosotros.
Suscríbase ahora para obtener 12 ediciones de Cosas y Casas por solo 185 soles. Además de envío a domicilio gratuito y acceso instantáneo gratuito a las ediciones digitales.